Los recortes en presupuesto y personal se acentúan en verano, congestionando la Atención Primaria

Mejor… no se ponga malo este verano

Es preciso redistribuir la riqueza para acabar con los recortes en la sanidad pública y prevenir el colapso de la Atención Primaria en verano (y en el resto del año).

Es bien sabido que la Atención Primaria de las diferentes CCAA no va precisamente sobrada de medios ni de personal, lo cual golpea tanto a profesionales sanitarios como a pacientes, que tienen que soportar listas de espera, colas, saturación y la merma de la calidad asistencial, cuando no directamente el colapso de los centros de salud.

Todo ello se acentúa en verano. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 20% del personal sanitario toma vacaciones durante este período. Para cubrir sus puestos haría falta contratar a nuevos profesionales… pero no se hace.

Todos los años el mismo problema. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 20% del personal sanitario toma unas más que merecidas vacaciones durante este período. Las CCAA deberían elaborar planes para reorganizar los recursos y reforzar las plantillas. Pero prefieren encogerse de hombros y esperar a septiembre.

La gente se pone enferma en enero y en julio, en noviembre y en agosto. Pero en el periodo estival hay menos médicos y enfermeras disponibles. Los servicios de salud autonómicos deberían prever esta contingencia contratando refuerzos de personal sanitario, pero la reducción de 13.000 millones de euros a la financiación de las CCAA impuesta por los memorándums del gobierno con Bruselas, junto con las «prioridades presupuestarias» de los gobiernos autonómicos -que raramente suelen primar la sanidad, la educación y las necesidades sociales-, imponen simplemente que durante el verano usted tenga peor calidad asistencial en Atención Primaria. Eso si tiene «suerte» y no tiene que ver como el centro de salud de su barrio o localidad echa el cierre en julio y agosto.

«Todos saben que habrá problemas en el conjunto del sistema sanitario, si bien serán más visibles en la Atención Primaria porque es el nivel con los recursos humanos más limitados», dice Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMG). «Deberíamos aprender de un año para otro, pero no hay voluntad política. A estas alturas del año nadie ha hecho nada».

En la Comunidad de Madrid el 30% de los centros de salud mengua su horario de atención durante los meses de verano. Aproximadamente 20 ambulatorios cerraron temporalmente en julio y agosto en 2023.

No muy diferente de lo que ocurre en Cataluña, donde el 15% de los centros de atención primaria reducen jornada y 25 ambulatorios echan el cierre hasta septiembre. Misma situación la de Andalucía, donde la Junta ya ha informado de la reducción de horarios en aproximadamente el 20% de los ambulatorios durante el verano. Además, aquí la falta de personal se ve agravada por la alta demanda turística en ciertas zonas, lo que incrementa la presión asistencial mucho más.

También se agrava la situación en la costa norte. Cantabria contará con menos de la mitad de los sustitutos disponibles en veranos anteriores, lo que imposibilita la implementación de refuerzos en puntos que tradicionalmente los necesitaban por la llegada de turistas.

La falta de personal o los centros de salud cerrados incrementan la presión a los profesionales que trabajan en verano y a los ambulatorios que permanecen abiertos. Los pacientes se ven obligados a viajar a otras localidades para que les atiendan, y los médicos y enfermeras que les atienden lo hacen aún más estresados y saturados.

Redistribuir la riqueza para acabar con los recortes en sanidad

Sólo desde revertir los recortes presupuestarios y de personal -que se han cronificado en los presupuestos generales del Estado, así como en los autonómicos-, solo desde duplicar los recursos que nuestro país dedica a la sanidad pública (del 6,8% del PIB actual al 11% del PIB, que es lo que dedica Alemania, el 10,5% que dedica Francia), sólo desde mejorar radicalmente las condiciones laborales del personal sanitario -salarios, horarios, conciliación familiar, contratación de personal para bajar los ratios de pacientes- se puede prevenir el colapso de la sanidad en verano (y en el resto del año).

Esto sólo se puede hacer desde políticas audaces de Redistribución de la Riqueza. Por ejemplo, con un Impuesto de Sociedades del 50% a bancos y grandes empresas del Ibex35 se podrían recaudar 25.000 millones de euros al año, 100.000 millones en usa legislatura. O con una moratoria del pago de intereses de la deuda pública se podrían recaudar 37.000 millones en 4 años. Solo con alguna de estas dos medidas podría reforzarse -en presupuesto y en personal- a una sanidad pública y a una Atención Primaria permanentemente tensionada, por debajo de nuestras necesidades y posibilidades.

Mejorando al mismo tiempo las condiciones de trabajo de nuestros profesionales sanitarios y la calidad asistencial de la inmensa mayoría de la población, redundando en vida y salud.

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