Macron gana la segunda vuelta de las elecciones francesas
Eliminados los dos grandes partidos tradicionales de la derecha (Los Republicanos de François Fillon y el Partido Socialista de Hollande) en la primera vuelta, una mayoría de votantes ha elegido a Macron –ex ejecutivo de la banca Rothschilt, ministro de economía con Hollande y uno de los inspiradores de las políticas de austeridad y las reformas aplicadas por el gobierno socialista-, la opción pro europea y duro con el Brexit, por 30 puntos de diferencia, frente a la extrema derecha, xenófoba y partidaria de salir del euro y convocar un referéndum por la salida de Francia de la UE.
Unas elecciones marcadas por una participación históricamente baja, con una abstención en torno al 25%, la más alta desde 1969. En la primera vuelta de abril la abstención fue del 22,2%. Es la primera vez que la abstención en una segunda vuelta es más alta que en la primera.
Y por un aumento récord del voto en blanco que, junto con el voto nulo, se espera que superen el 10%, unos 3 millones de votos.
Todos estos datos ponen de manifiesto una profunda división del electorado, ya que hay un alto porcentaje, más de 10 millones de franceses inscritos en el censo, en relación con otras elecciones, que no ha votado a Le Pen, pero tampoco a Macron.
Según las primeras estimaciones, una parte de la derecha se ha abstenido o votado a Le Pen. Mientras que una parte de la izquierda se ha abstenido o votado en blanco.
La canciller alemana, Ángela Merkel ha sido la primera líder europea en felicitar personalmente con una llamada telefónica al presidente electo francés porque su triunfo refuerza la UE. En la misma línea que el presidente de la Comisión europea, Jean-Claude Juncker por Twitter daba la enhorabuena por “una Europa más fuerte y justa”.
Y desde EEUU, el presidente Trump se ha mostrado dispuesto a “trabajar con el nuevo presidente” francés. Aunque está por ver en qué línea está dispuesto a trabajar quien se ha manifestado hasta ahora partidario del Brexit, si para respaldar a quienes defienden fortalecer la unidad europea o quienes apuestan por descoserla.
A pesar de la amplia diferencia –30 puntos- de Macron sobre Le Pen, las elecciones presidenciales francesas ni cierran los graves problemas de fondo, ni dejan resulta la situación política en Francia. Se equivocan las élites europeas, y la propia gran burguesía francesa, si identifican el triunfo de Macron con el respaldo a sus políticas. La desafección de la mayor parte de la población francesa ante las políticas dictadas desde la Unión Europea es profunda.
Y ahora mismo se ha abierto ya la que llaman “tercera vuelta”: las elecciones generales de junio a la Asamblea Nacional. Macron tienen que montar apresuradamente su nuevo partido electoral, La República en Marcha. Le Pen se ha proclamado a sí misma como “la principal fuerza de oposición”. Y Francia Insumisa de Jean –Luc Mélenchon (con casi el 20% de los votos en la primera vuelta de las presidenciales, casi cuatro veces más que el PSF) ya ha anunciado que: “después del momento de rechazo y de miedo, vendrá el momento de una elección en positivo”.