El gobierno de Rajoy todavía se resiste a anunciar oficialmente que actualizará las pensiones este año como mínimo en una cuantía similar a la del aumento del IPC. Es una obligación legal. Pero existen, para nuestros gobiernos, otras exigencias con mayor valor que las leyes españolas. Sucesivos informes del FMI y la Comisión Europea «exigen» al gobierno español que acelere la implantación la jubilación a los 67 años antes del 2027. Anunciando un «colapso» de las pensiones públicas porque, en palabras del FMI, «existe el riesgo de que la gente viva demasiado». ¿De qué estamos hablando? De aplicar las «recomendaciones» del FMI y de Bruselas, las pensiones en los próximos años serán la mitad de las que ahora perciben nuestros jubilados.
¿Qué significa esto?
Actualmente el 77% de los pensionistas ni siquiera alcanza la categoría de mileurista. Y uno de cada cinco corre el riesgo de pobreza.
España es uno de los países europeos con mayor porcentaje de pensionistas en riesgo de pobreza relativa, sólo por detrás de siete de los otros 26 Estados que componen la UE. «No vamos a parar hasta que el pueblo podamos decidirlo en referéndum»
Algunos “voceros” de la gran banca se han aventurado a afirmar que “el sistema de seguridad social en España es insostenible”, alegando que “hay que romper con el populismo de que las pensiones son sagradas”. Y ofreciendo como alternativa que “el gobierno tenga el coraje de congelarlas para cumplir el objetivo de déficit”.
¿Las pensiones son un “despilfarro”, un “gasto inasumible”? ¿Es que acaso gastamos en pensiones mucho más que el resto de países europeos?
Lo que ocurre es exactamente lo contrario. La pensión contributiva media española representa el 63% de la pensión media de la UE-15, frente al 92% y 93% de los jubilados británicos y finlandeses.
El gasto en pensiones de España en proporción a su Producto Interior Bruto (PIB) es de los menores de la UE. Concretamente, se situó en el 8,9% durante el 2010, frente al 10,2% de media europea.
¿En qué situación quedarán los pensionistas españoles de aplicarse los dictados del FMI y de Bruselas?
Lo dijimos hace meses. Anticipándonos a los acontecimientos al lanzar, con la recogida de firmas, la campaña “Las pensiones a referéndum”.
Y los hechos se han encargado de confirmarlo. Las pensiones públicas son el próximo bocado en el saqueo sobre España perpetrado por el FMI y Berlín.
Su estrategia es degradar el sistema público de pensiones hasta hacerlo inviable, y privatizarlo para controlar los 110.000 millones de euros que cada año, incluso en la crisis, recauda la Seguridad Social de los salarios de los trabajadores.
Un gigantesco trasvase de riqueza, que de ahorro del conjunto de la sociedad para garantizar nuestra vejez y la de nuestros semejantes, se convertiría –como sucede en EEUU y otros países como Holanda- en capital en manos de grandes fondos de inversión, que ganan dinero a espuertas para luego reducir, o simplemente eliminar, las pensiones prometidas a sus abonados.
Las presiones de Washington y Berlín para imponer un hachazo a las pensiones se han redoblado.
Nuestra candidatura propone que, frente a estos mandatos de las grandes potencias, que decidirían nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos, se imponga la voluntad popular expresada democráticamente.
A través de un referéndum que blinde las pensiones públicas.
Estableciendo legalmente la defensa del poder adquisitivo de los pensionistas, cerrando así la puerta a medidas como la eliminación de la revalorización de las pensiones en función de la subida del IPC, que exigía el último informe de la UE.
O impidiendo la aplicación a los pensionistas de los recortes más sangrantes –copago, tijeretazos sanitarios…-.
Y prohibiendo expresamente cualquier tipo de privatización, total o parcial, de las pensiones públicas.
Incluyendo estos puntos en la Constitución, para que las pensiones estén blindadas ante los abusos de cualquier gobierno presente o futuro.
Si Zapatero, Rajoy y Rubalcaba reformaron la Constitución en apenas unos días, a toque de pito de Merkel, para que los bancos extranjeros cobren antes que pensionistas o dependientes… ¿Por qué no va a poder reformarse la carta magna para defender a uno de los sectores más vulnerables?
Esta es, además, una batalla que podemos ganar. Los ataques contra los pensionistas despiertan un rechazo social unánime. Es aquí donde el FMI y Merkel encuentran más dificultades para imponer sus planes de recortes y empobrecimiento. Y donde nosotros tenemos más facilidades para unir al 90% de la población.
En torno a la batalla por el referéndum de las pensiones podemos obtener una victoria popular, que haga retroceder por primera vez los planes del FMI y Merkel. Y cambie la correlación de fuerzas política en beneficio de la mayoría.
Levantar un amplio movimiento, por abajo y por arriba, que exija un referéndum que blinde las pensiones en la Constitución es la batalla donde ahora hay que concentrar las fuerzas. Nosotros, por nuestra parte, vamos a iniciarlo ya mismo con la realización de concentraciones ante los ayuntamientos de toda España exigiendo que las pensiones no se tocan.
Mañana mismo, van a celebrarse en muchas localidades españolas concentraciones en defensa de las pensiones públicas. Oponiéndose a los dictados y tijeretazos del FMI y Bruselas y exigiendo un referéndum donde, de verdad, tengamos la capacidad de decidir sobre nuestro futuro.
Y no vamos a parar hasta que el pueblo podamos decidirlo en referéndum.