En agosto, el Síndic de Greuges público un informe denunciando una situación que el Govern trata de negar por todos los medios. Los datos en que se basa el informe provienen de una encuesta del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona y el Instituto de Estadística de Cataluña, entre otras instituciones, y no pueden ser más claros: el 4% de la población infantil, casi 50.000 niños, no consumen carne ni pescado al menos una vez cada dos días. Esta falta de proteínas, básicas para el desarrollo físico y mental del niño, puede producir secuelas a corto y largo plazo.
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Pero la realidad no queda ahí, y es tozuda cuando CIU intenta negarla afirmando que los problemas de malnutrición infantil no se derivan de la crisis. Y es que el informe aporta también datos, esta vez de la Encuesta de Condiciones de Vida (INE) que demuestra que la pobreza severa se ha multiplicado en los últimos años en Cataluña y que, en cuanto al consumo de proteína se refiere, del año 2008 al 2011 se han multiplicado casi por 6 el número de hogares que no se pueden permitir carne o pescado al menos cada dos días.
Después de la comparecencia de Rafael Ribó en el parlamento, CIU se ha lanzado a atacar el informe. El Conseller de Salut, Boi Ruiz, alega, por ejemplo, que la malnutrición se debe a los malos hábitos alimenticios y no a la crisis. Pasando por alto que el 16,6% de los niños catalanes viven en hogares sin ningún ingreso, frente al 5,8% del 2008 y que 10.000 de ellos viven en familias que en 2011 perdieron las ayudas de renta. Todo para eludir la responsabilidad de la Generalitat y seguir con los recortes como mandan el FMI y Bruselas.«Del año 2008 al 2011 se han multiplicado casi por 6 el número de hogares que no se pueden permitir carne o pescado al menos cada dos días»
Este es el panorama a pocos días de la Diada. Un Govern que niega la Cataluña que se debate entre el paro y los recortes, que lucha por conseguir una beca comedor y que tiene en la malnutrición infantil solamente una de las manifestaciones más dramáticas del saqueo al 90% de la población. Y mientras CIU despotrica contra Madrid, para ocultar al FMI y Bruselas, cuyos mandatos aplica de buen grado, ERC le sigue aceptando recortes a cambio de “independentismo”.
¡Sí hay alternativa! Sólo con aplicar el punto sobre la reforma fiscal de nuestro programa para las pasadas elecciones catalanas podríamos detener, no sólo la malnutrición infantil, sino también el alarmante aumento de la pobreza y la exclusión social que se esta produciendo en Cataluña desde que empezó la crisis. Consistiría en elevar el tramo autonómico del IRPF hasta el 55% para las rentas superiores a los 300.000 euros anuales y del 75% para las superiores a los 600.000 euros. Mediante una reforma así, un estudio de la Universidad de Barcelona (UB) y la Autónoma (UAB) del 2004 y 2005 concluía que se puede financiar una renta básica equivalente a 5.400 euros anuales para cada adulto y 2.700 euros para los menores de 18 años.