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Barack Obama ganó las elecciones de 2008 con la bandera del rechazo a la teoría de la guerra preventiva impulsada por su antecesor, George W. Bush. Sin embargo, cuando está a punto de expirar su primer mandato, acaba de aprobar a través de su fiscal general la teoría del asesinato selectivo. Desde la pasada semana, la CIA tiene licencia para asesinar selectivamente en cualquier lugar de mundo a cualquier persona que considere «enemigo de los EEUU» o un peligro para su seguridad nacional.
Algo que ya venía haciendo desde hace años, pero que ahora ha adquirido carta de legalidad al ser aprobado por Obama.
A través de los aviones no tripulados (drones) Predator y Reaper, dotados de mortíferos misiles y teledirigidos desde bases de la CIA, EEUU se autootorga el papel de señor de “juez y horca”, con derecho a decidir quien debe morir, dándole a la CIA licencia para ejecutar la sentencia dónde y cuando lo considere.
Hasta tal punto la administración demócrata de Obama da importancia a esta forma de terrorismo de Estado, que en la actualidad el Pentágono está formando ya a más operadores de drones que a pilotos de aviones de combate.