El avance de la ultraderecha, en Europa y en España

Peligro real

El ascenso de la ultraderecha es un peligro real que debemos combatir. Vox es un tumor trumpista incrustado de forma artificial en la política española

Las últimas encuestas publicadas en España señalan un peligroso avance de Vox, que podría aspirar a situarse en torno al 20% de los votos. Es un fenómeno generalizado en toda Europa, donde las fuerzas ultras alcanzan un importante peso político, o incluso están presentes en el gobierno.

Se trata de un peligro real que debemos enfrentar. La ultraderecha es el ariete de las alternativas más reaccionarias, e introduce una división y un enfrentamiento social tóxico.

Detrás de este avance de la ultraderecha están los gélidos vientos que vienen de EEUU, representados por Trump.

El avance de la ultraderecha no es imparable ni es un fenómeno global. En Brasil el PT y Lula recuperaron la presidencia y ahora Bolsonaro acaba de ser condenado por golpismo. En Argentina Milei ha sufrido un batacazo en las elecciones realizadas en Buenos Aires, la región más poblada del país.

Pero el panorama en Europa sí es extremadamente preocupante. La ultraderecha gobierna en Italia, Hungría, Eslovaquia, participa en el gobierno en Finlandia, influye sobre el ejecutivo en Suecia. En Polonia, aunque perdieron el gobierno han mantenido la presidencia del país.

Fuerzas de ultraderecha son la primera o segunda fuerza política en la mayoría de países europeos. En Francia el Reagrupamiento Nacional de Le Pen es el partido más votado, en Alemania los neonazis de AfD están ya en el segundo lugar, en Portugal los ultras de Chega han pasado de la irrelevancia a superar a los socialistas…

España no es, desgraciadamente, un islote aislado de esta corriente. Las últimas encuestas advierten que, de celebrarse elecciones hoy, Vox subirían del 12% al 17% de los votos. Y la tendencia nos dice que puede alcanzar un 20%, un peso que convertiría a la ultraderecha en decisiva para formar gobierno.

Y es una malísima noticia que Vox sea, con un 30%, la fuerza con más intención de voto entre los menores de 35 años.

Además, hay otras ultraderechas. En Cataluña la senófoba y ultra reaccionaria Aliança Catalana podría subir, según las encuestas de los dos escaños que ahora tiene el parlament a entre 11 y 14.

Vox y Aliança Catalana defienden el mismo programa ultrareaccionario, racista y xenófobo

Pero ese avance de la ultraderecha en España también tiene límites. Cuando en 2023 se percibió el riesgo de un gobierno con los ultras Vox bajó de 52 a 33 escaños. El partido de Abascal no puede ni soñar en ser la primera o la segunda fuerza, cosa que sí sucede en la mayoría de países europeos. Y el 70% de los jóvenes no vota a Vox ni en su gran mayoría le votará jamás.

¿Cuáles son las razones del avance de la ultraderecha? Se nos ofrecen diferentes explicaciones, desde el malestar social de algunos sectores al auge de la antipolítica y la crispación o el creciente peso de las redes sociales. Algunos de esos factores influyen, pero hay uno esencial que en muchos casos ni se menciona, y se reduce a una sola palabra. Trump.

La ultraderecha no “cae del cielo” ni su avance es un proceso “natural”. Está prefabricado. Grandes centros de poder internacionales y nacionales han apostado por su ascenso.

Durante el primer mandato de Trump ya se formó una internacional ultra con sede en Washington, que ha recibido un nuevo impulso con su retorno a la Casa Blanca. Los partidos ultras son el ariete perfecto para hacer avanzar propuestas ultra reaccionarias que antes nadie se atrevía a plantear, desde los ataques abiertamente racistas contra la inmigración a la privatización total de las pensiones y la sanidad o el apoyo cerrado al genocidio de Israel en Gaza.

La ultraderecha no “cae del cielo” ni su avance es un proceso “natural”. Está prefabricado. Grandes centros de poder internacionales y nacionales han apostado por su ascenso.

También hay sectores de las grandes burguesías europeas que empuñan a la ultraderecha para abrir paso, por ejemplo, a los salvajes programas de recortes que pretenden imponer.

El ascenso de la ultraderecha es un peligro real que debemos combatir. Son una amenaza para las libertades, para los trabajadores inmigrantes, las mujeres, el colectivo LGTBI, para el mantenimiento de conquistas sociales que todos disfrutamos…

Pero la ultraderecha no va “por libre”, tiene padrinos poderosos. Señalarlos es imprescindible para poder combatir la amenaza que representan.

.

Las más que estrechas relaciones de la ultraderecha con Washington

Vox o la ultraderecha norteamericana en España

Para abrir el curso político Vox celebró un acto en Madrid, con participación de líderes ultras mundiales. En él se acuso a la izquierda de ser responsable del asesinato del influencer ultra Charlie Kirk, llamando a desatar una guerra total contra todo lo que huela a progresismo. No ha sido ninguna sorpresa. Ya sabíamos lo que Vox iba a plantear… porque ya lo había dicho antes Trump.


Vox está directamente conectado con una internacional ultra -la CPAC- que tiene su sede en Washington.

Vox se presenta como la ultraderecha española pero en realidad son la ultraderecha norteamericana en España. Reproduciendo miméticamente las proclamas que provienen de la Casa Blanca.

Primero Trump lanzó las redadas masivas contra los trabajadores inmigrantes, en una auténtica caza de brujas racista. Y luego Vox, junto a todo el universo ultra, apretó el acelerador de su ADN xenófobo. Provocando los disturbios en Torre Pacheco o lanzando infames ataques contra todos los menores inmigrantes.

No buscan expulsar a todos los inmigrantes. Quieren aterrorizarlos para imponer las condiciones que les permitan hiper explotarlos. Y Vox, o el resto de grupúsculos ultras, son las camisas pardas que imponen el clima de terror necesario para estos objetivos.

Vox se atreve a defender abiertamente el genocidio perpetrado por Israel en Gaza, y amparado por EEUU, frente a una sociedad española que en más de un 80% -incluyendo una mayoría de la derecha- lo denuncia.

El trumpismo exacerbado de Vox les lleva a defender alternativas del inquilino de la Casa Blanca que atacan frontalmente los intereses españoles. Abascal y su partido han defendido abiertamente la subida de aranceles de Trump, un atraco que va a golpear a muchas empresas españolas.

Se puede pensar que existe una afinidad ideológica que empuja a Vox a coincidir de forma “natural” con todo lo que Trump plantea. No es verdad. Y para comprobarlo nada mejor que seguir la pista del dinero.

Vox, una ultraderecha creada y financiada desde EEUU

La fundación de Vox en 2014 se financió con una extrañísima donación de un millón de euros de una organización de la oposición iraní el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI). Todo se explica cuando sabemos que ese oscuro CNRI, calificado como grupo terrorista, es una tapadera utilizada por la CIA para desviar dinero hacia quienes les interesa impulsar.

Pocos años después, en 2019, dirigentes de Vox visitaron EEUU para, según sus propias palabras, “buscar dinero y apoyo”.

Y la campaña de Vox en las últimas elecciones europeas estuvo financiada por un préstamo de 13 millones de euros otorgado por un banco húngaro, directamente vinculado al ultra y trumpista gobierno de Viktor Orban.

Las conexiones de Vox con centros de poder extranjeros, que siempre conducen a EEUU, son notorias y están engrasadas con millones de dólares. La ultraderecha en España no es solo una amenaza reaccionaria a los derechos y libertades de la mayoría. Son un aparato de intervención, un tumor trumpista incrustado de forma artificial en la política española.

2 comentarios sobre “Peligro real”

Deja una respuesta