1.- El saqueo de las rentas familiares a cargo de los bancos (la transferencia del capital social o de las rentas y salarios a los entes financieros) vía endeudamiento familiar, etc., empezó y se cocinó durante la época de prosperidad, o sea, de la especulación inmobiliaria, la corrupción, de cuando daba igual que el gato fuera negro o blanco, de la «modernización» de la sociedad española, del logsismo, etc., que arranca hace más de dos décadas.
En España, la brecha entre acumulación de la riqueza y la extensión del endeudamiento y saqueo de las rentas familiares superó la media del mismo proceso en los países de la OCDE, entre otras razones, por la regresiva política fiscal o redistributiva que ha caracterizado las dos últimas décadas. 2.- El empobrecimiento se acelera con la crisis y ese agravamiento de la brecha social es consecuencia directa de las anteriores políticas de endeudamiento social y acumulación financiera, propiciadas y reguladas por el poder político desde los años 80. En España, la brecha se agranda por la magnitud del paro y la precariedad de las políticas que debieran satisfacer los derechos sociales. Y esto viene asimismo de atrás, con la complicidad manifiesta de la partitocracia (todo el arco de partidos parlamentarios) y de las organizaciones sindicales (al menos, de muchas de ellas). La sola voz crítica y alternativa y la única resistencia social a ese estado de cosas ha sido, en términos generales, la de los «indignados», la gran novedad democrática de estos últimos años, que algunos partidos tratan de fagocitar siguiendo las viejas tácticas de manipulación de los «frentes de masas» y movimientos ciudadanos.
3.- Pero, no es solo eso. A lo que se apunta en este correo es a lo que está sucediendo de forma acelerada y precipitada, avasalladora, desde que la crisis se desató: la creación de una clara y humillante jerarquía dentro de la UE, con un centro y periferias económicas y políticas claramente perfiladas, cuya ejecución -y a la vez, finalidad- es el atropello de la democracia y de los derechos ciudadanos, hasta ahora protegidos por los regímenes constitucionales de soberanía nacional.
«La nueva jerarquía, nos sitúa en tercera o cuarta división»Desde estos nuevos centros de poder políticos y económico supranacionales se está llevando una verdadera e implacable guerra contra los derechos sociales y el concepto de ciudadanía democrática de las periferias de la UE (los llamados PIIGS del Sur, tratados como parásitos del productivo y laboriosos Norte. Los PIIGS son Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España). La nueva jerarquía, que nos sitúa en tercera o cuarta división, tiene un corolario sin el que aquella no se entendería: la disciplina social a la que hay que someterse como medicina para el saqueo y transferencia a saco de capìtal a Berlín y cia.
«Disciplina social para el saqueo y transferencia de capìtal a Berlín y cia» 4.- Una ayuda inestimable en este proceso son los «multiculturalismos reactivos» (es decir, no los destinados al consumo turístico, de modas, etc., sino el comunitarista e identitario que persigue el diferencialismo político y económico), especialmente reactivos y amenazantes para la democracia cuando se trata de multiculturalismos antiglobaliazaciónn con tintes anticapitalistas o izquierdistas. Al final, resulta que la «ejemplaridad» (la fórmula explosiva Thatcher más Merkel) en el Sur la están vendiendo estos multiculturalistas al amparo de esos multiculturalismos y en nombre de la modernidad europea. 5.- Mientras tanto, el proceso de «ayuda a los bancos» sigue campando por sus respetos, entre indultos y complicidades políticas por parte de nuestros gobiernos e instituciones representativas. La última de la serie (pero, no de la historia que nos ocupa) es la compra de la CAM por el Banco Sabadell por un euro, con la contrapartida de recibir 5.249 millones de «ayudas públicas», con avales que alcanzan a los 21.429 millones. La cuota del rescate es la que pagamos entre todos vía recortes sociales y rebajas salariales (Asomaros al «De verdad»). Para colmar el vaso, ese mismo banco presta dinero a la Generalitat (modelo de banca catalana) al 6 % (¡toma ya!). ¡Que no decaiga la indignación!