Cambiando las reglas de juego a mitad de la partida, la Junta Electoral ha dejado en la más absoluta indefensión a las candidaturas rechazadas, desprecia la voluntad de miles de ciudadanos que las han avalado con sus firmas y propicia una nueva vuelta de tuerca en el blindaje del sistema bipartidista
Al suprimir de forma unilateral, y en contra de todas las instrucciones dadas hasta entonces por las Juntas Electorales provinciales, la posibilidad de poder enmendar los defectos de forma encontrados en las firmas que avalan las candidaturas, la Junta Electoral Central ha fulminado de un sólo golpe decenas, cientos de candidaturas en toda España. Habían dado una regla y a mitad del juego la cambian retroactivamente. Mientras miles de personas estábamos recogiendo firmas, horas de vida de la gente dedicadas a fortalecer la democracia, otros en un despacho estaban decidiendo cómo recortarnos la democracia.
«La Junta Electoral Central ha fulminado de un sólo golpe decenas de candidaturas» Pese a haber presentado más de 70.000 firmas, superando en las 52 circunscripciones el limite de avales requeridos, nuestras candidaturas, De Verdad contra la crisis-UCE, ha sido rechazadas en 20 provincias. Otro tanto le ha ocurrido a la práctica totalidad de partidos minoritarios.Lo arbitrario de la medidaEs importante conocer la secuencia temporal de lo ocurrido para advertir la escandalosa arbitrariedad de la medida. Una vez finalizado, el 17 de octubre, el plazo para la presentación de las candidaturas con sus correspondientes avales, la Juntas Provinciales empezaron a comunicar en los dos días siguientes a todas las candidaturas la cantidad de firmas defectuosas por distintos motivos, dando un plazo de 48 horas para subsanar los defectos de forma o presentar nuevas firmas. No ha habido opción. A pesar que la misma ley otorga un plazo de tiempo para resolver las deficiencias encontradas, una instrucción de la Junta Electoral Central tramitada de forma urgente y con carácter retroactivo el jueves 20 de octubre prohibía a las Juntas Provinciales admitir nuevas firmas. Como consecuencia, cientos de candidaturas provinciales en toda España han sido rechazadas, sin dar la más mínima opción a poder subsanar defectos de forma tan irrelevantes como que un elector haya prestado su aval a dos o más candidaturas, sin conocimiento de éstas.«Es un atropello democratico cambiar las reglas a mitad de la partida» Al retroceso de las libertades democráticas que significó la nueva Ley Electoral aprobada por PSOE, PP y CiU en enero de este año –con la exigencia de la presentación de un 0,1% de firmas del censo electoral de cada circunscripción para avalar la presentación de los partidos sin representación parlamentaria–, se suma ahora la decisión de la Junta Electoral. Cambiando las reglas de juego a mitad de la partida, la Junta Electoral deja en la más absoluta indefensión a las candidaturas rechazadas por defectos de forma, desprecia la voluntad de miles de ciudadanos que las han avalado con sus firmas y propicia una nueva vuelta de tuerca en el blindaje del sistema bipartidista. Blindar el bipartidismoJusto en el momento en que millones de personas han salido a la calle en los últimos 6 meses para expresar reiteradamente su rechazo al modelo bipartidista y exigir más proporcionalidad del sistema electoral y una mayor representatividad del régimen democrático, una simple medida administrativa de la Junta Electoral Central deja fuera del juego democrático a cientos de candidaturas. Un acto de fuerza que, en realidad, revela la extrema debilidad del modelo bipartidista y su necesidad de blindarse con leyes antidemocráticas y medidas que nos retrotraen al viejo modelo caciquil imperante en la España del sigo pasado. Yo hago la ley, yo fijo las reglas de juego y yo las interpretó y las cambio a conveniencia, con nocturnidad y alevosía, a mitad de la partida.Exactamente lo mismo que hicieron en septiembre con una reforma de la Constitución pactada por las cúpulas de PP y PSOE al margen del resto de fuerzas parlamentarias y despreciando olímpicamente la opinión y la voluntad de los ciudadanos. En las pasadas elecciones autonómicas y municipales de mayo, 3,5 millones de votantes expresaron su rechazo a la política de recortes y ajustes del Gobierno de Zapatero, retirando su voto al PSOE, sin que el PP fuera capaz al mismo de tiempo de recoger más de un 15% de esos votos. Y el rechazo y la debilidad del modelo bipartidista –gracias al cual el FMI y Bruselas, Washington y Berlín pueden imponernos sus dictados– no han hecho mas que ir en aumento en estos meses, como han puesto de manifiesto las masivas y multitudinarias manifestaciones del 19 de junio y el pasado 15-O. O como confirma la encuesta publicada por el diario El País este mismo fin de semana, revelando que el 73% de los españoles están de acuerdo con las exigencias democráticas del 15-M y su denuncia de un sistema bipartidista que no representa a la mayoría de la población. Blindar al máximo posible el modelo bipartidista, eliminar el mayor número de opciones políticas en las que los ciudadanos puedan verse representados, detener en todo lo que puedan que el rechazo a su modelo se exprese y sea visible políticamente es el denominador común que tienen todas estas medidas. Y que meten a nuestro país en una peligrosa espiral de retroceso democrático y recorte de libertades. ¿Qué será lo siguiente? ¿Recortar en nombre de la “austeridad” –como ya han insinuado algunos– el número de diputados para hacer todavía más difícil el acceso a los parlamentos de las fuerzas políticas minoritarias que se salen de esquema bipartidista? Tenemos la razón y la fuerza
“No he de callar / por más que con el dedo / ya tocando en tu boca o en tu frente / silencio avises o amenaces miedo.”
Como dicen los versos de Quevedo no hemos de callar por más que nos avisen con el silencio o nos amenacen con el miedo. No al menos nosotros. Porque nos asiste la razón y la justicia. Y porque sabemos que contamos con el respaldo de cualquier persona con un mínimo de sensibilidad democrática y que todas las fuerzas políticas que se oponen al bipartidismo deben, si son consecuentes con lo que proclaman, apoyar la justa demanda de que sea concedido un plazo de tiempo para demostrar que contamos con avales más que sobrados para presentarnos por todas las provincias. Y por eso mismo estamos dispuestos a movilizar todos los recursos a nuestro alcance para frenar esta intolerable agresión a nuestra libertad para concurrir a las elecciones por todo el territorio nacional difundiendo nuestro programa y nuestra alternativa de levantar un amplio frente de unidad por la redistribución de la riqueza, la ampliación de la democracia y la soberanía nacional. Y para defender el derecho inalienable de cualquier votante, en cualquier lugar del territorio nacional, a poder decidir si quieren, o no, confiarnos su voto.Recursos que, por supuesto, incluyen la utilización de todas las instancias judiciales, desde el Tribunal Supremo hasta el Constitucional, pero que no se agotan en ellas.Desde hoy mismo, nuestra organización va a volver nuevamente a las calles a recoger otra vez las 35.000 firmas requeridas por la ley, pero esta vez denunciando el carácter antidemocrático y arbitrario de la medida de la Junta Electoral Central. Campaña a la que invitamos a participar a todas las organizaciones que han visto rechazadas sus candidaturas que deseen sumarse. Llamamiento que hacemos extensivo a todos los partidos y movimientos que rechazan el cada vez más asfixiante y antidemocrático control bipartidista del sistema político. Firmas que, por nuestra parte, presentaremos ante el Tribunal Constitucional no sólo como expresión de rechazo, sino como una nueva constatación política y práctica del apoyo de decenas de miles de ciudadanos a que todo el mundo pueda presentar todas sus candidaturas. A pesar de que nos afecta de forma directa a nosotros –y a otros partidos minoritarios–, éste no un asunto exclusivamente nuestro. Porque aunque lo que aparece a primera vista es nuestro derecho a concurrir libremente a las elecciones, lo que está en juego en última instancia es si vamos a permitirles iniciar un camino –que se sabe donde empieza, pero no donde acaba– de recortes antidemocráticos o vamos a tomar firmemente en nuestras manos la defensa de la democracia y las libertades para todos.
llepol dice:
Esto ya es de juzgado de Guardia. Lo de obligar a los partidos extra-parlametarios a recoger firmas de avales para poderse presentar en las elecciones ya era una medida claramente anti-democratica, pero esta medida a traición y sin capacidad de rectificación es una canallada.