Cargando...Aprobado con 481 votos, 21 abstenciones y sólo 25 en contra, el Parlamento Europeo ha aprobado esta semana que se rechace la posibilidad de que los gobiernos legalicen la desconexión a Internet como un medio para imponer sanciones a los consumidores. Algo que se ha propuesto en varios países de la Unión.
La (suuesta) lucha contra la piratería digital se dirime hoy en día entorno a la lucha de varios bandos e intereses principales representados social y políticamente de diferentes maneras. Por un lado, las asociaciones como la SGAE representan los intereses de las grandes distribuidoras, discográficas y editoriales. Reclamando las perdidas ocasionadas por las redes P2P y demonizando al “top manta” se escudan en la “protección a los autores” que nadie discute para pretender (a estas alturas) ponerle puertas al monte: Controla Internet. Pero por otro, las operadoras de telefonía y los fabricantes de tecnología ingresan cada año beneficios astronómicos. Las asociaciones de internautas y las asociaciones por los derechos digitales (Creative Commons, FSF, etc) no cejan su empeño en denunciar las prácticas “piratas” de los que se enarbolan como defensores de la propiedad intelectual (para cobrar a creadores y consumidores). El Parlamento Europeo ha dicho que no se puede promover el “analfabetismo digital” en el siglo XXI. Se aborda la protección de los derechos de propiedad intelectual pero para ello se prohíbe “el control y la vigilancia sistemática”. Por otro lado, toda una parte importante del informe, establece la protección de la “identidad digital” frente a agentes públicos o privado, la nueva capacidad de identificación digital debe ser protegida para no ser malversada. Otro interés que aparece soterradamente en todo este problema, el control de los Estados cada vez más informatizado de todo lo que pagamos. El diario The Times ya informó el pasado enero de que el gobierno británico no permitiría a sus proveedores de Internet cortar el acceso a sus usuarios por usar las redes P2P (emule, ares, etc). La sanción requiere demasiadas complicaciones legales y se pretende estudiar otras formulas. La “propiedad intelectual” parece entrar en contradicción sobre sí misma. Ya que para proteger unos derechos intelectuales hay que profanar otros. Unos intereses chocan contra otros. La era digital es incompatible con el mercado digital anterior, paradójicamente.