Entrevista al Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid

¡Mari Carmen se queda!

“Casos como el de Mari Carmen son el resultado de un modelo que contempla la vivienda como un activo financiero y no como un hogar”, denuncia Pablo Pérez, portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid

El desahucio de Mari Carmen, una vecina de 87 años del barrio de Retiro, fue frenado gracias a la presión vecinal, convirtiéndose en símbolo de la lucha por el derecho a la vivienda en Madrid. En una ciudad cada vez más en manos de fondos como BlackRock y bajo las políticas de Ayuso, el Sindicato de Inquilinas e inquilinos advierte: la batalla por la vivienda apenas comienza. Hablamos con Pablo Pérez, portavoz del sindicato.

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La presión popular consiguió frenar, al menos temporalmente, el desahucio de Mari Carmen, una vecina de 87 años que llevaba casi siete décadas en su casa del barrio de Retiro. ¿Cómo vivisteis desde el Sindicato de Inquilinas esta pequeña victoria y qué papel jugaron las redes vecinales ?


Desde el Sindicato de Inquilinos de Madrid vivimos la suspensión del desahucio de Mari Carmen como una pequeña victoria pero muy significativa, como una muestra de la solidaridad y la fuerza colectiva del vecindario. Fue gracias a las redes vecinales junto a la organización sindical que jugaron un papel fundamental para visibilizar la situación, para movilizar a la gente y para generar esa presión.

Y gracias a esa movilización conseguimos que se suspendiera el desahucio, demostrando que la lucha organizada y comunitaria es una herramienta potente frente a la injusticia social que estamos viviendo en materia de vivienda, donde se pone por encima el negocio de la vivienda que la protección de los inquilinos. Esta victoria es una muestra de la resistencia de la gente en los barrios al final, quienes nos apoyamos mutuamente ante las agresiones de los poderes financieros.


¿Qué nos dice su caso sobre la situación de las personas mayores en Madrid frente a la especulación inmobiliaria?

El caso de Mari Carmen es un claro reflejo de la precariedad que afecta a las personas mayores en Madrid. Muchas de ellas que durante décadas fueron las que levantaron y dieron vida a nuestros barrios, hoy se ven expulsadas por una especulación inmobiliaria que no respeta ni la historia ni las raíces de la comunidad.

Su caso no es un caso aislado. Sabemos que hay muchas personas mayores y de todas las edades, pero muchas veces son personas mayores con pensiones bajas, especialmente vulnerables al proceso de desahucio, donde los intereses financieros y los fondos buitre juegan un papel clave. Este despojo al final de su derecho a seguir viviendo en el lugar donde ha construido toda su vida nos revela un grave problema de justicia social en Madrid y de modelo de ciudad y de modelo de vivienda.


La suspensión del desahucio se logró por la presión en la calle, no por una decisión política. ¿Qué estrategias están funcionando mejor para frenar desahucios y empujar soluciones reales desde abajo?

Las estrategias que mejor están funcionando son aquellas que construyen poder popular desde abajo, eso lo tenemos claro mediante la organización vecinal y la movilización colectiva. Las acciones directas en la calle, los bloqueos de desahucios, las concentraciones, incluso la recuperación de vivienda vacía son algunas de las herramientas que hemos utilizado para frenar desahucios y para presionar por soluciones reales.

Sabemos que el verdadero cambio vendrá cuando logremos que las políticas públicas estén realmente al servicio de la gente, no de los intereses especulativos. Para eso es esencial que sigamos construyendo alianzas con otras luchas sociales y que el poder popular se siga consolidando en los barrios.

Ahora mismo el desahucio de Mari Carmen está suspendido por un decreto ley que se renueva anualmente y que considera que aquellas personas en situación de vulnerabilidad no pueden ser desahuciadas, pero, como digo, esto es algo que expira y que caduca cada año, que se está negociando ahora mismo otra vez en el Congreso y entre los socios del Gobierno y que no podemos estar dependiendo de estos vaivenes, y que sabemos que sin la presión vecinal este decreto no se hubiera aplicado si no hubiéramos estado presentes.

Las estrategias que mejor están funcionando son aquellas que construyen poder popular desde abajo”


En Madrid, los desahucios por impago o finalización de contrato siguen produciéndose incluso tras la supuesta “protección a vulnerables” que anunció la Comunidad. ¿Hasta qué punto creéis que las políticas del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso están favoreciendo que fondos privados y bancos expulsen a inquilinos históricos de sus viviendas?

A nivel de Madrid, las políticas del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso vemos que no han servido para protegernos a los inclinos que vivimos en la ciudad y en la comunidad. De hecho, lo que estamos viendo es una legislación como el último plan de choque que ha sacado que favorece el negocio de la vivienda mientras desprotege a las personas que vivimos de alquiler. Las supuestas medidas de protección son protección y seguridad jurídica para promotoras e inversores y lo que están haciendo es permitir que grandes fondos privados sigan expoliando barrios y expulsando a personas que llevan décadas viviendo en ellos.

Como fue el caso sangrante de la venta de vivienda pública a Goldman Sachs y a Blackstone en el 2010 o actualmente con el plan VIVE, donde se ha dado suelo público para que constructoras privadas se forren para que fondos buitres lo gestionen y a unos precios que no reflejan la realidad de los salarios de las personas que vivimos de alquiler. La desprotección social y la regulación del mercado alquiler a favor de los especuladores son la base de esta situación que permite que estos sectores financieros sigan operando sin ningún tipo de freno.

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¿No son estos fondos de inversión, estos fondos buitre, la mayoría norteamericanos, como BlackStone, Cerberus, Lone Star… los de que de la mano de los bancos del Ibex se han convertido en los grandes caseros y los grandes rentistas, responsables del atraco inmobiliario?

Efectivamente, los fondos de inversión, muchos de ellos estadounidenses, pero al final el capital viene de diferentes fuentes, junto a grandes bancos del IBEX han sido responsables de este modelo depredador que estamos viviendo. Al final, después de 2008 hubo un millón de desahucios, la mayoría de ellos hipotecarios, esas viviendas que recuperaron los bancos que habían sido rescatados con dinero público.

Esos bancos las vendieron en paquetes a fondos buitres que han sido los que han activado esta locura del negocio de la vivienda de alquiler desarrollando técnicas de gestión agresiva de los inmuebles que ahora copian todos los rentistas a través de las inmobiliarias, renovaciones de contratos, subidas de alquileres al máximo posible, trocear pisos en habitaciones para poder exprimir aún más a los inquilinos.

Al final el negocio inmobiliario se ha convertido en un atraco sistemático donde todo tipo de rentistas, inversores compran miles de viviendas y se convierten en nuevos caseros de nuestras ciudades. Este modelo ha permitido que los precios de alquiler suban sin control mientras la mayoría de los inquilinos nos hemos forzado a abandonar hogares o a vivir en condiciones cada vez más precarias.

Defendemos que se fomente la función social de la vivienda, su valor como hogar”

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BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo, es uno de los grandes propietarios de vivienda en España. ¿Podemos decir que casos como el de Mari Carmen son consecuencia directa del desembarco de fondos como BlackRock y del modelo de vivienda que promueve el gobierno madrileño?

En este sentido sí que podemos decir que el desembarco de fondos como Blackstone es una consecuencia directa de casos como el de Mari Carmen. Porque al final, como acabo de comentar, ellos con la alfombra roja de los gobiernos autonómicos, municipales y estatales son los que han adquirido grandes cantidades de vivienda en España. Han impulsado sobre todo un modelo de gestión de vivienda muy agresivo que nos exprime y que intenta sacar el máximo con cláusulas abusivas como hacernos pagar el IBI, la comunidad seguro de impago, seguro de hogar, como hacen cada vez más caseros y vemos que es el caso Lone Star o Blackstone y ahí estamos luchando con todo tipo de estrategias.

Al final casos como el de Mari Carmen son el resultado de un modelo de ver la vivienda como un activo financiero y no como un hogar, eso lo tenemos muy claro y esas dos funciones de la vivienda son completamente opuestas y si se fomenta una, la otra pierde peso. Entonces, nosotras obviamente defendemos que se fomente la función social de la vivienda, su valor como hogar, como valor de uso y no el valor de cambio porque eso lo único que fomenta es la locura en la que estamos viviendo.

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