En la actualidad, el índice de desempleo en Estados Unidos se encuentra en el 7,6 por ciento, el nivel más alto de los últimos 16 años, y los analistas no esperan una recuperación al menos hasta el año próximo.
El residente de EE.UU., Barack Obama, promulgó hoy el plan de estímulo económico aprobado la semana pasada en el Congreso, dotado con cerca de 790.000 millones de dólares y del que asegura que es una herramienta vital contra la crisis.En una ceremonia en el Museo de Ciencias en Denver, en Colorado, Obama declaró que el plan «marca el principio del fin» de la crisis.La medida, que tan sólo recibió el apoyo de tres senadores republicanos en todo el Congreso estadounidense, destina cerca de 275.000 millones de dólares a recortes de impuestos y cerca de medio billón a proyectos de infraestructuras, energía y educación.La preferencia concedida a proyectos de energía y educación ha sido una preferencia directa del presidente estadounidense, que considera que la lucha contra el cambio climático será una de las prioridades de los próximos años.Aseguró, por ejemplo, que la medida permitirá la mayor inversión en infraestructuras desde que Eisenhower lanzó el sistema de autopistas interestatales en los años 50, o dar «un gran paso hacia la independencia energética, sentando las bases para una nueva economía verde que creará innumerables puestos de trabajo bien pagados».La Casa Blanca indicó hoy que, según cómo evolucione la economía, podría plantearse un segundo plan de estímulo, aunque subrayó que por el momento no existen previsiones al respecto.En la actualidad, el índice de desempleo en Estados Unidos se encuentra en el 7,6 por ciento, el nivel más alto de los últimos 16 años, y los analistas no esperan una recuperación al menos hasta el año próximo.General Motors y Chrysler presentaron hoy sus planes de reestructuración y solicitaron 21.600 millones de dólares adicionales de ayudas a las autoridades federales a cambio de reducir sus operaciones en Estados Unidos.GM ha recibido préstamos por valor de 9.400 millones de dólares y en los próximos días recibirá otros 4.000 millones comprometidos por el Gobierno estadounidense en diciembre.GM también informó que «durante el curso del próximo año» espera reducir 47.000 puestos de trabajo en todo el mundo, 21.000 de ellos en Estados Unidos.Además, GM pasará en Estados Unidos de 47 plantas de producción con las que ha empezado 2009 a 33 en el 2012 y 32 en el 2014. Para ese año la capacidad de producción de GM en Estados Unidos se habrá reducido a 2 millones de vehículos anuales, 800.000 menos que ahora.Las marcas de GM también sufrirán fuertes cambios. Hummer, Saab y Saturn están destinadas a desaparecer.Durante una rueda de prensa posterior a la presentación del plan, el presidente y consejero delegado de Chrysler, Robert Nardelli, advirtió de que aunque el plan presentado al Departamento del Tesoro incluye el escenario de la quiebra, esa opción no es deseableLa empresa dijo que «una reestructuración ordenada evitando la quiebra», junto con la terminación de su plan de viabilidad, mejorada con la alianza estratégica con Fiat, «es la mejor opción».»Es evidente que en el futuro, se requerirá más por parte de todos los involucrados (acreedores, proveedores, concesionarios, trabajadores y ejecutivos) para asegurar la viabilidad de estas compañías», añadió la Casa Blanca.Los expertos consideran que el plan de Obama permitirá activar los mercados para fines de 2009, pero no creen que surta efecto inmediato, ni frene la pérdida de empleos, acelerada en los últimos meses con las reducciones masivas de grandes compañías en problemasEl plan representa cerca del 5.5% del PIB, mientras que el déficit fiscal se sube sobre el 10 % del PIB. A pesar de ser la mayor inversión fiscal en la historia de EEUU para un período corto, algunos analistas consideran que los fondos son insuficientes considerando la severidad de la crisis y otros indicadores macroeconómicos.La visión de un clima de estabilidad amenazada, se ve reforzada por el informe de las 16 agencias de inteligencia de EEUU al Congreso de la semana pasada señalando que «la crisis global financiera y económica y la recesión representan la mayor amenaza a la seguridad».»Tiempo es la mayor amenaza en esta crisis», y que mientras más tiempo se emplea para resolverla, más crece la amenaza a los intereses estratégicos de EEUU», concluye el informe.