Los datos del último informe presentado por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales confirma lo que todos sabemos: el PIB se ha recuperado o incluso es superior al registrado antes del estallido de la crisis… a costa de jibarizar el gasto social.
En el conjunto de España la inversión presupuestaria en sanidad, educación y ayudas sociales es hoy un 3,4% inferior a la registrada en 2009. No estamos ante una “década perdida”, sino ante un retroceso que quieren perpetuar.
Pero, como en todo proceso, siempre hay adelantados y rezagados. Y en la ejecución de los recortes los Mas, Puigdemont, Torra y Junqueras se han colocado a la cabeza.
Los dueños del “procés” han puesto a funcionar las tijeras a toda máquina. El resultado es que en Cataluña el porcentaje de recortes en gastos sociales, respecto a los índices de 2009, se dispara hasta el 19,9%… Casi seis veces más que la media española.
Esto afecta a intereses básicos de todos los catalanes, sean o no independentistas. La Generalitat de Torra destinó en 2018 a sanidad un 27,5% menos que en 2009, y a educación un 12% menos. En los recursos destinados a servicios sociales, mientras que en el conjunto de España aumentó un 11%, en Cataluña se redujo un 0,73%.
La comunidad más rica de España, Cataluña, la que registra un PIB mayor, es la que más recortes arroja contra la población. ¿La razón? Es también la que más dinero dedica “al resto de políticas”, es decir a la promoción del “procés” o al mantenimiento de un gigantesco aparato burocrático al servicio de una minoría.
Mientras las demás comunidades invierten, de media, un 60% de su presupuesto en sanidad, educación y servicios sociales, Catalunya emplea el 54%. Estos seis puntos menos suponen 1834 millones, sustraídos a los gastos sociales para utilizarlos en aquello que solo beneficia a los dueños del procés.