«Teatro, lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro». Conviene recordar esta canción de La Lupe para no ser engañados en la ceremonia de la confusión creada, a raíz de que el ministro de Industria urgiera a los bancos a conceder créditos a familias y pymes bajo la amenaza de que «al gobierno se le ha acabo la paciencia con la banca». José Blanco, secretario de organización del PSOE, corrió a rectificar que «el gobierno tiene una paciencia ilimitada con la banca». Y muchos medios hablan ya de un supuesto encontronazo entre la banca y el gabinete de Zapatero. ¿Enfrentado con la banca el gobierno que les ha regalado 250.000 millones de euros? ¿A quién quieren engañar?
“Uno juega a olicía bueno y otro al malo”. Así de claro explicaban dos ejecutivos bancarios la supuesta disputa entre Miguel Sebastián y José Blanco a raíz de la responsabilidad de la banca en la crisis. Los dos mandamases de la banca acababan de acudir a la reunión con Zapatero, destacando “el buen ambiente y la comprensión del presidente”. La campaña de algunos medios por intentar presentar a un gobierno que choca con la banca, al exigirle que abra la mano del crédito a las pymes y familias, raya la manipulación más artera. Son conscientes del caudal de indignación popular que genera la cercanía y genuflexión del gobierno ante la banca –cuando la crisis azota cruelmente a trabajadores y pymes, mientras los bancos presentan beneficios de más de tres billones de pesetas-. Incluso se cambió la escenografía de la reunión del presidente con los banqueros, para evitar que se reprodujeran en la prensa escenas como la de Botín repantingado en el sofá, riéndose junto a Zapatero, en el mismo momento que se conocía que 2008 nos deparaba un millón más de parados. La polémica entre Sebastián y Blanco forma parte también del terreno de la imagen. El fondo se dirime en reuniones que no se publicitan. Como esa donde la portavoz económica del PSOE en el Congreso exigió a un grupo de empresarios –asfixiados por la restricción del crédito- que “no demonicen a los bancos”. O esa donde la misma portavoz socialista aseguró al presidente de la patronal bancaria que el ICO incrementaría la línea de crédito a los bancos. O incluso con gestos visibles como la rectificación del PSOE, que cambió el sentido de su voto en las cortes para impedir que los presidentes de los principales bancos acudieran al Congreso a responder sobre por qué mantienen cerrado el crédito a pesar de haber recibido multimillonarias subvenciones públicas. Este es el gobierno que ha traspasado todas las líneas rojas de la decencia en cuanto a apoyar a la banca. Cuando Zapatero diga en los mítines que “voy a exigir a la banca que reactive el crédito a las pymes y familias”, hay que volver a recordar a La Lupe y contestarle: “Igual que en un escenario, finges tu dolor barato, perdona que no te crea, me parece que es teatro”.