«Ni compras masivas de deuda por parte del BCE, ni eurobonos, ni utilización del fondo de rescate para adquirir títulos soberanos. La canciller alemana, Angela Merkel, marca el paso. Y nada indica que Moncloa vaya a lograr alguno de sus tres objetivos estratégicos de cara al Consejo de Europa que se celebra este jueves en Bruselas.»
Alemania, en cualquier caso, es el rimer interesado en resolver la crisis de deuda soberana. Aunque sólo sea en defensa propia. Los datos más recientes del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés) estiman que su grado de exposición a España se situaba al finalizar el segundo trimestre de este año en 216.600 millones de euros. Francia, por su parte, tiene una exposición a España de 201.300 millones, mientras que en el caso de EEUU llega a los 172.000 millones (algo que sin duda explica el interés de la Administración Obama por lo que ocurre en nuestro país). España debe al exterior en total 989.800 millones de euros, prácticamente la riqueza generada por el país durante un año. (EL CONFIDENCIAL) EL PAÍS.- Desde 2008, la solvencia financiera de España corre el riesgo de desplomarse ante cualquier opinión, rumor o movimiento contrario del mercado. La credibilidad de la economía española sufrió ayer un nuevo mazazo. La agencia de calificación Moody’s puso en revisión la calificación de solvencia de la deuda española básicamente porque no se fía ni de la banca española, ni del Banco de España, ni de las comunidades autónomas. Lo peor es que los inversores se fían aún menos, puesto que la deuda española cotiza a niveles claramente peores que la de países con similar o inferior calificación. El nuevo aviso de Moody’s llega cuando la tormenta arrecia en los mercados por el reciente rescate de Irlanda y por las dudas sobre la capacidad europea para frenar el contagio. LA RAZON.- El Estado de Alarma y la atención mediática que conlleva no parecen haber disuadido a ETA de sus planes de dar a conocer un comunicado antes de que finalice el año. Expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, aseguran que el anuncio de la banda se podría producir durante este mismo fin de semana a través de un medio de comunicación internacional. Consistiría en la ampliación del alto el fuego que, de momento, sólo alcanza a las «acciones ofensivas», y que pasaría a ser «permanente, verificable» e, incluso, «unilateral». Sin embargo, nadie asegura al cien por cien que vaya a ser así y algunos observadores hablan del mes de enero. Opinión. El Confidencial Ni rescate ni eurobonos: Merkel marca el paso y aísla a Zapatero en Europa Carlos Sánchez Ni compras masivas de deuda por parte del BCE, ni eurobonos, ni utilización del fondo de rescate para adquirir títulos soberanos. La canciller alemana, Angela Merkel, marca el paso. Y nada indica que Moncloa vaya a lograr alguno de sus tres objetivos estratégicos de cara al Consejo de Europa que se celebra este jueves en Bruselas. Zapatero se ha quedado prácticamente solo, lo que significa que España tendrá que aguantar el chaparrón financiero sin apoyos externos de carácter extraordinario, más allá de las compras de deuda que viene haciendo el BCE desde mayo (72.000 millones de euros), y que apenas han servido para calmar a los mercados. De hecho, los diferenciales de deuda de los países ‘intervenidos’ con el bono alemán apenas han bajado pese a que la UE y el FMI han destinado 195.000 millones de euros. Cerca de 110.000 millones para Grecia y el resto para Irlanda. Y en el caso español, no sólo no ha bajado sino que ha crecido (ayer se situó en el entorno de los 250 puntos básicos). Este fracaso diplomático no significa, sin embargo, que esté todo perdido para los intereses nacionales. El Tesoro Público ha hecho su trabajo de forma soterrada y en estos momentos, según fuentes del Banco de España, dispone de un colchón de unos 40.000 millones de euros para hacer frente a las tensiones, y que de forma inmediata podría utilizar en caso de que tenga dificultades para colocar las emisiones que necesita el Estado para financiar el déficit público. Una cantidad que representa alrededor del 20% de las necesidades de endeudamiento a las que tendrá que hacer frente España en 2011 (unos 192.000 millones de euros). El excedente no está depositado en el Banco de España sino en repos (operaciones con garantía de recompra) de liquidez en un cortísimo periodo de tiempo. España, en cualquier caso, conoce las debilidades de su propuesta. Y por eso la vicepresidenta Salgado planteó ayer una especie de programa de mínimos con el que podría salir airosa de la reunión. La ministra explicó que la propuesta del Gobierno busca acercar la “capacidad teórica” del fondo de rescate a su “capacidad real”, que en lo referente a las aportaciones de los países miembros a través de avales alcanza los 440.000 millones, si bien indicó que luego resulta “mucho menor” por las condiciones “autoimpuestas” a la hora de su constitución. Entre ellas, mencionó el hecho de tener que avalar un 20% más de lo que llega al país rescatado, avalar también los intereses o constituir siempre una reserva en efectivo. “A nosotros nos parece razonable que se haga lo posible para que la capacidad real coincida con la capacidad teórica y ésa es la primera hipótesis de trabajo que habría que hacer”, aseguró tras la reunión de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, presidida en esta ocasión por el propio Zapatero. Disciplina alemana Alemania insiste en que la mejor forma de salvaguardar la estabilidad y el futuro del euro pasa por la disciplina presupuestaria, pero no por crear nuevos instrumentos de apoyo a los países con problemas. A lo sumo, sugirió ayer Merkel, lo que hay que hacer es convertir en permanente el fondo de rescate europeo (750.000 millones de euros) con el objetivo de que vaya más allá del 31 de diciembre de 2013, que es cuando oficialmente expira. Limitando, en cualquier caso, la compra de deuda por parte del BCE. Con este movimiento, en realidad, lo que se está es dando garantías a los bonistas de que cobrarán sus cupones al vencimiento, ya que algunas de las emisiones superaban con crecen esa barrera temporal. España respalda la idea, pero desearía utilizar el fondo para comprar deuda de los países con problemas, algo a lo que se niegan en redondo tanto Alemania (la cuarta parte de la eurozona) como Francia. No acaban ahí las divergencias. Merkel insistió ayer en que los bancos privados deben participar de alguna manera (que no ha concretado) en el rescate, algo de lo que no quiere ni oír hablar Moncloa, sobre todo en unos momentos en los que el Tesoro necesita ganarse la confianza de los mercados (léase los bancos). Así las cosas, la creación de una agencia europea de deuda –por la que suspiran los países con problemas, entre ellos España- se antoja una quimera. Entre otras cosas porque sólo podría articularse mediante una reforma en profundidad del Tratado de Lisboa, que prohíbe taxativamente no sólo esta posibilidad, sino también que el BCE compre de forma masiva deuda de los estados miembros, salvo que se trate de operaciones en el mercado abierto destinadas a instrumentar la política monetaria. Un escenario que no se parece en nada al actual, en el que los ataques se dirigen contra países que los mercados ven con problemas. Y que en cualquier caso obligaría a aumentar de forma importante –mucho más de lo que está ahora en estudio- el capital del BCE (y Alemania financia el 19% de sus fondos propios). El Tratado de Lisboa, de hecho, incluye entre los artículos 123 y 126 hasta cuatro prohibiciones, y a él se agarran Alemania y otros países que no están dispuestos a poner dinero. El artículo 123 prohíbe al BCE financiar a los estados miembros; el artículo 124, igualmente, niega a los estados el acceso a créditos privilegiados, mientras que el 125 deja claro que ni la UE ni ningún estado miembro “asumirá” o “responderá” por compromisos adquiridos por algún gobierno nacional (en este caso la deuda pública). Por último, el 126 deja meridianamente claro que “los estados miembros evitarán déficits público excesivos”. A esta legalidad es a la que se agarra Merkel, pero también al hecho de que el mecanismo de rescate permanente colisiona con la propia Constitución alemana. Alemania, en cualquier caso, es el primer interesado en resolver la crisis de deuda soberana. Aunque sólo sea en defensa propia. Los datos más recientes del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés) estiman que su grado de exposición a España se situaba al finalizar el segundo trimestre de este año en 216.600 millones de euros. Francia, por su parte, tiene una exposición a España de 201.300 millones, mientras que en el caso de EEUU llega a los 172.000 millones (algo que sin duda explica el interés de la Administración Obama por lo que ocurre en nuestro país). España debe al exterior en total 989.800 millones de euros, prácticamente la riqueza generada por el país durante un año. EL CONFIDENCIAL. 16-12-2010 Economía. El País Nuevo golpe a la credibilidad de España Miguel Jiménez La credibilidad de la economía española sufrió ayer un nuevo mazazo. La agencia de calificación Moody’s puso en revisión la calificación de solvencia de la deuda española básicamente porque no se fía ni de la banca española, ni del Banco de España, ni de las comunidades autónomas. Lo peor es que los inversores se fían aún menos, puesto que la deuda española cotiza a niveles claramente peores que la de países con similar o inferior calificación. En todo caso, Moody’s no cree que la solvencia española esté amenazada ni espera que tenga que acudir al fondo de rescate europeo. El nuevo aviso de Moody’s llega cuando la tormenta arrecia en los mercados por el reciente rescate de Irlanda y por las dudas sobre la capacidad europea para frenar el contagio. Los dirigentes de la UE intentarán hoy articular un mecanismo de ayuda financiera creíble que dé estabilidad a los países de la zona euro. El informe publicado ayer da munición de grueso calibre a quienes no se creen la versión oficial sobre las cuentas públicas españolas, esa que dice que el ajuste presupuestario pactado con Bruselas se cumplirá al milímetro y que la banca no va a requerir en ningún caso una recapitalización que comprometa la solvencia del Estado como en Irlanda. Para empezar, Moody’s no se fía de la banca o, lo que es lo mismo, no se fía del Banco de España, que es el que ha certificado su solvencia con unas pruebas de resistencia cuya validez defiende a capa y espada. Mientras el supervisor sostiene que la banca no necesitaría capital adicional al ya inyectado para hacer frente a un escenario de tensión, Moody’s cree que "las necesidades de recapitalización podrían incrementarse hasta al menos 80.000 millones de euros", esto es, en torno al 8% del producto interior bruto (PIB). Se trata de una enmienda a la totalidad a las pruebas del Banco de España. Más aún, Moody’s cree que incluso en su escenario central (esto es, sin tensión, sin estrés), la banca española necesita unos 15.000 millones adicionales a los ya inyectados, que pueden convertirse en 90.000 si el mercado muestra una exigencia de solvencia mayor a los bancos que necesiten captar financiación mayorista. Es verdad que Moody’s da cifras globales (y no las detalla entidad por entidad con un análisis preciso como el Banco de España), pero también lo es que los inversores parecen más dispuestos a dar credibilidad a la agencia que al supervisor. El Banco de España va a exigir más transparencia a bancos y cajas, pero no parece por ahora dispuesto a dar el paso de rebatir los argumentos de analistas privados, aunque se trate de los de firmas tan influyentes como las agencias de calificación. Moody’s tampoco se fía de las comunidades autónomas. Su preocupación atañe, sobre todo, al compromiso de las autoridades regionales con el recorte de gasto y a la capacidad del Gobierno central de imponerles disciplina fiscal. Esas dudas no se ven despejadas los "recientes y más bien tímidos pasos" para aumentar la transparencia sobre las cuentas autonómicas. Moody’s advierte que hay comunidades que van a incumplir sus objetivos de déficit, que los recortes se centran en inversiones y que no hay medidas para frenar el gasto en sanidad y educación. El Gobierno reaccionó anunciando un adelanto en la publicación de los datos de ejecución presupuestaria de las comunidades autónomas. En principio, estaba previsto que se empezasen a publicar en mayo de 2011 con datos del primer trimestre de ese año, pero ahora se negocia que se presenten la semana que viene con datos del tercer trimestre de este año, según anunció ayer la vicepresidenta económica, Elena Salgado. Moody’s también critica los retrasos el Gobierno central en la reforma de la negociación colectiva y de las pensiones. Junto banca y comunidades, el otro factor de preocupación de Moody’s es la vulnerabilidad ante las fuertes necesidades de recapitalización del año próximo: 170.000 millones del Estado, 30.000 de las comunidades y otros 90.000 de la banca. En realidad, las necesidades del Tesoro español en 2011 son inferiores a las de países como Bélgica, Francia o Italia, pero la presión de los mercados dificulta la tarea. Ayer, la Bolsa española sufrió la mayor caída de Europa, pero la prima de riesgo se redujo ligeramente. ******************************* Editorial En crisis permanente Desde 2008, la solvencia financiera de España corre el riesgo de desplomarse ante cualquier opinión, rumor o movimiento contrario del mercado. Ayer, la agencia de calificación Moody’s intensificó un poco más la corriente de opinión que duda de la capacidad de España para devolver sus deudas; lo hizo a través de un informe que amenaza con rebajar en un escalón la calidad de la deuda soberana (actualmente AA1) por razones que van desde la elevada necesidad de captar fondos en 2011 (unos 200.000 millones) hasta la falta de fe de los inversores en que las autonomías españolas sean capaces de cumplir sus promesas de reducción del déficit público. A Moody’s le falta decir, aunque se nota que lo piensa, que las autonomías no tienen interés en sujetarse a un estricto control del gasto. A cambio, recompensa los esfuerzos de política económica al descartar que España esté amenazada de intervención. El anuncio de Moody’s, recogido con nuevas sacudidas por los mercados, mezcla desprejuiciadamente apreciaciones evidentes, análisis razonables y contradicciones. Acierta al señalar la dificultad de reducir el déficit y el endeudamiento de autonomías y ayuntamientos. Por esa razón hay que exigir al PP, gobernante en autonomías y municipios, que haga honor a sus responsabilidades políticas mediante un respaldo explícito a la política de ajuste del Gobierno. También acierta al subrayar que gran parte de la reticencia de los inversores hacia la deuda española proviene de las dudas que suscita su sistema financiero. Moody’s apunta al incomprensible retraso en la reforma de las cajas, que, efectivamente, debería estar ya concluida, es decir, con los compromisos de fusión firmados, los ajustes de costes realizados y las recapitalizaciones realizadas. Es incomprensible que el Gobierno no se dé cuenta de que la demora en esta reforma compromete la credibilidad de la solvencia española más que cualquier otra reforma. Pero Moody’s incurre en algunas inconsecuencias. Está claro que su informe de diciembre es una respuesta a las convulsiones de la deuda en noviembre, que llevaron la prima de riesgo española por encima de los 300 puntos básicos. Cuando menciona que "las crecientes tensiones a las que se está viendo sometida España para financiarse aumentan su vulnerabilidad", olvida que informes como el suyo contribuyen a exacerbar esas tensiones. Por eso es urgente y necesario organizar una agencia de calificación europea. El paso decisivo para reducir la presión sobre la deuda española es que el Gobierno concluya la reforma financiera, demuestre que puede ajustar el gasto, y cierre las reformas laboral y de pensiones, tras el paso adelante del Pacto de Toledo ayer. Pero el nudo que hay de desatar es el de recuperación económica. Más crecimiento y más empleo revitalizarán las finanzas públicas. Para desatar ese nudo, las apreciaciones de Moody’s sirven de bien poco. Desgraciadamente, 2011 tampoco será el año de la plena recuperación. EL PAÍS. 16-12-2010 Terrorismo. La Razón ETA prevé declarar un alto el fuego permanente el sábado J. M. Zuloaga El Estado de Alarma y la atención mediática que conlleva no parecen haber disuadido a ETA de sus planes de dar a conocer un comunicado antes de que finalice el año. Expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, aseguran que el anuncio de la banda se podría producir durante este mismo fin de semana a través de un medio de comunicación internacional, como ya lo hiciera en la última ocasión, cuando recurrió a la cadena británica BBC. Consistiría en la ampliación del alto el fuego que, de momento, sólo alcanza a las «acciones ofensivas», y que pasaría a ser «permanente, verificable» e, incluso, «unilateral». Sin embargo, nadie asegura al cien por cien que vaya a ser así y algunos observadores hablan del mes de enero. Un conjunto de calificativos, subrayan las fuentes consultadas, que no suponen la desaparición o disolución de la banda criminal, algo que, en las últimas semanas, se les ha exigido a los pistoleros desde el Gobierno, por boca de su vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y destacados dirigentes de los socialistas vascos. Esta «subida de listón», fruto de las informaciones con las que contaba el Ejecutivo, ha desconcertado a los terroristas, que, sin embargo, dentro de su fanatismo, están empeñados en llevar adelante sus planes, convencidos de que una vez más van a lograr engañar al Estado y a sus instituciones. De confirmarse la publicación del comunicado, que significativos movimientos y posicionamientos en medios gubernamentales, y de la llamada «izquierda abertzale», parecen avalar, demostraría que ETA intenta convertirse en el eje del debate político en un momento en el que el Ejecutivo se encuentra sumido en una auténtica encrucijada: crisis económica, controladores, falta de protagonismo de Rodríguez Zapatero, etcétera. El objetivo de la banda, subrayan los expertos consultados, es conseguir una nueva negociación con el Gobierno; y el de su brazo político, Batasuna, o como se quiera denominar ahora, colar las candidaturas en las elecciones municipales y forales del año que viene. «A la banda no le interesan esta vez los comicios y, si hace esta declaración, es para ganar tiempo y poder a controlar a su brazo político. Los análisis hay que hacerlos teniendo en cuenta todo esto ya que, en caso contrario, las posibilidades de incurrir en los errores del pasado son altísimas», advierten. A este respecto, recuerdan que tanto en la «Declaración de Bruselas», promovida, el pasado 29 de marzo, por el supuesto pacifista y mediador, el surafricano Brian Currin (contumaz conseguidor de Batasuna); y el «Acuerdo de Guernica», del 24 de septiembre (al que los proetarras llevaron engañados a algunos partidos, que ya se han desmarcado, como Aralar), se establece una equivalencia entre una banda de asesinos y el Gobierno democrático de España. En esos textos es en los que se habla de alto el fuego permanente, verificable o unilateral; y se plantean las contraprestaciones que debería acometer el Estado. No se reconoce, porque no es la intención de ETA, el error y el carácter criminal de sus actividades; no se pide perdón a las víctimas; no se pone fecha al fin de dichas actuaciones, etcétera. La declaración del Estado de Alarma, tal y como adelantó LA RAZÓN días pasados, habría llevado a ETA a retrasar la publicación del comunicado. La opinión pública española acogería, y seguro que lo hará este fin de semana, si los terroristas se empeñan en hacer público su anuncio, con absoluto desinterés lo que puedan decir los pistoleros. El terrorismo, gracias a la eficaz política desarrollada por el Ministerio del Interior con el apoyo del Partido Popular, no cuenta ya entre los problemas que más preocupan a los ciudadanos, que exigen soluciones a los asuntos económicos y sociales y, ahora, al de los controladores. Los etarras, encerrados en su mundo y en los mensajes que le llegan de su entramado y de los «mediadores», viven ajenos a la realidad. Piensan, de forma equivocada, que tienen el protagonismo de otros momentos; y pueden marcar el ritmo de los acontecimientos. La realidad les espera a la vuelta de la esquina. LA RAZÓN. 16-12-2010