Finales de 2021. Esta es la fecha donde se juega de verdad el futuro de los salarios en España. Es el plazo comprometido con la UE para aprobar los cambios en la reforma laboral.
Sean cuales sean las modificaciones, y aunque estas tengan efectos positivos, si no se cambia el marco laboral impuesto desde 2010 en beneficio de los trabajadores, el resultado será un nuevo recorte de los salarios.
Tres son las fechas marcadas en el calendario. Finales de 2021: reforma laboral. 2022: reforma de las pensiones. 2023: reforma fiscal. Son condición para recibir los fondos europeos. Y su resolución decidirá nuestras vidas por mucho tiempo.
¿Cómo abordar los cambios en la reforma laboral desde los intereses de los trabajadores? El gobierno de coalición promete “derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral aprobada por Rajoy en 2012”. Y algunos sectores incluyen también eliminar los puntos más duros de la ejecutada en 2010 bajo el gobierno de Zapatero.
Este no puede ser el horizonte. Algunos de los cambios planteados desde el gobierno son positivos, como las medidas para combatir el exceso de temporalidad. Pero el aumento de la precariedad y el recorte de salarios no va a revertirse eliminando tal o cual medida, por muy reaccionaria que sea. El problema, lo que hay que cambiar, es un marco laboral de conjunto, plasmado en las sucesivas reformas laborales.
¿Cuáles son los pilares de ese marco laboral, impuesto con el objetivo de recortar los salarios?
- Aumento de la “flexibilidad laboral”: ofreciendo a los grandes empresarios “manos libres” para cambiar las condiciones de trabajo -reduciendo salarios, ampliando horas de trabajo…-. A través de la prevalencia de los convenios de empresa sobre los colectivos -la fuerza de los trabajadores en una empresa es menor que en todo un sector, y las condiciones de esa negociación son peores-. O ampliando las causas de “descuelgue” de los convenios, para que el propietario de la empresa pueda endurecer lo que ya estaba pactado.
- Despido más fácil y más barato. Desde 2012, el coste del despido en España se ha reducido un 36%. Antes ya se había reducido de 33 días a 20, casi a la mitad. Y se han ampliado, casi a discreción, las causas de despido. Según ha publicado un estudio del Ministerio de Trabajo, el despido en España es “fácil, barato y desigual”. Y constituye una espada de Damocles que obliga al trabajador a aceptar peores condiciones.
- Imposición de un paro estructural y abuso de la temporalidad. Hoy el PIB español supera en casi 50.000 millones al de 2007. Sin embargo la población activa es de 1,5 millones de trabajadores menos. Esto es más explotación: menos trabajadores producen más. Por eso se impone de forma estructural que el paro esté por encima del 14%, casi el doble que en 2007. A lo que se añade una temporalidad que duplica la media europea. Haciendo pasar por temporales trabajadores que en realidad son fijos, rebajando así su salario.
Esta “triada” configura un marco laboral de conjunto. Sin cambiarlo, también de conjunto, no será posible revertir el recorte de salarios.
El aumento de la precariedad y el recorte de salarios no va a revertirse eliminando tal o cual medida. Lo que hay que cambiar, es un marco laboral de conjunto, plasmado en las sucesivas reformas laborales.
¿Y qué dice Bruselas?
- Admite cambios en la reforma laboral, aprobados “por consenso con los agentes sociales”.
- Remarca “la necesidad de preservar los elementos de las reformas del mercado laboral de 2012 y 2013 que han desempeñado un papel importante en el impulso de la recuperación económica”.
- Exige reformas “tales como un nuevo mecanismo de estabilidad y flexibilidad en el marco laboral”.
- A través del Banco de España -que hoy es una sucursal del BCE- ha planteado la necesidad de reducir a la mitad los costes del despido. Y de “combatir la dualidad entre fijos y temporales”… reduciendo la protección de los trabajadores fijos.
- Lo ha rematado con la reclamación de “una reforma laboral integral y ambiciosa”.
Es decir, la Comisión Europea admite cambios, pero exige mantener el marco laboral de conjunto, reclamando en todo caso su endurecimiento.
Salario mínimo y salario real
Se vetó, por parte de la ahora vicepresidenta económica, Nadia Calviño, pero se va a aprobar en 2021. El salario mínimo volverá a subir: entre 12 y 19 euros este año, y 31 euros en 2022 y 2023.
Los sindicatos han reclamado un incremento mayor, ya que el propuesto por el gobierno queda por debajo del aumento previsto de la inflación. Mientras que la gran patronal se ha opuesto, calificándolo de populismo.
Es una buena noticia que la subida del salario mínimo vuelva a estar encima de la mesa. En los últimos tres años se ha incrementado un 30%, el mayor aumento de las últimas décadas. Y son necesarios nuevas subidas.
Pero, con ser una medida positiva que debemos apoyar, no evita el avance del recorte de los salarios.
Según la OIT, España es el segundo país de Europa que más masa salarial perdió en 2020, y el primero con más aumento de la desigualdad -de la distancia entre los salarios altos y los bajos-.
Según la consultora Hays, el 35% de los trabajadores han visto su salario recortado, y anuncia que “los sueldos de la recuperación serán mucho más bajos que antes de la pandemia”.
El Instituto Nacional de Estadística documenta un recorte del salario bruto en 2020 de 663 euros, como media, por trabajador.
Y en el primer semestre de 2021 los salarios han perdido poder adquisitivo, algo que puede agudizarse con una inflación cada vez más disparada.
Es bueno que suba el salario mínimo, pero es igual o más urgente y necesario “reconvertir” el marco laboral de conjunto en beneficio de los trabajadores.