El acoso y derribo contra el sistema financiero español, que se abrió con la sonada quiebra de Bankia, ya tiene un dictamen final. Y no lo ha emitido Madrid. Como condición para conceder un préstamo de 37.000 millones, Bruselas «es decir Berlín- impone a las cajas españolas nacionalizadas unas condiciones tan draconianas que sólo pueden conducir a su liquidación y venta precio de saldo. Ya hay «tiburones» preparados para darse el festín. La Caixa «ha pescado» al Banco de Valencia. Y varios bancos y fondos de inversión extranjeros tienen la caña preparada.
37.000 millones de euros. Una cifra equivalente a todos los recortes que el gobierno de Rajoy ha impuesto este año. Esto es lo que nos va a costar a los españoles el rescate bancario.
Será la UE quien concederá un préstamo al gobierno español, para que el dinero sea inyectado en los bancos este mismo mes. Que será devuelto a través de una nueva oleada de recortes.
Y eso no es todo. Como “condición” para conceder el préstamo, la UE exige a las cajas españolas reducir su volumen de activos en un 60%, traspasar –a la mitad de su precio real- 45.000 millones en activos inmobiliarios al “banco malo”, vender rápido y barato sus participaciones industriales, despedir a 8.000 trabajadores…
Ni el más mafioso usurero impondría estas condiciones para conceder un préstamo.
La suma de las cajas intervenidas –Bankia, Catalunyacaixa, Novacaixa Gaicia, donde el Estado es el primer accionista- formarían el primer banco español.
Transformadas en un banco público, podrían utilizarse sus enormes recursos para abrir líneas de crédito, para invertir en crear empleo.
Pero eso, parafraseando a Bernarda Alba, “ni debe ni puede pensarse”. Ese dinero ya está adjudicado. Y no nos “toca” a nosotros. Pagaremos “las costas del banquete”, a través de las ayudas públicas… pero no podemos disfrutar del festín.
Será una parte de la oligarquía española quien lo haga. La Caixa, la gran burguesía catalana, se ha quedado –pagando un solo euro- el Banco de Valencia. El Santander de Botín está en primera línea para quedarse –también por su solo euro- Catalunyacaixa.
Pero será el capital extranjero quien se lleve la mayor tajada. Novacaixa Galicia está preparada para “ser vendida a fondos extranjeros”. Y el fondo norteamericano JC Flowers sigue peleando por hacerse con Catalunyacaixa.
Y buena parte de las participaciones industriales de las cajas acabarán en manos extranjeras. Un ejemplo es Aguas de Valencia, que pasará a manos del monopolio galo Suez dentro de la operación de liquidación del Banco de Valencia.
El gran capital extranjero por fin va a hacer realidad el sueño de meter mano en el sistema financiero español, y en algunas de las joyas de la corona industriales, hasta ahora territorio vetado a sus ambiciones.
Esta es la sustancia del dictamen emitido por Bruselas. Para más escarnio presentado por un comisario español, Joaquín Almunia, anunciando como portavoz del gran capital alemán o norteamericano el saqueo de nuestras riquezas.