España se ha sumado a la oleada internacional a favor del reconocimiento del Estado palestino, a través de una resolución parlamentaria apoyada por una inusual unanimidad de todos los grupos y diputados. Por fin el Congreso da un paso, aunque tímido, en la dirección del sentimiento mayoritario de la sociedad española, cuya solidaridad con el pueblo palestino se ha demostrado numerosas veces. La presión de la sociedad española, y la lucha del pueblo palestino, han obligado a las autoridades internacionales, desde la ONU a buena parte de gobiernos europeos, como el español, a mover ficha.
319 votos a favor y tan solo dos en contra y una abstención. Muy pocas veces se registran esos números en una votación parlamentaria. Y sucedió cuando el Congreso aprobó una proposición no de ley que insta al Gobierno a reconocer a Palestina como Estado, un reconocimiento que debe ser consecuencia de un proceso de negociación que garantice la paz, el respeto a los derechos ciudadanos y la estabilidad regional. «La sensibilidad de la sociedad española hacia el pueblo palestino tiene su base en la solidaridad con todos los pueblos oprimidos»
Aunque la resolución es todavía demasiado tímida e insuficiente en muchos aspectos, el aplauso de los representantes de la Autoridad Nacional Palestina presentes en la tribuna de invitados evidencia el calado político de este hecho.
Así como el Israel respondiera al reconocimiento señalando que “es contrario a la paz”. Los representantes del mismo país que lleva 66 años violando el derecho internacional y cada resolución de la ONU que les concierne, se arrogan hoy el derecho de enseñar cómo se debe llegar a la paz. En paralelo, son sus maquinarias las que expanden las colonias y demuelen hogares palestinos, mientras son las decisiones de su gobierno las que continúan oprimiendo al pueblo palestino en contra de la ley internacional.
Pero quien avanza en el mundo, conquistando victorias diplomáticas que tienen consecuencias políticas, es el pueblo palestino, y no el Estado israelí.
La ONU reconoció el Estado palestino. Y tras la última y sanguinaria ofensiva israelí en los territorios ocupados, muchos Estados han iniciado el mismo camino. Suecia se convirtió en el primer Estado de la UE en reconocer al Estado palestino, y el parlamento británico o el francés han aprobado resoluciones instando a sus gobiernos a que hagan lo propio.
Ahora el Congreso español se suma a este camino. La sensibilidad de la sociedad española hacia el pueblo palestino tiene su base en la solidaridad con todos los pueblos oprimidos, y también en las especiales conexiones que siempre hemos mantenido con el mundo árabe.
El lugar de España está al lado del pueblo palestino. La sumisión hacia EEUU -el auténtico “patrón” del verdugo israelí- ha retrasado demasiado este paso, que debía haberse dado hace ya mucho tiempo.