Trump y Biden proponen distintas estrategias para un mismo problema: cómo mantener la hegemonía norteamericana, cuestionada por la aparición de nuevos centros de poder y por la lucha de los países y pueblos del mundo. Estas son las estrategias que proponen para algunos puntos calientes del planeta.
China es el principal problema geopolítico para EEUU, y ambos prometen ser más hostiles que su oponente. Trump plantea llevar a un nuevo nivel la guerra arancelaria, y hostigar a Pekín en todos los planos. Biden acusa a su contrincante de ser «muy duro en las formas, pero muy ineficaz en la práctica» con China, y promete que corregirá esto ejerciendo «presión multilateral a través de relaciones renovadas con los aliados» europeos y asiáticos de EEUU. Asímismo, sugiere un mayor énfasis para intervenir en las contradicciones internas del país asiático: los derechos humanos, Hong Kong, Taiwan, los uigures…
Irán. Trump se retiró del acuerdo nuclear alcanzado con Teherán durante la presidencia de Obama, y ha volado los puentes al asesinar al general Soleimani. Asimismo está armando una coalición militar entre Israel y las petromonarquías sunnies contra Irán. Biden ha dicho que tratará con Teherán a través de la diplomacia y volverá a entrar en el acuerdo, pero solo si Irán vuelve a cumplir con las restricciones estipuladas en el tratado sobre su programa nuclear. Y ha declarado su pretensión de poner fin al apoyo de la agresión saudí contra Yemen, que Trump ha defendido.
Israel y Palestina. Biden no va a volver a trasladar la embajada de Jerusalén a Tel Aviv, pero no está dispuesto a heredar el «acuerdo del siglo» de Trump que implica una enorme pérdida territorial para los palestinos. Dará su beneplácito a los recientes lazos israelíes con Emiratos y Duabai -base para la «OTAN de Oriente Medio»-, y afirma que los aprovechará «para avanzar hacia una solución de dos Estados».