Aviones rusos interrumpen una rueda de prensa de Pedro Sánchez en Lituania

Peligro alfa en la frontera oriental de la OTAN

Pedro Sánchez y el presidente lituano ven interrumpida su rueda de prensa en la base de la OTAN de Siauliai ante la irrupción en el espacio aéreo de dos cazas rusos. Un incidente que pone de manifiesto los peligros que supone para España el creciente encuadramiento militar en la geopolítica de guerra del Pentágono.

Todos esperaban un simulacro en la base de la OTAN de Siauliai, en cuyos hangares había empezado una rueda de prensa del presidente español, Pedro Sánchez, y el lituano, Gitanas Nauséda. Qué mejor que un ejercicio ficticio para demostrar a la opinión pública española y lituana la efectividad de los siete cazas Eurofighter españoles, desplegados en el país báltico para realizar funciones de policía aérea frente a las constantes provocaciones rusas. Así que cuando detrás de Sánchez y Nauséda, los pilotos corrieron a montarse en los aviones, todos sonrieron. Pero no era ningún teatrillo: “¡Es alfa! ¡Es alfa! ¡Es una alerta real!”, gritaron los militares.

Pocos dudan que la irrupción de dos cazas rusos -que sobrevolaban el cielo báltico sin autorización y sin responder a las llamadas de los controladores de la OTAN- en medio de la rueda de prensa de los presidentes español y lituano haya sido casual. El Kremlin es bien conocido por planificar y calcular al milímetro sus provocaciones, por lanzar mensajes a Washington y sus aliados por la vía de los hechos consumados. Rusia toma el pulso constantemente a la Alianza, buscando siempre los límites y la capacidad de reacción de los contingentes de la OTAN destinados en su frontera o en el Mar Negro, en el conflicto con Ucrania.

Por supuesto, Moscú conocía de sobras la visita de Sánchez y Nauséda a la base de Siauliai, y eligieron ese momento. Para la resabiada Fuerza Aérea rusa las provocaciones son al mismo tiempo guerra psicológica y maniobras de reconocimiento.

Las intromisiones de los aviones rusos en el espacio aéreo de las repúblicas bálticas son el pan nuestro de cada día. Es habitual que se produzca el despegue desde Rusia de aeronaves que no tienen autorización, ni señalan su hoja de ruta, ni activan el transpondedor, el aparato que llevan todos los aviones para ser identificados.

La misión de España en la OTAN, que mantiene siete aparatos y cuatrocientos efectivos en Lituania, es ejercer de “policía del aire”, acudir al encuentro de las aeronaves, ponerse a los lados y comunicarse con ellos para avisarles de que no pueden atravesar el espacio aéreo de las tres repúblicas bálticas.

Este incidente nada casual ha puesto de manifiesto dos cosas. Una es el creciente encuadramiento de España en los planes y misiones militares de la OTAN, algo que de hecho el gobierno de Sánchez no deja de exhibir como un «activo» para ganar prestigio y atención en la órbita de Washington.

No pocas veces, ante las exigencias de EEUU de que España, como el resto de miembros de la OTAN, debe hacer un mayor gasto militar y una más cuantiosa contribución presupuestaria a la Alianza, Moncloa ha replicado que España es uno de los países que contribuyen con más efectivos (2.900) a las misiones militares de la OTAN. Hasta 15 misiones: en el Báltico (Lituania y Letonia), Rumanía, en la frontera turca, Líbano, Irak, Costa de Marfil, Mali, Somalia, Yibuti, etc…

La segunda cosa que se ha puesto de relevancia es que este encuadramiento militar de España en la geopolítica de guerra del Pentágono entraña peligros. Peligros «alfa», nada ficticios y muy reales. Porque ponen a nuestras tropas y a nuestro país en la diana de los numerosísimos enemigos de la superpotencia norteamericana, la principal fuente de guerra del planeta.

Algunos desde Moncloa agitan el seguidismo militar de España hacia EEUU, la pleitesía hacia la OTAN y el Pentágono, como una vía para disfrutar de los favores del Emperador. Cuando suponen todo lo contrario: un peligro para España, para sus soldados y para sus ciudadanos. La política a impulsar debería ser la independencia y la neutralidad, hacer de España un factor de paz y de estabilidad, y no convertirla en comparsa de las agresiones de EEUU a los países y pueblos del mundo.

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