Elecciones en Moldavia, rotunda victoria proeuropea

Moldavia esquiva la bala de Putin

En los últimos años, mientras al otro lado de su frontera con Ucrania la guerra se despliega con crudeza, Moldavia ha sido objeto de una masiva ofensiva híbrida por parte de la Rusia de Putin

Alivio en Bruselas y en Kiev, decepción en Moscú. Con el 50,1% de los votos, el bloque europeísta gobernante ha ganado claramente las elecciones en Moldavia, sacando una contundente ventaja frente al 24,2% del bloque prorruso.

Pequeño repaso de geografía. Moldavia, capital Chisinau, 2,3 millones de habitantes. Pequeña república exsoviética, al este de los Cárpatos, empotrada entre Rumanía y Ucrania, muy cerca de Odesa. Su región fronteriza, Transnistria, de mayoría étnica rusófona, ha sido objeto de promoción secesionista por parte de Moscú. Y debido a su ubicación, todo el país es objeto de deseo del Kremlin.

Pero ese deseo no se ha hecho realidad, al menos de momento. El gobernante Partido Acción y Solidaridad (PAS, centroderecha), de la presidenta Maia Sandu, ha obtenido un 50,1% de los votos, más del doble que el Bloque Patriótico, una alianza afín a Moscú. De esa manera PAS además obtiene una mayoría absoluta en el parlamento moldavo.

La sorpresa ha sido notable, porque las encuestas vaticinaban un resultado bastante ajustado, a tenor de una sociedad polarizada, en un terreno abonado para las injerencias y la proganada del Kremlin, como ya ha ocurrido en las elecciones de Rumanía o de Serbia. De hecho el referéndum sobre la adhesión a la UE de 2024, promovido por Sandu, fue ganado por los europeístas por los pelos (50,46% SI, frente al 19,54% del NO defendido por los pro-rusos) en un contexto de denuncias de injerencias, compra de votos e incluso actividad de grupos mafiosos a favor de los intereses de Moscú.

En los últimos años, mientras al otro lado de su frontera con Ucrania la guerra se despliega con crudeza, Moldavia ha sido objeto de una masiva ofensiva híbrida por parte de la Rusia de Putin, destinada a ponerla de nuevo en la órbita de Moscú. “Desde los ciberataques a la manipulación de la información, pasando por los intentos de falsificar el voto y los preparativos para impulsar protestas violentas, toda la campaña tiene un propósito claro», advierte Mihai Isac, experto de la región del Mar Negro y en la desinformación rusa.

Mientras que en las grandes ciudades y el voto de los moldavos en el extranjero predominan las posiciones pro-europeas, en las zonas más rurales, los prorusos se han hecho fuertes. Por eso ahora la propaganda en los canales de Telegram se centra en lanzar noticias falsas sobre que se ha cometido un fraude con los votos de la diáspora. Buscan poder recurrir las elecciones.

Moldavia ha esquivado la bala del Kremlin. Al menos de momento.

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