Según la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública, tras la entrada en vigor del copago, dos de cada diez pensionistas han estado renunciando a comprar los medicamentos recetados por su médico.
Casi mil encuestas a finales del año pasado, es decir, antes de que entrara en vigor el euro por receta en Madrid, y otras tantas realizadas a jubilados pacientes de centros de salud de la red pública madrileña, han servido de base para extraer una terrible conclusión: el 17% de ellos aseguraron haber dejado de utilizar alguno de los fármacos prescritos por su médico.La Federación denuncia con los números en la mano, que el copago ha reducido la renta disponible de los pensionistas. Una media de 11 euros mensuales que se suman al resto de recortes, subidas de impuestos, de la luz, del gas y de los productos básicos.«El copago ha reducido la renta disponible de los pensionistas» Como es de esperar, los pensionistas con las rentas más bajas son los que más sufren los recortes, cerca de dos millones de personas. Hay que tener en cuenta, además, que el 60% de los pensionistas consume medicamentos que no están cubiertos por la Seguridad Social. No hay que olvidar que 400 medicamentos fueron excluidos por el Ministerio de Sanidad.“Nuestro estudio demuestra que el copago en los pensionistas ha producido el efecto esperado, y ya objetivado en otros países, es decir, los pensionistas han dejado de consumir medicamentos prescritos, en porcentaje mayor según menor es su nivel de renta, por lo que ha perjudicado sobre todo a los más pobres […] no se ha reducido realmente el gasto (como se supone que pretendía el copago) sino que este se ha trasladado al bolsillo de los pensionistas”.El presidente de la Federación, Marciano Sánchez-Bayle, al que recientemente entrevistamos en nuestro periódico (ver más abajo, “La sanidad en manos de las multinacionales”), advierte que aún está por analizar la repercusión del hecho de no utilizar los medicamentos prescritos, y del más que probable empeoramiento de las enfermedades de base y la descompensación de los enfermos crónicos, lo que se podría traducir en más visitas a las urgencias… más gasto y, sobretodo, menos calidad y esperanza de vida.Mientras el FMI sigue presionando para que el gobierno de Rajoy acelere el proceso de privatización de las pensiones, bajo la explicación de “aliviar al Estado de esa carga”. Que es lo que son los pensionistas para ellos, una carga.Los pensionistas no solo son el sector más débil de la población, es que todos seremos pensionistas, o jubilados, o, por lo menos, envejeceremos. No nos atacan a unos, nos atacan a todos.