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Marea de secesionismo creciente en Occidente

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El referéndum sobre la independencia escocesa ha llegado como una sorpresa para el mundo en general. Incluso si el resultado de la votación veta la independencia de Escocia y mantiene la unidad del Reino Unido, esto no representará tanto una falsa alarma sino más bien un temblor que sacude todo el sistema occidental. El Reino Unido es un país representativo en el mundo occidental. A pesar de que la desintegración del Imperio británico vio la salida dolorosa de la mayor parte de sus colonias, el histórico referéndum sobre la independencia de Escocia pone en peligro la integridad de su patria. Es el brote más feroz de secesionismo que ha plagado a los principales países europeos en los últimos años. El referéndum es diferente de los disturbios o trastornos masivos en los que los inmigrantes hacían de fuerzas principales. Muestra de manera directa una división en la sociedad del Reino Unido. Es un arreglo de cuentas con el fin de conseguir un «divorcio». El referéndum transmite una señal de que el sistema occidental ha asumido su entumecimiento y ha perdido eficacia en el trato con los problemas. La gente en el resto del Reino Unido no se tomó en serio hace años el término «independencia de Escocia», que, sin embargo, ha mantenido su crecimiento y se ha convertido en un factor importante para el destino del Reino Unido. El primer ministro británico, David Cameron, hizo un llamamiento a Escocia para estar dentro de la unión y el presidente estadounidense también instó a los escoceses a votar en contra de la independencia, esperando que el Reino Unido «siga siendo fuerte, sólido y unido». Los países occidentales están haciendo esfuerzos concertados para salvar un Reino unido. También hay secesionismo en el mundo oriental, especialmente en China, India y Rusia, donde, sin embargo, los sistemas jurídicos, políticos y morales juegan un papel eficaz. Las prácticas liberales en el Reino Unido pueden haber funcionado en el pasado, pero ahora se enfrentan a una inmensa incertidumbre. Desde el final de la Guerra Fría, Occidente llegó a la cima de su poder paso a paso, mientras que el mundo oriental se vio amenazado por crisis innumerables. No obstante, los países emergentes han florecido ahora, después de más de 20 años. Han superado los choques mortales y desarrollado un sistema de control eficaz. Hay señales de que Occidente ha empezado a sentirse ansioso frente a la competencia colectiva de las economías emergentes. La sociedad occidental ahora carece al parecer de confianza en una forma sin precedentes. Términos como solidaridad, cooperación y diligencia hace tiempo que han desaparecido del diccionario de muchos occidentales, que en su lugar persiguen ganancias maximizadas mediante el uso de medios económicos o políticos. Mientras tanto, el vigor del mundo oriental está profundamente arraigado en el trabajo duro de la gente y el progreso político se está ganando a costa de amargas lecciones del pasado. Esto representa una tendencia de desarrollo del mundo: la sociedad humana está viendo cómo las brechas son cada vez más estrechas, lo que probablemente es la esencia de la globalización.

El resultado del referéndum no es un triunfo para el Reino Unido El referéndum de independencia de Escocia terminó el viernes, con un 55 por ciento de personas que votaron No para salvar al Reino Unido de romperse. Las primeras reacciones de muchos británicos después de conocer el resultado fue una sensación de regocijo de que el Reino Unido había «sobrevivido». Pero nuevas preocupaciones siguieron pronto, ya que muchos creen que la crisis no terminará aquí (…)Alex Salmond, líder de la campaña por la independencia, dijo el viernes en un discurso que aceptaba el resultado, al tiempo que instó a Westminster a cumplir con sus promesas de dar a Escocia un mayor poder descentralizado de «forma rápida». Para los escoceses, este es el significado real detrás de la no tan prometedora campaña porl a independencia. El primer ministro británico, David Cameron, dijo el viernes que iba a cumplir sus promesas. Esto significa que Escocia tendrá más control sobre los impuestos, los gastos y el sistema de bienestar. Las otras zonas del Reino Unido se sentirán injustamente tratadas, y se animarán a exigir sus intereses de una manera más audaz y dura. El referéndum ha debilitado al Reino Unido. Aunque el gobierno se enorgullece de haber hecho frente a una cuestión de vida o muerte de una manera democrática, el episodio de la campaña de la independencia se traducirá en un país más disuelto en la que todas las regiones podrán intimidar al gobierno central a voluntad. La competitividad internacional del Reino Unido también se verá afectada, lo que perjudicará el bienestar de los ciudadanos británicos en el largo plazo. De hecho, son pocos los países que hayan aplaudido sobriamente el referéndum de Escocia. Los que lo aplaudieron fueron los populistas y los separatistas principalmente. Sin embargo, a menos que el mundo vea otra turbulencia importante como la desintegración de la Unión Soviética, no hay grandes posibilidades para los separatistas. Algunos países occidentales apoyan la escisión de algunos países en desarrollo. Pero ese apoyo se basa a menudo en los propios intereses estratégicos de los países occidentales. Algunas personas están comparando el tamaño de China con los países de Europa, tratando de demostrar que los países más pequeños tienen ventajas en la prestación de un mejor bienestar para sus pueblos. Esta es una conclusión equivocada. No tiene sentido comparar el tamaño de un país con su nivel de desarrollo. La separación de un país a menudo resulta en conflictos sobre intereses fundamentales. Dicha separación es a menudo dolorosa y arriesgada. La separación pacífica de la República Checa y Eslovaquia ocurrió bajo demasiadas condiciones que difícilmente pueden ser copiadas por otros países. La réplica del referéndum de Escocia es probable que continúe. Hasta el momento, pocas personas imaginan un impacto positivo del referéndum. El tiempo dirá si este pesimismo es correcto.

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