Una importante asociación de la policía griega ha exigido que se emitan órdenes de arresto contra los representantes de la llamada troika » formada por los altos funcionarios del BCE, el FMI y la UE encargados de dictar las medidas de recortes y ajuste» por los cargos de «extorsión», de «promoción encubierta de la eliminación o reducción de nuestras políticas democráticas y de la soberanía nacional» y de «interferencia en procesos legales esenciales» del Estado.
“Quedan avisados de que, como representantes legítimos de la policía Griega, requeriremos que nos sean emitidas órdenes de arresto hacia ustedes por una gran cantidad de delitos contemplados por la legislación y de acuerdo al Código Penal griego”, afirma en una carta la Federación Panhelénica de Oficiales de Policía (POASY). Sus destinatarios son Poul Thomsen, del Fondo Monetario Internacional (FMI), Servaz Deruz, de la Comisión Europea (CE) y Klaus Mazuch, del Banco Central Europeo (BCE).El comunicado aclara que la decisión se tomó en un consejo general ampliado de la POASY los pasados días y refleja el hartazgo de los oficiales de policía sobre las presiones internacionales para implantar políticas de ahorro.La POASY demanda “políticas programáticas que salvaguarden los intereses de los trabajadores” y que el interés de los “usureros” “no sea puesto por encima de las necesidades básicas de la gente corriente”Además, deja claro que “bajo ninguna circunstancia” los policías aceptarán ser utilizados en contra del pueblo griego: “No aceptaremos que nos pongan a matar a nuestros hermanos”, afirma la misiva.Un portavoz de la policía griega consultado por Efe se negó a valorar el comunicado, pero reconoció que se tiene constancia de éste y que la POASY cuenta con “bastante influencia” en el cuerpo.
La noticia viene a confirmar la creciente resistencia que existe dentro mismo de los principales aparatos de Estado griegos al saqueo sin límites y la degradación absoluta a la que el FMI y Berlín están condenando a Grecia. En vísperas del golpe de Estado tecnocratico que eliminó a Papandreu cuando éste anunció la convocatoria de un referéndum sobre la permanencia de Grecia en el euro, ya se habló de la existencia de una poderosa corriente en el seno del Ejército -que al parecer abarcaba desde el alto mando a los oficiales intermedios- opuesta a las serviles claudicaciones de la clase política ante Bruselas.
El comunicado del sindicato policial ahora, no hace más que ratificar la creciente hostilidad del 90% de la población hacia una Unión Monetaria que, dirigida por Berlín, exige prácticamente la inmolación del pueblo y la conversión de Grecia en poco más que un protectorado germano.