Según ha hecho público la Comisión Europea, con los datos aportados por el Gobierno español, el sector lechero de nuestro país no pudo cubrir, en la última campaña, la cuota de producción asignada por la Unión Europea (UE). De 6,17 millones de toneladas en ventas a la industria, la producción real fue de 5,91 millones. La cuota de producción para venta directa era de 66.547 toneladas y la producción de sólo 52.083 toneladas. Hace ya años que, a raíz de la entrada de España en la Unión Europea, el gobierno socialista español aceptó un sistema de cuotas para la agricultura, la ganadería y la pesca que supuso la dramática destrucción de una gran parte de la capacidad productiva existente en esos sectores. En el sector lácteo, aquello provocó la desaparición de tantas explotaciones ganaderas que nos dejaron sin vacas, prácticamente sin capacidad para satisfacer la demanda de la población española. Ahora, ya no podemos producir leche ni para cubrir la cuota europea.
Porque, or un lado, no se tuvo en cuenta las necesidades reales de la población española ni los intereses económicos nacionales, y, por otro lado, no se condicionó a una modernización sistemática de esos sectores, transformándolos y haciéndolos competitivos. Como consecuencia, la actual demanda de leche y productos lácteos en España se eleva a unos nueve millones de toneladas. Y la falta de producción española se cubre con las importaciones de los demás países comunitarios, especialmente de Francia. El problema de fondo es la situación de dependencia política y económica de España, la aceptación de unas cuotas impuestas a España por la Unión Europea en beneficio de una, u otras, potencias europeas, desmantelando la actividad ganadera española, desplumando el campo español y llevándolo a la quiebra. Además a esta producción española por debajo de la cuota se ha añadido el hundimiento de los precios de la leche en origen como consecuencia del aumento de las importaciones de leches baratas excedentarias desde otros países comunitarios, especialmente desde Francia. Una vez que los representantes políticos de las potencias dominantes en la Unión Europea, y en este sector, especialmente, Francia, consiguieron destruir, mediante la política de cuotas de producción, una parte muy importante del tejido productivo ganadero y dejarlo por debajo del nivel de consumo de la población española; ahora se aprovechan de esa escasa producción nacional de leche para inundarnos y ahogarnos con leche importada. Hay que defender los intereses nacionales frente a las imposiciones de otros países europeos aplicadas como decisiones de la Unión Europea. Hay que regular el sector comercial para acabar con los abusos de los monopolios de distribución y comercialización alimentaria.