Decir hoy “¡No a la guerra!” es denunciar la invasión rusa de Ucrania, es solidarizarse con el pueblo ucraniano.
No podemos aceptar que Moscú ocupe militarmente un país soberano, pretenda derrocar con tanques y misiles a su gobierno, o imponga por la fuerza la amputación de una parte del territorio ucraniano.
La agresión imperialista rusa ya está provocando muerte y destrucción, y una crisis humanitaria con cientos de miles de refugiados.
España debe impulsar que la UE, desde una posición autónoma de EEUU, trabaje para detener las agresiones de Moscú, alcanzando una paz que proteja a los ucranianos y defienda sus intereses.
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Solidaridad con Ucrania
La guerra ha vuelto al corazón de Europa. Al desatar la invasión de Ucrania, Putin está amenazando la paz mundial, provocando una guerra que deja ya un rastro de sangre y desestabilización.
El jueves 24 de febrero, las tropas rusas acantonadas en la frontera -hasta 190.000 soldados- entraban en territorio ucraniano. A la invasión terrestre se le sumaba el lanzamiento de misiles sobre aeropuertos, instalaciones militares y algunas ciudades.
La imagen de un misil ruso impactando contra un bloque de viviendas en Kiev, o la de un tanque de Moscú aplastando un coche sin esperar a que su conductor civil pudiera abandonarlo, expresan la criminalidad de la ocupación rusa. La visión de familias enteras refugiándose en el metro de Kiev son idénticas a las de los madrileños que se protegían en refugios del cerco del ejército fascista en 1936.
Gestado en las entrañas del KGB, Putin representa la peor tradición del imperialismo ruso. Como cualquier imperialismo, intenta justificar su actuación criminal. Afirmando que busca liberar a Ucrania del “gobierno nazi” de Kiev o “defender la independencia” de las regiones del Donbass.
Miente. Quien hoy ocupa el lugar de los nazis que invadieron Ucrania es Putin. Y es Moscú quien creó en 2014 una insurgencia “independentista” en el Donbass, no para “liberar a un pueblo oprimido” sino para dominar mejor un país fragmentado.
La ONU ya cuantifica en 380.000 el número de refugiados actuales, anunciando que la cifra puede escalar hasta los cinco millones. Y la ocupación de las principales ciudades del país, especialmente la capital, Kiev, donde las tropas rusas están encontrando una feroz resistencia, puede anunciar una carnicería.
La seguridad de Europa, frente a la escalada de las agresiones imperialistas de Moscú, no va a venir de un reforzamiento de la presencia militar norteamericana. Y la ampliación de la OTAN hacia el este europeo no es un factor de paz, sino todo lo contrario.
Pero hoy la única posición justa es denunciar la injustificable invasión por parte de Moscú de un país soberano. Todos los demócratas y amantes de la paz, y a la cabeza los comunistas y revolucionarios, debemos manifestar nuestra solidaridad con el pueblo ucraniano y defender la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.
Quien, bajo cualquier argumento, justifique la invasión rusa está defendiendo el imperialismo, la peor pandemia jamás sufrida por la humanidad.
Se ha levantado ya un movimiento contra la guerra y en solidaridad con Ucrania en todo el planeta. También en Rusia, donde en 53 ciudades miles de ciudadanos se manifestaron valientemente contra la invasión de Ucrania, a pesar de la feroz represión lanzada contra ellos por el gobierno.
Todos los demócratas y amantes de la paz, y a la cabeza los comunistas y revolucionarios, debemos denunciar la invasión rusa y solidarizarnos con Ucrania, defendiendo su soberanía e integridad territorial
Todas las fuerzas políticas en España han cerrado filas denunciando la invasión rusa. Pero hay una excepción: los “amigos de Putin” en España están representados por Vox, que hace muy pocos días organizó en Madrid una cumbre de las principales fuerzas de la ultraderecha europea… todas ellas, incluyendo Vox, han manifestado su simpatía hacia Putin.
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Una alternativa frente a la guerra
Exigimos la detención inmediata de la ofensiva militar rusa contra Ucrania, especialmente su intención de ocupar ciudades como Kiev, atacando a la población civil.
Reclamamos la retirada de todas las tropas de Moscú que han entrado en Ucrania.
Rechazamos el reconocimiento ruso de la independencia de las repúblicas del Donbass, sembrando división y enfrentamiento. Nadie puede desgajar una parte de otro país por la fuerza.
Solo desde estas premisas es posible que la diplomacia pueda hallar una solución negociada. Hay que detener la guerra, pero una paz justa debe en primer lugar ayudar y proteger a Ucrania.
España debe ser un factor de paz. Esto exige no participar en la guerra. Los soldados, buques y aviones españoles desplegados en el este de Europa bajo mando de la OTAN no pueden formar parte de ninguna actividad ofensiva.
Pero eso no significa abandonar a su suerte a Ucrania. España debe practicar una neutralidad activa. Denunciando la invasión rusa y respaldando al pueblo ucraniano.
La UE debe mantener una posición autónoma de EEUU, trabajando para detener la guerra con una paz que proteja los intereses de los ucranianos
Los europeos sufrimos las consecuencias de esta guerra, y debemos encabezar la solución que la detenga. Ello exige que la UE mantenga una postura autónoma. Si los 27 son una mera “correa de transmisión” de la posición de EEUU, y solo podemos actuar a través de la OTAN, no podremos jugar un papel activo. España debe encabezar que la UE tenga una voz propia para una solución al conflicto y jugar un papel de intermediación manteniendo abiertas todas las vías diplomáticas que lleven al cese de la agresión y la paz en la región.
Desde aquí apoyamos:
-Las medidas económicas que puedan contribuir a detener a Putin.
Las sanciones económicas contra bancos, instituciones y oligarcas rusos aliados del Kremlin, embargando sus bienes o impidiéndole el acceso al sistema de pagos internacional, o la congelación de los activos del Banco Central ruso en el extranjero, dificultan a Moscú mantener el esfuerzo económico que sostenga la guerra.
-El envío urgente a Ucrania de ayuda humanitaria y la acogida de los refugiados que huyen de la guerra.
El gobierno español debe ofrecer a Ucrania toda la ayuda humanitaria: sanitaria para atender a los heridos, acciones para garantizar bienes básicos a la población…
Y todos los países de la UE deben acoger de forma inmediata a los refugiados: agilizando los trámites para concederles asilo, proporcionándoles ayuda y habilitando corredores humanitarios para facilitar su evacuación.
Reclamamos el envío urgente a Ucrania de ayuda humanitaria a Ucrania y la acogida de los refugiados que huyen de la guerra
-Instar al gobierno español a que tome medidas para proteger a nuestro país, especialmente a los sectores más débiles, del impacto económico de la guerra.
Hemos de tomar medidas contra la escalada de la inflación, a causa del aumento de los precios del gas o el petróleo. Y que recortan unos salarios que están entre los más bajos de Europa.
El gobierno español ha de blindar sectores estratégicos, como el de la energía. Es el momento de reducir nuestra dependencia energética del exterior, que nos condena a sufrir en mayor medida shocks como el actual.
Actuando para garantizar las reservas de materias primas esenciales, cuyo suministro puede verse afectado.
-Defender que la UE trabaje por una solución negociada basada en los Acuerdos de Minsk de 2015, que permita alcanzar una paz estable respetando los intereses de Ucrania.
Rusia y Ucrania firmaron en 2015 los Acuerdos de Minsk para cerrar la guerra abierta en el este del país. Allí se establecía la desmilitarización de la zona, retirando las tropas extranjeras, se concedía una amplia autonomía a las regiones del Donbass, acompañado del acuerdo tácito para que la entrada de Ucrania en la OTAN no figurara en la agenda política a cambio de que Rusia respetara la integridad territorial del país.
Estos Acuerdos de Minsk son una base que permite alcanzar una paz justa, abriendo la puerta a rebajar la tensión en la zona sin que eso signifique seguir ampliando la OTAN hacia el este.
¡No a la guerra!
¡Retirada de las tropas rusas de Ucrania!
¡Solidaridad con el pueblo ucraniano!
Su Lee dice:
La guerra comenzó en 2014, no con la invasión rusa (ilegítima desde el momento en que Moscú cruza la justificación humanitaria del Donbass para ocupar la totalidad del país).
Ver y analizar una parte de la realidad es quedarse con una parte de la verdad, abstraerla hacia prenuicios de la peor etapa del maoísmo occidental (aquel que antes de rectificar Ludo Marteens defendía que en Europa tenía que haber más OTAN y que la UCE, igual de miope, desaparecido el Pacto de Varsovia y con una Perestroika europea de «la casa común» seguía blanqueando la OTAN, fortaleciendo un mundo hegemonizado por una sola potencia en lugar de un orden de pesos y contrapesos).
Como todas estas cuestiones darían para un tratado e insisto, aun condenando el avance de Moscú a Kiev, ese No a la guerra llega demasiado tarde y no parece que os haya preocupado las minorías rusas y ni la limpieza étnica contra ellas.
Dejo una conferencia de un capitán de fragata español, nada sospechoso de estar a sueldo de Moscú:
https://youtu.be/hB48UihXpVA
Los replicantes dice:
Vaya vaya, con el oculista este: tanta parrafada para no decir ni una palabra sobre el pueblo ucraniano. Sois insufribles.
Su Lee dice:
Las minorías rusa y tártara que habéis estado persiguiendo y liquidando étnicamente desde el golpe de estado Euromaidan y el silencio de tus compatriotas o colegas es cómplice.
Ellos, la minoría rusa y tártara que, por cierto, han recuperado la representatividad y lengua en Crimea. Habéis callado 8 años de limpieza étnica en Odessa, Crimea y el Donbass.
Y lo ha denunciado gente nada sospechosa de ser «agente de Moscú» o «prosoviéticos» como la excelente periodista Pilar Requena (europeísta para más inri)
https://www.youtube.com/watch?v=9mukNfhd9Fk&t
Los replicantes dice:
¿»Habéis estado persiguiendo y liquidando étnicamente…cómplices..? Estás como una tartera. Cállate 8 años, anda.
Izq dice:
La hipocresía de un “No a la guerra” que llega muy tarde
Me pongo a escribir esto tratando de contener la rabia y la indignación que me producen las reacciones de la izquierda occidental y de la sociedad en general sobre el contraataque ruso contra Ucrania.
La verdad es que no espero gran cosa con esto. Tengo de sobra comprobado que no hay más ciego que el que no quiere ver, y que por mucho que todos repitáis mil veces que la tele manipula, seguís bailando al ritmo que os marcan desde los medios de masas de occidente.
Desde ayer he visto las redes sociales llenas de cartelitos de NO A LA GUERRA a los que habéis quitado los casi 20 años de telarañas desde la guerra de Irak.
Podría decir que esos mismos carteles han estado olvidados en el fondo del cajón de la infamia, mientras Israel masacraba Palestina. Mientras EE.UU. arrasaba Afganistán, o Libia, en bombardeos masivos que han causado la muerte de mas de 150.000 personas, incluyendo miles de niños. Muertes que EE.UU. se ha negado a investigar. Pero decir todo esto, sería demasiado fácil. Podría decir que cuando los medios os dijeron otra vez, que al igual que con Libia había que intervenir en Siria, os habéis mantenido callados mientras USA atacaba a un país soberano y saqueaba sus reservas de petróleo.
También podría decir que en lo que va de mes de febrero del 2022 , ha habido muertos en Palestina, en Damasco por bombardeos de Israel, al igual que en Yemen o en Somalia. Y vuestros cartelitos seguían olvidados.
También podría decir que las políticas occidentales han causado un genocidio constante en las aguas mediterráneas, pero seria poner en bandeja el que 4 caraculos me tachen de demagogia. Se ve que hay muertos que importan, y otros que no.
Como decía Malcolm X, tened cuidado con los medios de comunicación porque si no vais a acabar defendiendo a los opresores.
Pero quiero centrarme en la guerra que estalló en Ucrania en el año 2014, a la cual, vuestros insulsos carteles están llegando 8 años tarde. Todo el mundo puede despistarse, todos podemos cometer errores, pero también es posible que haya algo más perverso en según qué “descuidos”.
Tener memoria es algo muy importante, y más en una sociedad que fabrica conflictos de usar y tirar para los que la mayoría de personas sólo actúan poniendo un avatar de moda en su foto de perfil, y que días después con la aparición de cualquier noticia de la prensa rosa, del futbol o de cualquier gilipollez caduque en un suelo infértil.
Antes de nada hay que entender que una guerra hoy en día no aparece de la nada y que muchos de nosotros entendemos que la guerra global comenzó hace mucho tiempo. Otra cosa es que los medios de comunicación de los que nos alimentamos , decidan qué tiempo hace, o qué conflictos existen o no existen, pero son muchísimos rincones del mundo los que desde hace años están en guerra y son invisibilizados debido a que los interés económicos que hay detrás favorecen a la alianza occidental USA-OTAN.
Desde hace años OTAN-USA ha ido faltando a su compromiso y levantando base militares estableciendo allí sus tropas por toda la frontera rusa, con la intención de debilitar, y asediar a los países euroasiáticos que podían hacer competencia al dólar y al euro.
Es tan fácil como buscar en un mapa las bases de la OTAN por el mundo y veréis como los movimientos militares de acoso llevan años sucediendo.
La Guerra de Ucrania es sólo un capitulo más de una serie mucho más extensa y es esencial tenerlo en cuenta a la hora de analizar los hechos de los últimos días.
Antes de nada, y para prevenir a los niños rata que aparezcan, diré que Putin me da asco, y que Rusia no es la URSS y sus políticas nada tienen que ver con su pasado soviético, pero me niego a poner el foco en Rusia, porque considero que es poner el eje de la balanza en un lugar erróneo y que sólo puede dar pie a posiciones manipuladas.
Voy a centrarme en mi querido pueblo del Donbass.
Cuando en el 2013 surgió el movimiento Maidan como una supuesta respuesta social a la corrupción política, los obreros y mineros del Donbass lo veían con simpatía, pese a que ellos estaban inmiscuidos en una huelga del carbón, de unas ciudades abandonadas desde hace tiempo por las administraciones, que quedaba muy lejos de la vida de la capital.
Desde aquí también vimos las imágenes de las manifestaciones multitudinarias en Kiev y de cómo se enfrentaban con mucha violencia contra la policía.
Hasta ahí todo iba bien. Las banderas rojinegras le daban el toque guapo para que para una sociedad del espectáculo como la nuestra se pusiera a aplaudir los símbolos y apoyar esos movimientos.
La cosa empezó a torcerse cuando los manifestantes que atacaban a la policía iban uniformados paramilitarmente y empezaron a aparecer símbolos nazis en sus escudos. Algo empezaba a oler mal. La bandera rojinegra resultó ser el símbolo del ejército insurgente ucraniano del nazi Stepan Bandera, que se alió a los nazis alemanes en la Segunda Guerra Mundial, llevando acabo matanzas de sus compatriotas ucranianos judíos, que llegaron a escandalizar a los propios alemanes.
Es curioso ver cómo si alguien tira una piedra a la policía en Euskadi, Catalunya o Madrid, es poco menos que un terrorista, y cuando alguien quema vivo a un policía en Venezuela o Ucrania, es un activista por la libertad.
El caso es que los sucesos de después fueron por todos conocidos. El presidente Yanukovich (otro corrupto más, como cualquier otro) abandonó Ucrania y el golpe de estado colocó a un fascista reconocido como Poroshenko. Los nazis tomaron las calles. Poco a poco iría descubriéndose que tales protestas eran sostenidas por maletines de dólares americanos que insuflaban para levantar ese monstruo de la guerra.
La violencia desde entonces ha sido salvaje y diaria. Lo primero que hicieron fue acudir a las sedes comunistas y antifascistas y destrozarlas. Los grupos nazis armados llegaron a todas las asambleas, y dijeron, o con nosotros u os matamos. Muchos huyeron y se alejaron, otros supuestos compañeros se unieron a las filas nazis en pos de la Unidad de Ucrania. Un esperpento, pero así fue.
La población de Ucrania es muy heterogénea, con un 20% de gente de ascendencia rusa, principalmente establecida en el este del país, en la cuenca minera del Donbass. También hay tártaros, bielorrusos, rumanos, moldavos, polacos húngaros, gitanos , judíos etc.
En el este de Ucrania, cuando Stalin mando a miles de obreros rusos a poblar la abandonada zona del Donbass, rica en carbón, para que explotasen las minas, se fusionaron las familias rusas y ucranianas creando una convivencia sana con más amor fraternal que odio. Las familias de padre ruso y madre ucraniana y viceversa eran de lo más normal allí.
Pero siniestramente, años atrás, algo estaba fraguándose.
En primer lugar, desde la educación se empezó a lavar la cara del ejército insurgente de Stepan Bandera, que habían sido considerados como proscritos antipatriotas, y empezaron a venderles en las escuelas como “héroes por la patria” (a día de hoy es fácil encontrar libros de primaria con niños dibujados con los emblemas rojinegros de estos salvajes asesinos).
Por otro lado, desde las principales tertulias políticas de la televisión ucraniana, empezó a crearse el caldo de cultivo de odio étnico muy bien diseñado y cocinado, en el que se vendía a la población rusa como la culpable de todos los males económicos que sufría el pueblo ucraniano. Todo esto enrevesado por la política local de Yanucovich que se decantaba por unas relaciones comerciales hacia Rusia, en vez de hacia la “próspera Europa”.
En estas tertulias empezaron a vender a la población del Donbass casi como monos subhumanos que solo servían para picar las minas de carbón, en contraste con la población ucraniana de Kiev con su universidad y su mundo moderno. Eso fue un bombardeo constante de odio étnico.
Hay un video por internet en el que se ve a un famosísimo tertuliano ucraniano diciendo “Es una verdad dura de aceptar, pero esa gente es un lastre, que nos empobrece, y ocupa un espacio que los verdaderos ucranianos necesitamos. Es duro decirlo, pero hay gente en Donbass que debe morir”. Así, sin vaselina. Durante años, mientras además paralelamente, el Pravy Sektor y Svoboda, los principales partidos nazis de Ucrania, formaban paramilitarmente con dinero occidental a sus militantes en técnicas de guerra y combate.
Volviendo al Maidan, el efecto de toda esta estrategia dio los frutos que esperaban. El odio nazi, y racista se tradujo en linchamientos por Kiev de las personas racializadas, homosexuales, de izquierdas, o nostálgicos del pasado soviético. Los asesinatos se sucedían cada día. En ese momento es cuando los grupos paramilitares de extrema derecha, se conforman como batallones militares oficiales, pagados con un buen sueldo directamente de las carteras de oligarcas locales como Kolomoski entre otros. Estos batallones se dirigen al Donbass.
Mientras estas formaciones marchan emulando en simbología y uniformes a los grupos nazis alemanes, los civiles de Kiev les aplauden mientras corean “muerte a los rusos”, “Gloria a Ucrania, gloria a los héroes”. Se mascaba la tragedia.
Mientras las unidades nazis se dirigían a arrasar al pueblo del Donbass, los civiles exaltados ultranacionalistas empezaron a imponer su ley en todas las ciudades. Lo primero que hicieron fue derribar todas las estatuas de Lenin (en el este hay una en cada pueblo) y a linchar a todos a los que consideraban enemigos de la patria.
Sin ir más lejos, hay muchas imágenes de sucesos distintos, en los que grupos de jóvenes y no tan jóvenes patean sin piedad la cabeza de ancianos que llevan flores a las estatuas de Lenin.
La mayor parte de esas palizas descontroladas acaban en muerte.
Las personas del este, de procedencia rusa, se ven obligados a reaccionar. Viendo la que se les viene encima, se empiezan a reunir en torno a las plazas y estatuas de Lenin para demostrar su postura, y organizar su autoprotección.
Llega el día fatídico que nos cambió la vida a miles de personas de muchos países. El 2 de Mayo de 2014.
La liga de futbol, “casualmente” en mitad de ese caldo de cultivo, organiza un partido amistoso “por la patria” entre dos equipos de futbol con hinchadas grandes fascistas. Antes del partido todos se unen en una manifestación por la unidad de la patria ucraniana.
Cerca del recorrido de esa manifestación se había establecido en la puerta de la Casa de los Sindicatos, un campamento de manifestantes anti-Maidan, de ascendencia rusa.
En Rusia su “semana santa” esta marcada por la historia soviética, y desde el 1 de Mayo, Día de la Clase Obrera, hasta el 9 de Mayo, conmemorando el Día de la Victoria contra el III Reich alemán, son días de fiesta, y la gente aprovecha para visitar a familiares y hacer excursiones. Por lo que el campamento anti-Maidan sólo tiene varios cientos de personas, en su mayoría jubilados y chavalillos.
En un momento determinado de la marcha fascista, se desvían del recorrido y se dirigen en masa hacia la Casa de los Sindicatos. Habría mucho que hablar de cómo sucedió todo y de que agentes estaban involucrados, pero si me meto en eso ahora, no acabo nunca.
El resultado ya lo sabemos tod@s. La gente del campamento viendo a esa masa enfurecida de nazis con banderas ucranianas, tuvo que refugiarse dentro del edificio.
Los nazis rodearon el edificio y lo prendieron fuego con todo el mundo dentro. Más de 50 victimas, incluyendo chavales de 16 años, murieron calcinados. Hay imágenes al alcance de cualquiera de una mujer embarazada estrangulada por los nazis con un cable de teléfono mientras el resto de manifestantes gritaban “muerte a los rusos”.
La gente que trataba de huir de las llamas y se tiraba desde un tercer piso a la calle, eran recibidos con barras de acero y golpeados hasta la muerte por la turba de “civiles inocentes”.
Los datos reales es que además de esas 50 personas quemadas, hay otras 150 que desaparecieron sin saber nunca dónde habían acabado.
La infamia no terminaría ahí, pues las autoridades, que estaban presentes en ese ataque sin hacer nada, incluso colaborando. A las únicas personas que detuvieron por esos hechos, fueron precisamente a algunos de los atacados. Mientras, los políticos ucranianos, aplaudían públicamente en redes los hechos sucedidos. Las imágenes de los cuerpos de las y los compañeros calcinados son terribles.
También son terribles las imágenes de muchas chavalas y chavales ucranianos de veintipocos años, rellenando los cocteles molotov con los que quemarían vivos a los compañeros. O las imágenes de la líder de FEMEN en Ucrania celebrando la masacre con el edificio en llamas a su espalda (es tan fácil como poner en Google “Femen, Odessa”)
Aquí, en nuestro país, los mismos medios que os están diciendo lo malos que son los rusos y que debéis salir a la calle a protestar contra esta guerra a día de hoy, son los mismos que tras esos hechos publicaban los siguientes titulares : “MAS DE 50 MUERTOS EN CHOQUES CON LOS SEPARATISTAS PRORRUSOS”
Hay que ser profundamente despreciable y criminal para publicar eso, vendiendo a las víctimas de verdugos, nada nuevo bajo el sol.
Los hechos que siguieron a esto eran de esperar.
Los nazis linchando, ahorcando, enterrando vivos a civiles rusos, violando mujeres, crucificando a personas a las que después prenderían fuego. Me sería muy fácil adjuntar las fotos de todo esto, pero no quiero caer en el morbo amarillista, y por respeto a las personas amigas y compañeras de las víctimas, que bastante tendrán con tener grabadas esas imágenes en la cabeza como para ponérselas continuamente delante de los ojos.
Pero ya digo, esas imágenes son públicas y están al alcance de cualquiera que se moleste en buscarlas. A los que se nieguen y sólo prefieran tragar la mierda que le cagan los medios en la boca tampoco pretendo hacerles cambiar de opinión. Bastante tienen con sus despreciables existencias.
Ante el discurso ucraniano que llama a tomar Donbass y a exterminar a ese 20% de su población en el este, muy a su pesar, (porque los rusos del Donbass no querían ninguna guerra) se ve obligados a reaccionar para defender sus familias, y sus casas.
Se hacen sendos referéndums en los que se decide independizarse de Ucrania y pedir ayuda a Rusia. En Crimea, sin ir mas lejos, el 97% de la población es rusa, y los resultados de dichos referéndums eran de esperar. Nadie quiere quedarse en una casa en la que te quieren matar.
Se declaran una serie de Republicas Populares independientes de Ucrania.
El ejercito ucraniano declara la guerra y encabezados por los batallones nazis (Azov, Aidar, etc..) comienzan a rodear y bombardear las ciudades pro-rusas mas representativas.
Hay que decir, que toda esta guerra civil y étnica, lo que escondía eran los planes de la OTAN para apoderarse de un enclave importantísimo en su guerra fría económica encubierta (y no tan encubierta) contra Rusia. Dan un golpe de estado, colocan un títere occidentalista y establecen bases militares en las puertas de Rusia. Para eso, una pieza importantísima estratégica era la península de Crimea con sus bases navales y el control del mar negro.
Rusia no es tonta, y se lo ve venir, e inmediatamente respalda el referéndum de Crimea anexionándosela.
Tanto Kramatorsk como Járkov, no están preparadas para aguantar el asedio militar de la artillería y sucumben muy pronto. Las escenas de violencia nazis que se sucederían esos días son sobrecogedoras.
Pero Lugansk y Donetsk se hacen fuertes. Los obreros, mineros, civiles, y también algunos policías y soldados de ascendencia rusa, se organizan , toman cuarteles y se arman formando las milicias populares de autodefensa. No están dispuestos a dejarse matar.
Los batallones nazis y el ejército ucraniano las rodea, creando un cerco que incomunica dichas ciudades y comienzan a bombardear sin piedad a la población civil saltándose todas las convecciones y pactos de derechos humanos.
Lo primero que hacen es bombardear las plantas de agua, electricidad y energía. Dejando a la población sin agua, sin electricidad, sin comunicaciones, radio, teléfono y televisión. Después destrozan las principales vías de comunicación para evitar que puedan abastecerse de víveres.
Vuestros cartelitos de No a la Guerra dormían plácidamente en el armario polvoriento de vuestras conciencias. La comunidad internacional guarda silencio.
Durante meses estas ciudades son golpeadas de la manera más cruel. Miles de personas, ancianos, niños, etc, mueren desmembrados saltando por los aires en una carnicería sangrienta.
Los hospitales, colegios, guarderías, no se salvan de las bombas. Las ciudades y pueblos de alrededor son destruidas. Se genera un éxodo de cientos de miles de personas que son recibidos en Rusia para protegerse de los bombardeos.
El sadismo de los fascistas emula a la España de Franco con el bombardeo de La Desbandá. En la última carretera que queda sin tomar de Lugansk y que la comunica con Rusia, sucede algo terrible. El ejército ucraniano comunica a los civiles del Donbass que pararían el fuego durante 24 horas para que todos los civiles que quisieran huir a Rusia lo hicieran de inmediato.
Caravanas de autobuses comienzan el camino por dicha carretera.
El ejército ucraniano abre fuego y masacra la carretera reduciendo a escombros de hierros humeantes retorcidos entre cuerpos calcinados. Ese mismo ejército que ahora esta siendo castigado por Rusia. Quien a hierro mata, a hierro muere.
El suceso del 2 de mayo, he dicho que a muchos nos marcó para siempre, y entre lágrimas de rabia y deseos de justicia muchas personas decidieron dejarlo todo y acudir a poner su pecho como escudo y sus manos como herramientas a defender al pueblo de Donbass de la carnicería fascista. Yo fui una de las personas que dejaron todo y cogí un avión solo, entre lágrimas de miedo, para atravesar miles de kilómetros, atravesar el cerco del ejército ucraniano y plantarme en Lugansk a ayudar a un pueblo olvidado por todas vosotras y vosotros.
Lo que allí pude ver, muchos lo tachan de propaganda rusa. Mucho tiempo me costará y muchas más sesiones de psicólogo me harán ir superando las terribles imágenes y vivencias que allí viví. Tuve que esforzarme con todas mis fuerzas, y mi agilidad física y mental para no morir en enésimas ocasiones. A mi alrededor, sin tanta suerte, pude contemplar los cuerpos mutilados, y las vísceras esparcidas de niños, ancianos, hombres y mujeres inocentes. Ese olor, esa sangre, esas imágenes no se me olvidarán en la vida.
Han pasado 8 años en los que el ejército ucraniano ha masacrado sin piedad y sin interrupción al pueblo del Donbass. 8 putos años en los que todos habéis guardado silencio cruel y cómplice. Desde los medios, hasta los que ahora sacáis vuestros ofensivos cartelitos de No a la Guerra.
Las victimas civiles “oficiales” que son infinitamente más cortas que las reales, reconocen 14.000 personas asesinadas.
Los batallones nazis a su vez, tomaban pueblos enteros, violaban a placer a todas las mujeres y niñas, saqueaban las casas, torturaban a los hombres e incluso celebraban orgías en las que violaban a bebes delante de sus madres. Podéis comprobar quién era el Batallón Tornado.
En el tiempo que viví con ellos pude comprobar como sufrían a 40º de calor, sin una gota de agua, sin poder comer, ni asearnos, durmiendo en rincones, sótanos e incluso alcantarillas para evitar el continuo machaque de las bombas ucranianas.
El presidente Poroshenko era aplaudido por todos los ucranianos cuando decía “nuestros niños podrán ir a la escuela mientras los niños del Donbass tendrán que esconderse en sótanos como ratas”. Todo su pueblo le aplaudía. El mismo pueblo que concedió la cartera de Ministerio de Defensa en tiempos de guerra a los líderes nazis del Pravy Sektor. Ser un civil inocente no te exime de darle el poder a auténticos psicópatas para que torturen maten y violen sin piedad.
Ahora, Rusia, que lleva tiempo advirtiendo de que no permitiría que se le siguiese asediando y poniendo en peligro, se ha decidido a actuar. Evidentemente, lo hacen para proteger sus intereses y evitar que la OTAN siga armándose y rodeándola con misiles y tropas. No seré yo quien simpatice con Putin ni con la Rusia actual. Nada más lejos de la realidad. Pero me niego a participar de esta infamia poniendo el foco en Rusia. Me parece de estar completamente ciegos. En primer lugar porque estas consecuencias del enfrentamiento geoestratégico de grandes bloques tiene muchos responsables que llevan años bombardeando otras tierras y moviendo fichas para seguir extendiendo su dominio, y veo completamente legítimo que otros países que ven la que se les viene encima muevan también sus fichas.
Por otro lado, porque como ya digo, esta guerra que de pronto a todos os preocupa por que lo esta dictando el telediario, no ha empezado el 23 de febrero del 2022. Esta guerra lleva 8 años asesinando sin piedad a una población inocente mientras todos os poníais de perfil o mirabais para otro lado. Vuestros cartelitos de No a la guerra, llegan cruelmente muy tarde y al servicio indirecto de los intereses OTANistas.
Os quieren convertir en otros cómplices manipulados de la barbarie que lleva un pueblo sufriendo durante 8 interminables años, en los que Ucrania se ha pasado por el forro todos los puntos de los acuerdos de Minsk.
Me gustaría que hicierais el esfuerzo por un momento de entender la rabia e indignación que me produce ver que ahora saltáis todos.
Independientemente de las intenciones reales de Rusia, lo cierto es que por fin, el pueblo de Donbass va a dejar de sufrir y vivir escondidos entre sótanos de ruinas regadas por sangre.
Lo cierto es que ese ejército terrorista y asesino de Ucrania, está siendo desmilitarizado a base de destrozar sus bases, sus polvorines y almacenes de armas y bombas que ya no podrán seguir lanzando sobre el Donbass.
Lo cierto es que los batallones de neonazis ultra salvajes como el batallón Azov no volverán a violar y torturar porque ayer murieron por miles en su base militar de Mariupol. Sus líderes nazis han sido eliminados y hay una lista larguísima de criminales de guerra que están siendo capturados y serán juzgados ante el pueblo del Donbass.
Los “inocentes civiles de Kiev” llevan un día asustados por las sirenas, escondidos en sótanos, y en los andenes del metro, llorando en imágenes que nos repiten todos los enviados especiales en Kiev que nunca han querido pisar las ciudades masacradas del Donbass. Todos os habéis indignado ante esto en 24 horas. ¿Acaso las vidas de los niños y niñas del Donbass no valen lo mismo?
Vuestro No a la guerra se vería satisfecho si Rusia se retirara de Ucrania. Y volveríais a guardar los cartelitos obedientes a los medios, para volver a callar y enterrar con vuestras propias paladas a los hijos e hijas del Donbass. La verdad es que os desprecio.
Me gustaría acompañaros a los orfanatos que hemos visitado en Donbass, de niños que han quedado solos para siempre en una tierra destruida. Esos orfanatos de los que salí llorando de rabia y tristeza al ver cómo estaban acostumbrados con 5 años a tirarse al suelo hechos una bolita a una orden de la maestra para protegerse de las bombas. Y como día a día, esos niños han ido siendo diezmados.
No me esperéis con vosotros ahora clamando contra la guerra.
La guerra siempre es y será una mierda de ricos que pagan los pobres. Pero esta guerra ha destruido muchísimas vidas que os miran desde el olvido mientras tratáis de proteger a sus verdugos.
No estoy diciendo que todo esto haga que sea legítimo que mueran civiles en Ucrania. No voy a ser hipócrita, alguno morirá y es imposible evitarlo en un escenario así. Aunque lo cierto, es que a diferencia del ejército ucraniano, que sistemáticamente mata civiles, y que hasta esta misma mañana ha matado a dos profesoras en un colegio de Gorlovka, el ejército ruso esta procurando causar bajas sólo entre los militares, aunque en la tele te digan lo contrario usando imágenes de archivo de bombardeos en Siria u otros países. La maquinaria propagandística está trabajando a todo trapo. Lo que sí que digo, es que es infame que habléis de eso cuando son decenas de miles de muertos entre niños, ancianos hombres y mujeres que no han merecido ni vuestro apoyo ni vuestra solidaridad.
No me pidáis que sienta pena. No voy a ser tan cínico de decir que es que casi me matan. Yo asumí todo el riesgo para acudir allí con mi corazón como escudo para parar las balas contra el pueblo. Pero en mi corazón están muchas personas a las que vi morir, muchos niños a los que vi llorar (y morir también), muchos ancianos que no merecían acabar sus vidas desmembrados o muertos de hambre y sed en sus escondites olvidados. Me debo a ellos, y me debo a la justicia.
La OTAN, USA y Europa son criminales y asesinos. Las guerras de potencias entras las que incluyo a Rusia deberían ser frenadas todas de inmediato. Los y las trabajadoras del mundo deberíamos estar unidos contra sus guerras, contra todas sus guerras, y contra los oligarcas de un lado y otro. Eso sería ideal. Obreros ucranianos y rusos expropiando a los oligarcas y construyendo un entorno de apoyo mutuo y solidaridad.
Pero estamos a años luz de eso y a mi lo que me importa ahora, es que la gente del Donbass podrá salir de sus refugios y jugar en un parque con sus hijos, sin miedo a saltar por los aires, por primera vez en 8 años.
NI GUERRA ENTRE PUEBLOS NI PAZ ENTRE CLASES
25 de Febrero de 2022
Ramiro Gómez
Brigada Ruben Ruiz Ibarruri- Caravana Antifascista de Banda Bassotti
luis dice:
en un mundo donde la materia gris ( investigación) llega determinar la tecnología y con ello la vivencia de la sociedad, no es posible que la política se quede corta de materia gris, y este sumida en el fanatismo y partidismo de pensamiento único, el periodismo (alguno, no todo) esta fuera de toda filosofía y mas bien hace nombre a crear clima de opinión, (para que se entienda a comer el coco), las noticias de hoy van vinculadas a las vivencias del pasado. (importante mirar atrás, para escribir la actualidad). un saludo
Paco Alemán dice:
1) De nuevo, Yol y Mariano siguen sin pedir la salida de España de la OTAN. Han dejado de pedirlo desde 2019. Sin más…
2) Yol y Mariano no rechazan explícitamente el envío de ayuda militar española al Gobierno de Ucrania, aún sabiendo que dicha ayuda que se está enviando está a las órdenes de la OTAN.
el irlandes dice:
2) Llámales por teléfono, Paco. No seas tímido, seguro que te invitan a un café y puedes abrir tu corazón en vez de reprimirte aquí.
1) ¿Tienes la lista completa de españoles que han dejado de pedir algo desde 2019? Es por si me puedes mandar el pdf.