Los recortes han acentuado la oleada reivindicativa en sanidad, la ayuda a los excluidos pero, ¿quién ayuda a los atendidos?
Las recientes movilizaciones en el Hospital La Princesa en Madrid consiguieron frenar su desmantelamiento. Otros ejemplos de lucha de la sanidad catalana (los pensionistas de la colonia Gaudí, la ocupación de las urgencias de primaria en Castellbisbal, la ocupación del ambulatorio de Rambla Marina en Bellvitge…) han dado muestras de que la organización y la unidad populares permiten conseguir éxitos…
Sabemos, por otro lado, que existen otras organizaciones contra las negligencias médicas (El Defensor del Paciente, p.ej.), contra la exclusión sanitaria (Yo Sí, sanidad universal), o por la extensión de las medicinas alternativas…
Pero, sin duda, hace falta una organización que aglutine a profesionales y estudiantes de la salud para asesorar y guiar a los pacientes que son atendidos en el sistema sanitario público o privado. Profesionales que ayuden, tal como haría un médico de cabecera de “los de antes” o un familiar médico, a pensar, tomar decisiones, moverse por el entramado sanitario para acelerar el diagnóstico y la resolución de los problemas de salud.
No se trata de una respuesta a los recortes, o sea, a las repercusiones que tiene en la sanidad la crisis actual. Mucho antes de su estallido ya se trató de coartar el desarrollo de la sanidad pública más allá de los intereses de las grandes farmacéuticas.
Se trata de practicar la medicina popular, la solidaridad en un país del segundo mundo como el nuestro en el que se está desmantelando un sistema sanitario universal y gratuito valorado como uno de los mejores del mundo, con profesionales altamente cualificados, tecnología de primer nivel y una red de atención continuada.
«Si antes era necesario, ahora es imprescindible»
Con la crisis se ha acentuado no ya las desigualdades en el acceso, sino la degradación de la cantidad y calidad de la asistencia para los asegurados. La crisis ha destapado la auténtica faz del capitalismo monopolista: “tanto tienes, tanto vives”.
¿Quién no querría tener un médico amigo de la familia que se interese, que pregunte, que investigue, que interprete y resuelva dudas ante un problema de salud? Es necesaria una asociación de “médicos descalzos” (cogiendo el espíritu del movimiento de masas que elevó el nivel salud de la población china en los años 70 y del que nació la concepción de la atención primaria) donde cualquier paciente de la sanidad pública sabe que tiene un punto de apoyo para complementar una labor de los profesionales de la sanidad pública cada vez más sujeta a limitaciones ajenas a su vocación.
Más información: jdeverdad@yahoo.es Jordi Martínez Rigol 656947110
El milagro de la medicina
Servir desinteresadamente a quien se quiere sanar no es una anticualla. En una antigua columna el periodista Raúl del Pozo contaba como en la sofisticada y lujosa clínica Xanit de Benalmádena, los médicos de la UVI eran incapaces de resolver el caso de una joven inglesa, de 17 años, que había ingresado con una infección generalizada de la sangre. A pesar del tratamiento con toda clase de antibióticos y de las consultas con otros médicos la enfermedad avanzaba y la chica estaba en peligro de muerte. Hasta que su padre, un taxista de Londres, llegó y, con mucha humildad, les explicó a los médicos que se había pasado 50 horas metido en internet averiguando la lista de medicamentos eficaces para este tipo de infecciones, visitando páginas de los centros hospitalarios especializados en septicemias y chateando con especialistas de centros norteamericanos. El hombre había encontrado, en una clínica de Minnesota (EEUU) que el antibiótico Flagyl era eficaz en algunos casos. Al día siguiente, tras la pertinente comprobación de los datos aportados y el inicio del tratamiento ya como último recurso, la chica sanó. Para Raúl del Pozo la hazaña confirmaba el asombroso prodigio de internet, gracias al cual “un taxista puede hacer un diagnóstico, un niño puede ser Platón, la ciencia está a disposición de los ciudadanos (…) .
He aquí algunas iniciativas por el acceso a una sanidad digna.
Yo sí, sanidad universal
Bajo el lema «Yo SÍ, sanidad universal» una serie de usuarios y trabajadoras del Sistema Nacional de Salud (SNS) han organizado una campaña de desobediencia civil frente a la reciente reforma sanitaria, recogida en el Real Decreto-Ley 16/2012, que supone la exclusión de cientos de miles de personas del derecho a recibir atención sanitaria y el repago de medicamentos y de ciertas prestaciones sanitarias.
El modelo anterior era universal, es decir, el acceso a la sanidad estaba garantizado a toda la población sin excepciones. Ahora, sólo las personas «aseguradas» podrán tener garantizado el acceso a algunas prestaciones «básicas». Una de sus líneas de actuación es la creación de grupos de acompañamiento de personas con la tarjeta sanitaria para que acudan con quien no la tiene a los centros de salud para que se les atienda.«Tratan de hacer los hospitales inaccesibles para los pobres y los débiles»
En su web puede uno ller que en Grecia el «ticket» de 25 euros que tiene que pagar cada paciente por ser admitido en el hospital provoca el rechazo también de los médicos: han decidido abrir los hospitales para atender a la gente sin recursos y a los no asegurados. «Sólo mentes pervertidas podrían haber escrito los ajustes que contiene el memorándum”, y agregó que «tratan de hacer los hospitales inaccesibles para los pobres y los débiles, a los que obligará a tratamientos caseros improvisados y a un doloroso fin» Dimitris Varnavas (Presidente de la Asociación de Médicos de Hospital).
Dentistas sin Fronteras
Hace años en el periódico De Verdad entrevistó a los promotores de la Clínica dental de Carabanchel. Una iniciativa que tuvo una gran repercusión social puesto que la odontología es una especialidad médica excluida en lo fundamental de la sanidad pública y rápidamente se produjo una afluencia de pacientes desde toda España: “en España hay bocas en peor estado que las que se puedan ver en países más pobres”. Entre 20 y 25 voluntarios prestan sus servicios anualmente en esta clínica, donde son atendidos pacientes de todas las edades y con escasos recursos económicos (constatado por un asistente social o por Cáritas). Su actuación se basa en dar instrucciones de higiene oral, tartrectomías, obturaciones y, sobre todo, prótesis dentales.
Médicos descalzos (Francia)
Esta asociación creada en Francia, con extensión en España pero dirigida sobre todo al Tercer Mundo, busca la autogestión de los cuidados de salud primarios por parte de las comunidades de forma eficaz, adaptada y barata. Al lado de los terapeutas tradicionales (curanderos, chamanes, herboristas, matronas), los Médicos Descalzos aportan sus conocimientos y experiencia allí donde se les llama. Tienen como objetivo distribuir los cuidados de salud esenciales y hacerlos accesibles a toda la población, sobre todo en zonas rurales. Aseguran la formación médica de los terapeutas tradicionales e integrarse en proyectos comunitarios, como es el saneamiento de las redes de agua.