Que el turbio asunto de los ERE fraudulentos de Andalucía y la imputación de un puñado de sindicalistas esté sirviendo a ciertos medios de comunicación como pretexto para chantajear y desprestigiar a los sindicatos, sembrar sospechas sobre todo el sindicalismo, imponer la reforma laboral y debilitar la lucha de los trabajadores en un momento especialmente crítico, no puede ocultar la realidad ni justificar que «sólo estamos ante algunos errores puntuales» y que todo siga igual.
Al contrario, las últimas actuaciones de la juez Mercedes Ayala, con la detención del secretario general de UGT de Cádiz, Salvador Mera, y el ex secretario de Desarrollo Industrial de CCOO de Andalucía, Roberto Carmona, ponen definitivamente sobre la mesa la necesidad, además de depurar todas las responsabilidades (no sólo de los que han metido la mano en el dinero de los parados), de revolucionar el actual sindicalismo mayoritario, someterlo a una profunda regeneración democrática, y alumbrar un nuevo movimiento obrero. «Está en cuestión el verdadero papel de los sindicatos en los ERE´s que han acabado con la minería onubense y empresas como Delphi o Santana Motor»
Las direcciones de CCOO y UGT reconocen la existencia de una trama de ERE´s fraudulentos, aunque los dos, Fernández Toxo y Cándido Méndez, dicen que no hay nada ilegal en la actuación de sus organizaciones regionales.
Sin embargo, mientras el secretario general de Comisiones dice que en la investigación interna abierta por el sindicato sí se han detectado irregularidades, “cierto desorden en las comisiones”, el responsable de CCOO-Andalucía, Francisco Carbonero, culpa a la “chapuza administrativa” de la Junta. Y el secretario general de UGT dice que “no hay nada que reprochar a UGT” y que “acreditará que UGT cobró por su trabajo”; y en todo caso UGT pondrá en marcha “mecanismos por si ha habido irregularidades que no se vuelvan a repetir”.
Una posición, la de UGT, cada vez más débil después de que UGT-A esté implicada en un nuevo caso de presunta financiación ilegal, el de las facturas falsas que habría facturado sistemáticamente a la Junta, y que ya le ha obligado a devolver 25.000 euros por “cobros indebidos”.
Falta una posición autocrítica consecuente. Sus justificaciones e investigaciones internas no actúan con firmeza ante los implicados; pero sobre todo no dan respuesta a las graves acusaciones de la investigación judicial y policial, ni están a la altura de la situación para sacar enseñanzas que permitan atajar cualquier sospecha y regenerar la práctica sindical para hacerla más transparente, democrática y participativa.
¿Sindicalistas “conseguidores” de ERE´s?
A estas alturas, además de los dirigentes de UGT y CCOO, Salvador Mera y Roberto Carmona, en libertad bajo sendas fianzas de 251.041 y 471.352 euros, la juez Ayala ha imputado a otros 7 sindicalistas y hasta 50 más podrían serlo. Entre los nuevos imputados otro ex dirigente de CCOO, Juan Antonio Florido, ex secretario general de la Federación de Industria y Química, acusado de ser el “conseguidor” de varios ERE para Vitalia, la consultora que gestionó la mayoría de los ERE fraudulentos con “intrusos” identificados por la investigación y por los que habría cobrado 265.000 euros. Se une así a otro imputado “conseguidor”, Juan Lanzas de UGT y su trama con empresarios y consultoras que habrían defraudado hasta 13 millones de euros.
La juez acusa a los sindicalistas de cobrar “sobrecomisiones” (al margen del 0,05% que percibían legalmente por su papel en la negociación de los ERE) por actuar como “conseguidores” y “facilitadores” de los ERE, facilitando información privilegiada sobre empresas en crisis a consultoras y despachos de abogados para lograr el “pac completo”: un ERE con prejubilaciones, “intrusos” (126 casos detectados, cargos políticos “socialistas”, familiares y “sindicalistas” prejubilados con pólizas de cientos de miles de euros en empresas donde nunca trabajaron) y financiación pública garantizada con dinero de la Junta de Andalucía.
Consultoras (como UNITER, Vitalia y UNILIVER), intermediarios sindicalistas (como Lanzas, Florido, Mera o Carmona) y bufetes de abogados (como el de Villasis) se habrían lucrado con estas sobrecomisiones, hinchadas hasta el 35%, frente al 5% de la media nacional. Más de 50 millones de euros defraudados, 7,9 millones cobrados por los sindicatos según la investigación de la Guardia Civil, justificados en algunos casos como gastos de “viajes, manifestaciones, concentraciones o asambleas”. Especialmente sangrante el millón de euros que cada sindicato habría cobrado por su participación en el ERE que certificó el cierre de Delphi.
Sin ellos… imposible
Escudarse en que los sindicalistas “han cobrado por su trabajo” sólo es una manera de echar tierra sobre el asunto. No se cuestiona que sindicatos y abogados cobren por su papel de mediación y asesoramiento a los trabajadores. Lo que está en cuestión es si sindicalistas de Comisiones y UGT en Andalucía han formado parte de la trama de los ERE´s ilegales defraudando millones de euros del dinero de los parados de la Junta de Andalucía. Y sobre todo, el papel que han jugado como colaboradores necesarios para facilitar los ERE´s, con un “modus operandi” especializado para lograr el “pac completo” (ERE+prejubilados+intrusos+dinero de la Junta garantizado).
No estamos ante casos aislados, “desorden”, “errores” o “irregularidades”, sino ante una década continuada de corrupción y saqueo del fondo de 1.000 millones de euros para los parados. Es increíble que todo eso ocurriera durante diez años ante sus propios ojos, sin enterarse de lo que estaba ocurriendo y lo denunciaran, a no ser que formaran parte de la trama.
Lo que está en cuestión en última instancia es el verdadero papel de los sindicatos en los ERE´s que han acabado con la minería onubense y empresas tan significativas del tejido industrial andaluz como Delphi o Santana Motor.
¿Cómo no ver autocríticamente que la línea dominante en el movimiento sindical no sólo ha permitido que se extendiera la corrupción, sino que ha estado directamente relacionada con hacer del cierre y la destrucción industrial la única salida? Su misión como sindicalistas debía ser la de velar por los intereses de los trabajadores, mantener las empresas y el empleo. Pero han hecho todo lo contrario, han llevado a los trabajadores a un callejón sin otra salida que aceptar los ERE liquidadores, mientras la burocracia sindical actuaba como “comisionistas” de la desindustrialización.
¿Qué se podría haber hecho luchando por dedicar los 1.217 millones enterrados en los ERE´s a reflotar las empresas en crisis en vez de cerrarlas? ¿Cuánta riqueza y empleos creados?
Una línea de clase para el movimiento obrero
Los ERE´s de Andalucía son ante todo un fracaso completo de la línea dominante en el sindicalismo español. Los trabajadores necesitamos otro tipo de movimiento obrero para hacer frente a la nueva y crítica situación, unos sindicatos con una línea de clase.
Por la redistribución y la creación de riqueza y empleo. ¡Ni un ERE, ni una rebaja salarial, ni un cierre, ni un despido! Es necesaria una renovación radical del programa y las prioridades de los sindicatos basado en la redistribución de la riqueza.
Redistribución de los salarios dentro de las empresas, para que nadie cobre menos de 1.000 euros netos al mes, pero ningún directivo más de 10.000. Garantizar el presente y el futuro del poder adquisitivo de las pensiones de los trabajadores, blindándolas en la Constitución. Un plan nacional de reindustrialización y modernización del tejido productivo para generar nueva riqueza y acabar con el paro. Reforma fiscal para incentivar la inversión productiva, acabando con los privilegios fiscales de bancos, monopolios, multinacionales y grandes empresas. Reactivación del crédito recuperando el dinero entregado a la banca. Defensa de los derechos de los trabajadores derogando las reformas laborales.
Democrática y asamblearia. Es necesaria una auténtica revolución democrática en el movimiento obrero, que rompa con el burocratismo sindical, convirtiendo las Asambleas de afiliados y trabajadores en la base del funcionamiento interno, ante las que respondan los delegados y comités de empresa, y los dirigentes sindicales a todos los niveles.
Sindicatos y Comités de Empresa independientes. Acabar con el sindicalismo “comisionista”, subvencionado y dependiente del Estado y de las grandes empresas, desarrollando sus propias fuentes de financiación basadas en los afiliados y en el apoyo de los trabajadores.
Unitaria y de clase. Unitaria en un doble sentido, por un lado, promoviendo la unidad de acción sindical con todas las organizaciones sindicales. Y por otro, la unidad de acción en un frente amplio con todas las organizaciones sociales y políticas para luchar contra la intervención exterior y las imposiciones de las políticas dictadas por FMI y Bruselas. Y de clase, tomando como clave la movilización de los trabajadores (huelgas, manifestaciones, referéndums…) para defender sus intereses.
Defensa de la soberanía nacional. Imprescindible para poder decidir de acuerdo a nuestras necesidades e intereses haciendo frente a las imposiciones de la “Troika”, de Washington y Berlín para salir de la crisis en beneficio de la mayoría.