Disputa por el control de Naturgy

¿Más dominio extranjero sobre la energía?

Hace tiempo que Naturgy, una de las grandes empresas del oligopolio eléctrico de nuestro país, está en el punto de mira del capital extranjero, especialmente del norteamericano. Una disputa que determina directamente el atraco eléctrico que todos sufrimos

Naturgy, la primera gasista y la tercera eléctrica españolas, está sometida a permanentes turbulencias. Un editorial de La Vanguardia sintetiza lo que está en juego en esta batalla: “garantizar el actual poder de decisión español en una empresa clave”.

La Caixa, histórico accionista nacional de control, está rodeado por unos fondos extranjeros, principalmente norteamericanos, que copan ya más de la mitad de las acciones.

Es un ejemplo más del dominio extranjero, enorme y creciente, sobre un sector clave como es la energía.

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¿Quién manda en Naturgy?

Naturgy no es una compañía más. Tiene un valor estratégico. Suministra una tercera parte del gas natural que se consume en España, y controla el 49% de Medgaz, el gasoducto que nos conecta con Argelia. Está presente en puntos críticos del suministro y distribución de energía. Es el único monopolio con participación relevante en el mercado del gas y de la electricidad.

Por eso quien controle Naturgy es una cuestión “de Estado”. Y ese es el fondo que explica las sacudidas que se viven en la primera gasista española: quién va a mandar realmente en Naturgy.

A principios de año se puso en marcha una operación de calado. La Caixa, histórico “patrón” de la compañía, llegó a un acuerdo con Taqa, empresa energética pública de Abu Dabi. El acuerdo preveía que Taqa comprara el 40% de las acciones en manos de dos megafondos norteamericanos (CVC y GIP). A continuación Taqa y La Caixa presentarían una OPA por el 100% de las acciones. Al mismo tiempo se establecían mecanismos para que La Caixa siguiera manteniendo el poder de decisión sobre Naturgy.

La operación, que estaba casi cerrada, encalló en su punto más sensible. Taqa quiso acceder también a puestos de control de Naturgy, algo que La Caixa no estaba dispuesta a consentir.

Lo que está en juego es si grandes fondos norteamericanos se hacen con el control de Naturgy

Para La Caixa se trataba de una operación defensiva, buscaba protección de la mano de un socio estratégico con dinero y que fuera “fiable”.

Los temores de La Caixa no son infundados, y tienen que ver con las operaciones impulsadas por los fondos norteamericanos en Naturgy.

BlackRock, el brazo armado financiero de la superpotencia, ha irrumpido en Naturgy, al comprar por 11.300 millones el 20,6% de las acciones en manos de GIP. Convirtiéndose en un actor decisivo en el control de la energía en España, al ser accionista de referencia tanto en Iberdrola como en Naturgy.

Los dos fondos norteamericanos (CVC y GIP), segundo y tercer accionista de Naturgy, han tomado iniciativas que amenazan el control de La Caixa sobre la compañía.

Pretenden nombrar un consejero delegado, controlado por ellos, que comparta la dirección con el presidente, nombrado por La Caixa.

Cuando más dominio foráneo de las eléctricas mayor es el atraco que sufrimos en la factura de la luz

Y han impulsado un plan de partición de la empresa, separando el negocio liberalizado del regulado, con el objetivo de vender las partes más rentables obteniendo con ello jugosos beneficios.

Todo empezó en 2016

Para entender las turbulencias que hoy sacuden Naturgy hay que retroceder ocho años. Entonces, en 2016, Naturgy era un histórico monopolio español, su centro de mando estaba en España y había un sólido núcleo de poder nacional, compuesto por La Caixa y Repsol.

Pero todo empezó a cambiar. En 2016 CVC, uno de los fondos norteamericanos de capital riesgo más activos en el mundo, se hacía con el 20% de las acciones de Naturgy, obteniendo un sillón en su consejo de administración. Era la primera vez que un fondo extranjero ocupaba un puesto clave en el accionariado de la gasista española.

Dos años después, Repsol vendía a GIP, otro fondo norteamericano, su paquete en Naturgy, que superaba el 20%. El “núcleo español” se resquebrajaba, y los fondos norteamericanos pasaban a controlar más de la mitad del capital de la compañía.

En Naturgy La Caixa está cercada por grandes fondos, especialmente norteamericanos, que dominan más de la mitad de las acciones.

Un proceso que dio otro salto con la entrada, en plena pandemia, de IFM, el fondo australiano estrechamente conectado con el capital anglonorteamericano. De golpe se hizo con casi el 15% de las acciones.

Hace escasamente ocho años el dominio del capital español sobre Naturgy era indiscutible. Ahora La Caixa está cercada por grandes fondos, especialmente norteamericanos, que dominan más de la mitad de las acciones y tienen cinco asientos en el consejo de administración.

¿Se cierra el círculo?

Pedripol en Cxtx
Pedripol en Cxtx

Lo que La Caixa busca con operaciones como el pacto con Taqa es blindarse para garantizar que seguirá manteniendo mando en plaza sobre Naturgy.

A lo que asistimos no es a una más de las operaciones donde grandes fondos se disputan el control de una empresa.

Estamos ante un nuevo episodio de la toma de control foráneo sobre la energía en España. Un proceso que se abrió con la entrada en el siglo XXI, y que ha adquirido dimensiones preocupantes.

Endesa está al 100% en manos extranjeras; Iberdrola está controlada en más de un 60% por fondos norteamericanos… Y ahora el capital extranjero, especialmente los nódulos de la superpotencia norteamericana a través de sus grandes fondos, ponen a Naturgy en la diana.

El control foráneo sobre la energía es un peligro. Nos hace más dependientes. Y nos sale muy caro. Cuando más poder tienen fondos extranjeros en las energéticas españolas más agudo se hace el atraco que sufrimos con los precios abusivos de la electricidad.

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