El gobierno de coalición de izquierdas fruto del acuerdo PSOE-Unidas Podemos cumple ahora un mes de andadura. Sus primeros pasos le han hecho ganarse una base aún más amplia de apoyo.
Este gobierno se apoya en los más de 11 millones de votos de izquierdas y progresistas que, sin contar las fuerzas independentistas, conformaron una amplia mayoría tanto en abril como en el 10N. Pero esa ventaja sería mayor si hay se celebraran elecciones, según indican varias encuestas. Tanto PSOE como Unidas Podemos tendrían más votos y más escaños
Sus votantes, la mayoría social progresista, aprueban el gobierno de coalición y las primeras medidas que están tomando, basadas en los puntos del acuerdo PSOE-UP.
Han comenzado por subir el Salario Mínimo (SMI) a 950€. Y se han comprometido a que el SMI alcance progresivamente «el 60% del salario medio», lo que supondría 1.200€ al final de la legislatura.
Han derogado la reforma de las pensiones de Rajoy del 2013, que era el ariete con el que se ha recortado el poder adquisitivo de los jubilados. Eliminando el famoso «0,25%» y el factor de sostenibilidad, y volviendo a revalorizar las pensiones con el IPC.
Han comenzado a demoler ya -aunque sea parcialmente- la Reforma Laboral de 2012, comenzando por derogar sus aspectos más lesivos. Primero la posibilidad de despido procedente al encadenar bajas justificadas por enfermedad, lo que dejaba a los trabajadores en la aberrante situación de no tener derecho a enfermar.
En las próximas semanas se limitarán las subcontratas; o se derogará que el convenio de la empresa prevalezca sobre el convenio sectorial, algo que merma considerablemente la capacidad de negociación colectiva de los trabajadores. Los sindicatos están pidiendo al gobierno que sea valiente y vaya aún más allá en la derogación de la reforma laboral de Rajoy, un marco regulador que ha traído las más altas cotas de precariedad y desprotección a amplias capas de las clases trabajadoras.
El gobierno de progreso planea revertir en buena parte los recortes en sanidad, educación o políticas sociales. Sobre la base de subir impuestos a bancos, grandes empresas y a los más ricos (los que cobran más de 130.000 euros al año).
También impulsar las exigencias feministas, en igualdad laboral o lucha contra la violencia machista; o van a dar un impulso a las políticas ecológicas en la lucha contra el cambio climático. Y recuperar libertades enterrando por fin la Ley Mordaza del PP.
Todas estas cosas, y más que hay recogidas en el acuerdo PSOE-UP, responden a los intereses y los anhelos de la mayoría social de izquierdas. Y significan -o significarán- conquistas del viento popular.
Por eso, desde estas páginas, apoyamos a este gobierno de progreso. Más allá de las diferencias que tenemos con PSOE y Unidas Podemos, consideramos que va a crear mejores condiciones para que avancen las demandas populares. Y que va a levantar obstáculos y barreras para el saqueo y los recortes que quieren para nosotros las oligarquías financieras.
Porque el proyecto de saqueo contra el 90% que tienen contra nuestro país y nuestro pueblo esos centros de poder no ha desaparecido. Todo lo contrario, necesitan llevarlo mucho más allá. Sobre todo ahora que los nubarrones de una nueva recesión hacen peligrar sus expectativas de beneficios. Ya sabemos, por lo que hicieron en la última crisis, que “ellos” siempre tienen la misma receta cuando vienen turbulencias económicas: “socializar las pérdidas y privatizar los beneficios”.
Esas clases dominantes, esas oligarquías financieras -la del Ibex35 y la de Washington o Berlín- han optado por, bien intentar «atar en corto» al nuevo gobierno -limitando todo lo posible su margen de actuación- o bien crearle el máximo de dificultades para eventualmente hacerle caer.
Estas plutocracias anhelan un «gobierno de los recortes» nucleado en torno al PP de Pablo Casado, y que incluso se apoye en una ultraderecha de Vox que es un ariete para hacer avanzar el proyecto de saqueo y degradación con un paquete mucho más agresivo de recortes.
Si, contra el poder y la voluntad de estas clases dominantes, hemos llegado a imponer un gobierno de izquierdas ha sido gracias a la lucha persistente de la gente.
Que este gobierno cumpla con lo que ha prometido y vaya más allá de lo que quieren “permitirle” la oligarquía y los centros de poder depende de que la gente mantengamos y ampliemos la lucha y la movilización.
Luis Ratia dice:
¿Derogar?, ¿demoler? Hombre, teniendo en cuenta que la reforma «Rajoy» de las pensiones se la enfundó él mismo por exigencias del PNV para dar a cambio su apoyo a los PGE, y que lo de los despidos por bajas es una realidad contemplada todavía en nuestras leyes en determinadas circunstancias, me parece une pequeño ejercicio de prosopopeya.
En cuanto a lo demás, como bien dice el artículo, son promesas, compromisos, acuerdos… Ojala puedan salir adelante, pero el talante mostrado hasta ahora ante las reformas pactadas me parece bastante asustadizo. ¿O alguien creía que la «derechona» nos iba a aplaudir. Ahora es el momento de apretar, como les decía hace poco Pablo Iglesias a los agricultores porque en pocos meses pueden cambiar las tornas muy negativamente dada la situación de caos que viven los independentistas catalanes y va a ser más complicado. Veremos.