Si repasamos la nómina de los últimos directores del FMI, todos se han visto salpicados por escándalos de corrupción económica o incluso en agresiones sexuales. Corruptos, estafadores, violadores Lo mejor de cada casa. Christine Lagarde no es una excepción. La fiscalía francesa le acusa de «complicidad en falsedad de documento público y malversación de fondos públicos», por su impliación en el «caso Tapie».
Desde 1.993, el banco público Crédit Lyonnais y Bernard Tapie mantenían un largo litigio por irregularidades en la venta de Adidas.
Tapie es uno de los más controvertidos representantes de las nuevas élites francesas. Una especie de “Berlusconi” galo. Cantante, actor y showman televisivo, pero también empresario de éxito… Y condenado dos veces por corrupción. A pesar de que fue ministro en gobiernos socialistas, es también íntimo amigo de Sarkozy. «Son el “crimen organizado”. Una pandilla de ladrones, corruptos y estafadores que se sientan en lujosos despachos del FMI, la UE o los gobiernos de las grandes potencias»
En 2.008, Christine Lagarde, entonces ministra de Economía en el gobierno galo, decidió dar carpetazo al “caso Adidas”, favoreciendo fraudulentamente a Tapie.
Tapie tenía muy pocas posibilidades de ganar el pleito judicial contra Crédit Lyonnais en los tribunales ordinarios. Por eso Lagarde sustituyó el juicio por un arbitraje escandalosamente amañado. Dos de los tres miembros del “órgano mediador” mantenían lazos con Tapie.
Los “árbitros comprados” no solo exoneraron a Tapie, sino que le otorgaron una compensación de 403 millones de euros, que saldrían de las arcas del Crédit Lyonnais, es decir del erario público.
A pesar de que como ministra podía recusar el laudo, y de que los consultores del ministerio le exigieron que lo hiciera, pues “lesionaba gravemente los intereses del Estado”, Lagarde no movió un dedo. Todo había salido como estaba diseñado. La estafa había sido un éxito.
El escándalo no solo afecta a Lagarde. También a Jean-François Rocchi, el presidente del CDR (el “banco malo” francés) que gestionó los activos tóxicos de Crédit Lyonnais. Según los jueces, Rocchi ejerció de intermediario entre Tapie y Sarkozy, cuando este era todavía ministro del Interior, en la negociación que culminó en el escandaloso “arbitraje”.
Lagarde ha declarado ante la Corte de Justicia de la República (CJR) en París. La fiscalía gala ha emitido un demoledor informe que exige imputar a la actual directora del FMI, porque encuentra “serias o consistentes evidencias de delito”.
Estos son los personajes que en París, Washington o Berlín, dirigen las finanzas mundiales.
Nos imponen a nosotros recortes de pensiones y salarios o tijeretazos en sanidad y educación, bajo el “mantra” de “reducir el déficit”. Pero regalan millones y millones del dinero público a los bancos y monopolios, o a sus amigos multimillonarios. A veces “legalmente”… otras poniéndose por montera las leyes. Al fin y al cabo, ellos son los que hacen las leyes… y los que hacen las trampas para saltárselas cuando no les conviene.
Son el “crimen organizado”. Una pandilla de ladrones, corruptos y estafadores que se sientan en lujosos despachos del FMI, la UE o los gobiernos de las grandes potencias.