Hay que defender la libertad de expresión. No hay que defender todo lo que se expresa.
Como dice el refranero, sintetizando una sabiduría popular profunda, no hay que confundir la velocidad con el tocino.
Cientos de jóvenes en la calle defienden la libertad de expresión, frente a la entrada en prisión del rapero Pablo Hasél por el contenido de algunas letras de sus canciones. Estamos con ellos.
Algunos defienden las ideas a favor del terrorismo del GRAPO o de ETA de Hasél. Estamos en contra de esas ideas. El terrorismo es fascismo. Siempre, en todas las ocasiones.
El presidente del Tribunal Supremo de Castilla y León acaba de declarar que ”la democracia se pone en peligro en el momento en que el partido comunista está en el gobierno”. Defendemos que este representante de la élite de la justicia tenga su propia opinión sobre los comunistas, y que pueda expresarla. Y también consideramos que esas ideas son muy peligrosas, una amenaza para todos si pudieran ejecutarse, y son preconstitucionales, es decir contrarias al régimen de derechos y libertades que tenemos en España.
La importancia de diferenciar la velocidad y el tocino.
Defendemos que jóvenes y no jóvenes salgan a la calle a defender las libertades y en particular la libertad de expresión. Pero estamos en contra de los ”quemacontenedores”, lo hemos estado siempre. Y no aceptamos que se diga defender el derecho de manifestación con modernos ”cojomantecas”, esa turbia figura que en los ochenta se dedicaba a boicotear las masivas manifestaciones de estudiantes rompiendo farolas.
Otra vez la velocidad y el tocino.
Cuando una pandemia ataca la salud y atenaza el estado psicológico y anímico de la población, cuando nos plantean un horizonte de meses para volver a la normalidad, cuando al miedo a la enfermedad se suma el miedo a perder el puesto de trabajo o a no poder encender la calefacción porque no la puedes pagar, cuando una parte de la población tiene que hacer cola para que le den bolsas de comida, cuando todas las estadísticas indican que la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha agrandado durante la pandemia, cuando todo esto ocurre en la casa de gran parte de los ciudadanos españoles, en la televisión vemos un enfrentamiento callejero por la detención de un rapero.
¿Qué tiene que ver la velocidad con el tocino?
Nosotros defendemos la libertad de expresión, y defendemos las libertades de Pablo Hasél para expresarse. Pero no defendemos ni una sola palabra de lo que dice Hasél.
Defendemos el derecho de cada persona a manifestarse para defender lo que cree que es justo, como lo defienden las leyes españolas. Pero no defendemos los disturbios que hacen a mucha gente alejarse de todas aquellas alternativas de cambio social.