Debajo de esta imprecisa formulación hay una marcha atrás en toda regla de Mas. Plenamente consciente de que Rajoy nunca la autorizará, son todo un reconocimiento de que está dispuesto a abandonar su principal compromiso electoral, convocar la consulta, «sí o sí», en 2014. ¿Qué hay detrás de esta aparente renuncia?
Artur Mas, a pesar de la engañosa firmeza de su desafío, se encuentra en una posición de extrema debilidad política. Si ya hacer de la apuesta soberanista el centro de su programa electoral –unido a su implacable política de recortes y ajustes– le costó perder 12 diputados en las pasadas elecciones, persistir en ese mismo camino sólo le ha servido para engordar a Esquerra Republicana de Catalunya a costa de su propio partido. Pero además, la convocatoria de un nueva Diada el 11 de septiembre de contenido independentista ha llevado al límite las tensiones con sus socios de Unió Democràtica de Duran i Lleida, que amenazan con romper la coalición. Y cerrando la cuadratura del círculo, la asfixia financiera de una Generalitat corroída por el despilfarro y la corrupción hacen a Mas dependiente económicamente precisamente de aquellos a quienes intenta desafiar.A finales de agosto hubo una reunión secreta donde, según Rajoy, “se trataron cosas razonables” y según fuentes de la Generalitat se observaron “cambios positivos” en la actitud del gobierno. «Con su torpe e irresponsable órdago soberanista, Artur Mas ha dado alas y alimentado la apuesta de los halcones de Berlín» Vistas su consecuencias, no es difícil concluir que está en curso una negociación en la que Rajoy estaría dispuesto a estudiar un nuevo modelo de financiación singular para Cataluña, así como un nuevo acomodo en su articulación política con el resto de España, a cambio de que Mas desactive la radicalidad de su órdago, empezando por el aplazamiento indefinido de la consulta.Ahora que Mas retrocede, es el momento de golpear más que nunca su política de empobrecimiento, división y fragmentación. Denunciando además la naturaleza de una gente que movilizan e ilusionan con falsas promesas a cientos de miles de catalanes para luego dejarlos en la estacada a las primeras de cambio. ¿Y qué decir de la dirección de ERC, que rechaza de plano la marcha atrás de Mas para a continuación declarar que eso no afecta su pacto con él? ¿Qué es lo que buscan entonces? ¿Mantener a cualquier precio los privilegios y prebendas que les da acercarse a la casta política gobernante?Todo esto, sin embargo, pese a su aspecto risible y grotesco, no quiere decir que se diluyan las amenazas de fragmentación de España. Porque a pesar de que este sea efectivamente el contenido de las agendas ocultas de Rajoy y Mas, hay un tercer elemento actuando activamente en el escenario.Por segunda vez en pocos meses, los halcones de Berlín –el sector más agresivo de la burguesía monopolista alemana– han vuelto a exponer su programa para España. Y además de reclamar la profundización del saqueo, exigiendo que los salarios se rebajen todavía un 30% más, han vuelto a poner sobre el tapete la fragmentación de España en el diseño del futuro mapa político europeo para 2020.Esta vez ha sido por boca de Bernd Lucke, cofundador del partido Alternativa para Alemania, al que las encuestas dan cada vez más posibilidades de entrar al parlamento de Berlín, lo que alteraría radicalmente el panorama político alemán. Un formación cuyas posiciones políticas se alinean con representantes tan cualificados de la gran burguesía alemana como el gobernador del Bundesbank, Jens Weidmann, el presidente de la Federación de la Industria Alemana, Ulrich Grillo –que recientemente exigía a Grecia que pusiera en venta sus islas para devolver el dinero del rescate– o la familia Springer, propietaria del diario Bild, el de mayor tirada en Alemania, quien se refiere a Mallorca como el 17º länd (región o estado federado) alemán.En una entrevista concedida la pasada semana al diario El Mundo, Lucke afirmaba “que los países del sur de Europa” debían abandonar “el euro de forma no traumática para el sistema”. Pero matizando a continuación que “no es necesario pensar en países enteros. Cataluña, País Vasco y el norte de Italia podrían permanecer en el euro, por ejemplo, pero está claro que Grecia o Andalucía no forman parte de esta realidad”. Una idea que representa todo un programa y dibuja el diseño de la Europa alemana a la que aspiran: países enteros no, que son difíciles de dominar y digerir. Mejor naciones divididas y fragmentadas. Cataluña y Euskadi sí, Andalucía no.Con su torpe e irresponsable órdago soberanista, Artur Mas ha dividido y debilitado al pueblo catalán, azuzando además el enfrentamiento con el resto de España. Pero al mismo tiempo ha dado alas y alimentado la apuesta de los halcones de Berlín, los mismos que no pararon hasta provocar la ruptura de la antigua Yugoslavia o Checoslovaquia para dominar y explotar mejor los fragmentos resultantes de su división.Una enseñanza que el pueblo catalán, junto al del resto de nacionalidades y regiones de España, no debemos olvidar.