ERC abandona al lobo Carod y exhibe al lobo Laporta

Menos lobos, capERuCita ERC

Joan Laporta, el presidente del F. C. Barcelona, ha protagonizado el desfile de antorchas que ERC organiza todos los años la madrugada del dí­a 15 de octubre con el pretexto de conmemorar el fusilamiento del ex presidente de la Generalitat Lluí­s Companys. Su presencia sustituye a la de Carod-Rovira, ausente después de que haya recibido la confirmación de que no formará parte de la próxima candidatura de ERC a la Generalitat. Menos lobos, capERuCita. Para capear el temporal, el batacazo electoral, ERC busca nuevo «capitán». Pero ante el fuerte viento popular por la unidad de España, que se ha levantado, se necesita algo más que un nuevo «capitán». ¡Ay, señor! se necesita un nuevo rumbo.

Pero Joan Puigcercós, residente de ERC, ha dejado claro que ante la pérdida de votos van a recurrir al sector más reaccionario del catalanismo rural. Van a apoyarse en la corriente “republicana” más conservadora. Por ello, Puigcercós afirmó sin ningún reparo, en el mencionado acto del desfile de las antorchas, que Cataluña se ha convertido en “colonia política de España”, que es, para él, un país en “situación de quiebra”, como lo fue, en su momento, “la España de la pérdida de las colonias de Cuba y Filipinas”. Y como guinda del pastel, llenó de alabanzas al nuevo “capitán” Laporta. Y allí apareció Laporta, el invitado de ERC. De forma exultante, animó a todos los catalanes para que se enfrentaran a los “ataques externos” porque “son momentos para levantarnos ante quienes cada día del año tratan a Cataluña con intransigencia” porque “no son momentos de tibieza, sino de plenitud nacional, de no pedir perdón por levantarnos”. Pero ¡ay, señor! la fulgurante y relucientemente nueva estrella política del independentismo, señor Laporta, sólo ha cambiado de lengua pero no de ideología. Emparentado familiarmente con el franquismo más rancio, cuando el señor Laporta preside la cabecera de una manifestación independentista, o da su abierto respaldo al referéndum independentista de Arenys, sólo está representando el auge del soberanismo en el seno de ciertos sectores de la burguesía catalana. Y como buen burgués catalán, el señor Laporta no tiene prejuicios hacia el dinero “español”. Por ello, no tiene el más mínimo inconveniente en ser cargo directivo de la Federación Española de Fútbol, cobrar sus dietas y viajar con gastos pagados por ella. Pero tiene que tapar sus vergüenzas, su dimitido cuñado de la directiva del FC Barcelona, Alejandro Echevarría, al descubrirse que era uno de los patronos de la Fundación Francisco Franco, dedicada a glorificar la obra del dictador. El franquismo reaccionario está conectado con el catalanismo reaccionario. Se puede pasar de uno a otro sin cambiar de ideología, sólo hay que cambiar de lengua. ERC, “siempre tan de izquierda”, busca su nuevo “capitán” entre lo más reaccionario de esos lares.

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