La tijera de los recortes empieza a asomar peligrosamente, y llega hasta territorios especialmente sensibles como la sanidad. La Seguridad Social ha destinado 30 millones de euros a primar a los médicos que reduzcan la prescripción de bajas laborales. Bajo la bandera de «reducir el gasto» o «limitar el fraude» se intenta convertir a los médicos en inspectores al servicio del control de los trabajadores.
La Seguridad Social ha firmado convenios con varias comunidades autónomas or los que destina una cantidad de dinero a "conseguir la reducción de los tiempos medios de duración" de la Incapacidad Transitoria -las bajas laborales- en 14 patologías. En 2009 dedicó 30 millones de euros a estos convenios, por los que se incentiva a médicos de atención primaria, inspectores médicos y personal administrativo que participa en la gestión de las bajas. El programa de reducción de bajas se centra en 14 patologías, las mismas en todas las comunidades autónomas, que según el INSS son las que concentran el 30% de todas las incapacidades temporales. Son estos 14 diagnósticos los que se vigilan y controlan en el programa. También son los que permiten calcular a los servicios de salud autonómicos qué médicos han cumplido mejor los objetivos y, por tanto, qué cantidad económica les corresponde a modo de incentivo. Se trata de trastornos depresivos y neuróticos, tendinitis, esguinces y torceduras, problemas de espalda, etc.Madrid empezará a pagar el incentivo a sus médicos de familia en la nómina de diciembre, según ha estado informando la Dirección General de Recursos Humanos a los gerentes de cada área sanitaria. Los médicos cobrarán en función de su porcentaje de cumplimiento. Si es del 100%, la cantidad llega a los 1.754 euros. Si es del 75%, 1.315 euros. Del 60%, 1.051 euros. Y así sucesivamente. Cada día disminuido se valora en 15,23 euros.La medida ha provocado el más rotundo rechazo de los mismos médicos que son incentivados económicamente. Para la la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fasdp) la medida es “economicista y antisocial”. La Conferación Estatal de Sindicatos Médicos ha declado que “este concepto nos parece poco ético y perverso”. Y la Organización Médica Colegial alerta de que “un incentivo economicista puede degenerar en mala praxis”.Los médicos rechazan convertirse en policías que “recorten el gasto” a costa de la salud de sus pacientes.Si el ministerio de Sanidad quiere verdaderamente “recortar el gasto” puede empezar por eliminar drásticamente el despilfarro y los costes improductivos, como los elevadísimos sueldos de los altos cargos.Si el gobierno de Zapatero quiere reducir las horas perdidas de trabajo puede cerrar la mano que tan generosamente aprueba los EREs de grandes monopolios, multiplicados por cuatro respecto al año pasado.Este no es más que el primer síntoma de la aplicación inmisericorde de criterios mezquinamente economicistas a terrenos tan sensibles como la sanidad.Hay que pagar el déficit causado por los 310.000 millones de dinero público regalado a la banca. Y Zapatero está dispuesto a recortarnos, literalmente, la salud para pagarlo.