«Con el lío que hay aquí, y Feijoo está en Madrid», coreaban unos. Pronto alguien remasterizó la consigna: «Con el lío que hay aquí, la tele solo mira a Madrid». Mientras todos los medios hacían una intensa cobertura del «desfile del orgullo patrio» en Colón (45.000 asistentes), un número casi igual pero mucho más representativo de habitantes de Santiago de Compostela (40.000 manifestantes, el 41% de sus 95.000 habitantes) se manifestaba -sin que nadie les pagara el viaje y los bocatas- en defensa de la Sanidad Pública gallega
La marcha, convocada por la plataforma SOS Sanidade Pública y apoyada por distintos sindicatos, partidos y colectivos, ha denunciado los ignominiosos recortes que están provocando la degradación de la calidad asistencial y que «uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo está siendo derrumbado poco a poco para dejar espacio al sector privado» y a empresas multinacionales que ven en «una gran oportunidad de negocio» en la salud de la gente.
«No a la privatización», «Feijóo, atiende, la sanidad no se vende», o «Servicios públicos y de calidad» han sido algunos de los cantos más repetidos durante la manifestación, que ha unido a un gran número de profesionales de la sanidad -médicos especialistas y de atención primaria, enfermeros, celadores, conductores de ambulancia, muchos de los cuales sostienen una huelga- pero sobre todo a miles de ciudadanos usuarios. Todos unidos en contra de unos recortes, especialmente graves en los ambulatorios, que han llevado a que en las últimas semanas dimitieran en bloque una veintena de jefes de servicio de atención primaria del área de Vigo para «no ser cómplices» de una situación «insostenible»
El comunicado, leído por Manuel Martín, portavoz de la Plataforma, ha denunciado el descenso de los presupuestos para el sistema de salud pública, la reducción de médicos y enfermeros, la supresión de camas en hospitales y otros iniciativas que han empeorado la calidad de las prestaciones asistenciales.
También ayer domingo, la plataforma Teruel Existe, junto a otros colectivos sociales y vecinales de la ciudad, sacó a la calle a miles de turolenses en protesta por la situación sanitaria y la falta de médicos especialistas. Un tercio de la población de la provincia, 35.000 vecinos, o el 100% de la población de la capital (35.000) participó en la protesta que algunos medios digitales bajoaragoneses calificaron como la segunda más importante de la historia de la ciudad.
Teruel sufre, fruto de los recortes y de la falta de inversión, una carencia extrema de médicos especialistas. Se da el caso de que la la jefa del Servicio de Otorrinolaringología del hospital Obispo Polanco haya tenido que hacerse cargo ella sola de esta unidad, al quedar vacías las otras dos plazas existentes.
La situación afecta no solo a los vecinos de la capital turolense sino a los de las poblaciones de la provincia, especialmente afectada por la despoblación y la falta de equipamientos. Miles de bajoaragoneses tienen que hacer un viaje de 170 kilómetros de ida (y otros tantos de vuelta) a Zaragoza cada vez que hay que hacer una prueba médica que por los recortes no pueden hacer en Teruel.
«Si no existiese un problema real no habría salido tanta gente a la calle. Son tantos los turolenses que se han manifestado para exigir igualdad en la Sanidad que no cabían en la plaza del Torico. Ha sido una de las protestas más masivas que ha vivido la ciudad», dice Manuel Gimeno, portavoz de Teruel Existe.
Sumadas, ambas dan 75.000 manifestantes por una misma causa: la lucha contra los recortes y por una Sanidad Pública y de calidad. ¿Son más importantes los que ayer se manifestaron en Colón que los compostelanos o los turolenses?
¿Cuántos minutos dedicaron los informativos a relatarnos esto? Al final sí que va a haber un problema con los relatores
TRAMPA OBRERISTA dice:
La murga sindicalista «fundamentada» (por así decirlo) en tomar como «ajena» la lucha por la independencia nacional, mientras «los trabajadores no pierdan derechos», so excusa de no «hacerle el juego» a «la burguesía», es puro sembrar la miseria y fruto de la miopía. Sin defender la producción nacional, los derechos crecientes y la redistribución creciente hacia el salario, serán tarde o temprano privadas de su condición permisiva. Y, aunque no lo fueran, en cualquier momento los dueños de la economía, desde sus centros «internacionales», pueden cortar el grifo de los derechos otorgados y de las condiciones laborales y salariales consentidas y mantenidas por su propia conveniencia. Miremos por ejemplo Andalucía, donde la dependencia se ha traducido en dinero a gogo para holgura de los andaluces…, a cambio de privar al resto de la nación del potencial aportativo de Andalucía al conjunto de España. En otras palabras…: la perspectiva sindicalista o laboralista, sea de empresa o regional, es siempre egoísta y se traduce en un mantenimiento parcial o sectorial de prebendas más o menos extendidas…, pero a costa de la contribución desde las partes hacia el conjunto.
TRAMPA SINDICAL dice:
Por consiguiente, tal perspectiva de indiferentismo hacia la propiedad nacional en nombre de defender exclusivamente «los intereses» supuestamente «clasistas», no es más que un reflejo mecánico del «todos contra todos» y del «caos de la economía» distintivos de la supervivencia insolidaria del modo de producción capitalista. Si los intereses, legítimos, no se abren paso desde el punto de vista de fortalecer a la nación, el obrero se petrificará en (a lo sumo) un mantenido del imperialismo a cambio de la eliminación imperialista del potencial competitivo del país en su conjunto.