Panrico, la compañía fabricante de los populares Donuts y Bollycao, fue adquirida en febrero de 2012 por Oatkre Capital, un fondo buitre norteamericano especializado en comprar a precio de ganga empresas con problemas financieros. Cuando se hizo con el 86% de las acciones de Panrico, el compromiso fue reducir la deuda de la compañía de 380 a 90 millones de euros. En agosto de 2012, Oatkre se hacía con el 100% del capital a cambio de dejar la deuda a cero.
Sólo 14 meses después de aquello dicen que la empresa es inviable si no se despide a 1.900 trabajadores y los restantes aceptan volver a rebajarse los salarios otro 40%. En un claro acto de provocación y chantaje para doblegar la resistencia obrera, la empresa ha pagado a cuenta de la nómina de septiembre… ¡140 euros a cada trabajador! A pesar de que, como denuncia el comité de empresa, ha recibido cinco millones de euros de aval de la Generalitat para dotarla de liquidez.«¿Con que Cataluña estamos, con la de los trabajadores de Panrico o con la de Mas, los fondos buitres y sus policías?» La indignación de los trabajadores es total, porque ya el año pasado aceptaron reducir un 25% sus salarios a cambio de que no hubiera ningún despido, pero ahora el fondo buitre dice que de lo acordado nada y quiere tirar a media plantilla. Y el gobierno de Artur Mas, que entonces actuó de mediador en el acuerdo, en lugar obligar a la empresa a cumplirlo, envía a los antidisturbios a apalear a los trabajadores. Y mientras tanto los dirigentes que se autoproclaman de izquierdas y republicanos callan y otorgan, apoyando y sosteniendo al gobierno de los recortes y la represión en nombre de garantizar una consulta que asegure el “derecho a decidir”. ¿El derecho a decidir de quién? Porque de momento, en Cataluña, son unos fondos buitres y especulativos norteamericanos los únicos que tienen derecho a decidir el despido de miles de trabajadores e imponerles sueldos de hambre. Y el gobierno que se llena la boca hablando de la “libertad de los catalanes” cierra filas con ellos y protege sus intereses enviando a una policía que cada vez tiene menos que envidiar a los grises de otros tiempos. Que nadie se llame a engaño, esta es la naturaleza del “Estado catalán” por el que lucha Mas y su camarilla. Un Estado títere al servicio de unos grandes capitales carroñeros cuyo único interés es devorar Cataluña hasta los huesos. ¿Hasta cuándo la gente nacionalista de izquierdas y honrada va a aguantar esta impostura? ¿Con que Cataluña estamos, con la de los trabajadores de Panrico o con la de Mas, los fondos buitres y sus policías?