El Gobierno de Estados Unidos ha desempeñado un importante papel en la gestación del rescate de los bancos españoles más corroídos por el hundimiento del mercado inmobiliario. Estados Unidos quiere ayudar a España a salir del agujero porque teme una explosión termonuclear en el sur de Europa en vísperas de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre. «Lo único que cabe decir es que, sin intervenir directamente en las negociaciones, Estados Unidos no ha estado en absoluto al margen de la búsqueda de una solución ad hoc para los bancos españoles en un momento muy delicado para la estabilidad del euro», confirmaban ayer fuentes gubernamentales españolas.La preocupación de la Administración Obama ante el agravamiento del paciente español no es ningún secreto para cualquier observador de la política internacional. La crítica situación de Europa se ha convertido en uno de los argumentos centrales del debate político norteamericano, con especiales referencias a España. La depresión económica española ocupa un lugar relevante en la agenda de Washington y el Departamento del Tesoro dispone de una muy detallada información sobre la evolución real del quinto país más poblado de la Unión Europea. Están perfectamente al día de la anatomía española. Y el viernes decidieron actuar. Unas declaraciones de Barack Obama en una conferencia de prensa convocada de improviso en Washington contienen claves muy precisas sobre el rescate español, acordado veinticuatro horas después en la videoconferencia del Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro) tras el oportuno adelanto de las conclusiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las necesidades de financiación de la banca española.