Hunosa pretende dejar de aportar los fondos acordados en los planes 1998-2005 y 2006-2012 para actualizar las prejubilaciones según IPC, las aportaciones a la Seguridad Social y otros complementos. Quiere aplicar una resolución de los Presupuestos del Estado para 2013 por la que ninguna empresa dependiente de la sociedad estatal SEPI puede aportar fondos para el pago de prejubilaciones.
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Según los sindicatos mineros de CCOO y SOMA-UGT en 2012 cada minero prejubilado perdió una media de 2.200 euros de poder adquisitivo por los recortes. Este sería el segundo gran hachazo.
La paralización de estos fondos tendría un efecto muy negativo, no solo entre las familias de los mineros sino en las propias comarcas, ya que unido al alto porcentaje de paro, a la supresión de las becas mineras, la reducción del 95% de los fondos para la modernización y recuperación ambiental, el recorte de más del 60% en las partidas para el funcionamiento de las minas y la falta de ayudas a la producción a empresas privadas hacen que las pensiones de muchos de los prejubilados sirvan como colchón para hijos y nietos de mineros, en muchos casos son el único sustento de familias enteras. Además una reducción de los salarios conllevaría el cierre de muchos comercios. «Las pensiones de los prejubilados son el colchón para hijos y nietos de mineros, en muchos casos el único sustento de familias enteras»
Paradójicamente cuando se está llevando a cabo el cierre definitivo de las cuencas mineras españolas muchos medios de comunicación silencian que estudios internacionales pronostican que la demanda de carbón a nivel mundial está aumentando y se espera que para 2016 haya aumentado en un 65%. Tanto es así que Alemania ha realizado un plan para reabrir las minas de la cuenca del Rhur. Que el fin de las ayudas a la minería haya venido de forma tan clara tras las negociaciones del “rescate bancario” no es casualidad.
La dependencia energética de la importación, a lo que nos llevan estas políticas nunca será la mejor opción porque dejaría el país a merced de los mercados que disparan los precios a su antojo. De hecho, tras las últimas elecciones autonómicas del Principado se ha descubierto que Goldman Sachs (Banco de inversión y valores norteamericano) almacena en el puerto asturiano de El Musel miles de toneladas de carbón colombiano, a la espera de que el precio se dispare para especular con él.
Por ello el cierre de las minas españolas condenando a las comarcas mineras a un futuro desalentador será un buen negocio para los especuladores internacionales.