La subida del precio del dinero no sólo es un mecanismo de expolio desde los bolsillos de las clases populares a los de las oligarquías financieras. Es sobre todo un instrumento de saqueo del hegemonismo estadounidense, a través del cual la burguesía monopolista norteamericana se apropia de enormes cantidades de riqueza, procedentes de todo el planeta.
A finales de julio, la Reserva Federal de EEUU (Fed) decidía volver a aumentar el precio del dinero hasta el 5,5% y dejaba en el aire nuevos incrementos. Casi al mismo tiempo, el Banco Central Europeo volvía a subir sube otra vez los tipos en 25 puntos básicos.
No son dos acontecimientos inconexos, sino coordinados, fruto de las periódicas reuniones que los dirigentes de la Reserva Federal mantiene con sus homólogos de las economías del G7. Liderados por EEUU, los bancos centrales han acordado que los tipos de interés se van a mantener altos durante mucho tiempo. Algo que significa descargar los costes de la crisis sobre consumidores, familias y pymes… y enormes beneficios para un sector financiero donde los grandes fondos de Wall Street tienen una hegemonía más que absoluta.
Nos pintan las continuas subidas de los tipos de interés como una de las «recetas clásicas» para «enfriar el consumo» y la economía, como una medida “aséptica” y técnica, al margen de ningún interés de clase. No lo es.
Fue la Fed norteamericana la que dió, en marzo de 2022, el pistoletazo de salida a la meteórica carrera por encarecer el precio del dinero. Y es Washington el que ha espoleado al resto de los organismos reguladores de la economía a seguir sus pasos, para intentar mantener o aumentar su cuota de explotación sobre su órbita de dominio, especialmente Europa y otros países del G7.
La gran burguesía norteamericana encabeza la imposición de la inflación como un atraco monopolista y la subida de los tipos de interés como un mecanismo de expolio financiero. Los grandes monopolios y bancos o fondos norteamericanos, que controlan los precios de alimentos, materias primas o productos básicos, están detrás del alza de los precios. Y la subida de los tipos de interés hace que se encarezcan las cuotas hipotecarias, los préstamos al consumo o los créditos a las pymes, disparando los beneficios de los bancos… y a sus propietarios, los fondos de inversión norteamericanos.
Sólo en España, los fondos de inversión que calientan la inflación -liderados por los norteamericanos, como BlackRock, Blackstone, Fidelity o Vanguard- han obtenido 3.000 millones en un año. Estos grandes capitales de Wall Street no sólo son los principales accionistas de Santander, BBVA o Caixabank, sino que tienen una fuerte y creciente presencia en las principales empresas de los sectores que más están tirando al alza de los precios e hinchando sus márgenes, como la energía, la alimentación, el transporte y la hostelería.
Y no es el único mecanismo de expolio que impulsa la Fed. La revalorización del dólar -aun la moneda de cambio obligatoria en las transacciones internacionales- permite a EEUU imponer un mayor expolio en todo el planeta.
Las maniobras de EEUU imponen una mayor cuota de tributos al conjunto del planeta. Atacando el crecimiento de países del Tercer Mundo, pero afectando también a zonas de dominio norteamericano como Europa.