Al grito de «Altri non», una multitudinaria manifestación más de 20.000 personas —casi siete veces la población de la localidad lucense de Palas de Rei— ha secundado la convocatoria de la Plataforma Por unha Ulloa Viva contra la macrocelulosa proyectada por Altri en esa localidad gallega, cuya instalación tendría un gravisimo impacto ambiental en la comarca, especialmente en el río Ulla y su desembocadura en la Ría de Arousa.
La asistencia a la manifestación desbordaba las previsiones de los organizadores. A la hora del desayuno, la nacional 547 que une Palas de Rei con la desembocadura del Ulla en la Ria de Arousa estaba colapsada de coches, y muchos otros miles de manifestantes llegados en autobuses desde toda Galicia.
Bajo la pancarta, que rezaba «Dende a Ulloa ata a Ría, terra, auga e aire son vida! Altri non!» (¡Desde Ulloa hasta la Ría, el agua y el aire son vida!), los participantes clamaron contra un proyecto que atenta gravemente contra una comarca “puntera” en agroecología, ganadería y silvicultura.
La exitosa manifestación en Palas de Rei ocurre después de que la plataforma Por unha Ulloa Viva haya reunido 25.000 alegaciones contra la instalación de la fábrica de lyocell, una fibra vegetal extraída de árboles, principalmente de eucaliptos.
«No queremos ni a Altri ni Greenalia en este entorno. Este proyecto nos parece un atentado directo a nuestra manera de vivir y a nuestro medio ambiente», afirma Marta Gontá, portavoz de Por unha Ulloa Viva, que sostiene que el proyecto de la multinacional portuguesa dañaría gravemente el medio ambiente y las condiciones de vida y de trabajo en la zona.
Una macrocelulosa tendría un impacto extraordinariamente negativo en la calidad del aire, pero también en las aguas del rio Ulloa, que desembocan en una Ria de Arousa con gran actividad mariscadora. El Proyecto GAMA, impulsado por la portuguesa Altri y la maderera GreenFiber, prevé llegar a fabricar cada año 400.000 toneladas de celulosa soluble y 200.000 de lyocell. Para eso, necesitará cada día hasta 46 millones de litros de agua procedentes del río Ulla -el equivalente a toda la provincia de Lugo- de los que devolverá 30 millones, a 27 grados de temperatura, en un punto del cauce por encima del que utilizará luego para la captación.
Y la plantación masiva de eucaliptos para extraer celulosa -una especie invasora que acidifica y degrada los suelos, dañando a otras especies autóctonas como el carballo o el castaño, agravando los ya notables efectos del cambio climático sobre los bosques atlánticos.