La socimi Testa Residencial -propiedad de los dos principales bancos españoles, Santander y BBVA- ha anunciado su intención de cotizar en el MAB (Mercado Alternativo Bursátil). Entre sus incentivos para vender acciones se encuentra la subida de pisos de alquiler de un 25%, un 15% en solo un año para un tercio de sus viviendas. Prueba palpable que la burbuja del alquiler en España y su brutal escalada de precios tiene culpables.
Testa Residencial es una socimi (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria). Consiste en una sociedad anónima que se dedica a adquirir viviendas para su posterior arrendamiento. Es un fondo cuyos principales propietarios son el Banco de Santander (36’87%), el BBVA (25’24%), Acciona (20%) y Merlín (16’95%). Es, por lo tanto, un instrumento financiero en manos de la oligarquía española… y de inflado del precio de la vivienda.
El objetivo de Testa es entrar en el MAB, el Mercado Alternativo Bursátil. Para ello, ha presentado un folleto “Documento Informativo de Incorporación de las Acciones de Testa en MAB”, en el que anuncia las ventajas para invertir en la socimi a las empresas interesadas. Una de las razones que aduce es su potencial… para elevar el precio de las viviendas que posee en la actualidad, algo que reportará grandes beneficios.
Testa tiene en la actualidad unas 10.000 viviendas, lo que la convierte en la mayor empresa privada del mercado de alquiler, descontando carteras en manos directas de entidades financieras. Tiene pisos en Madrid, Barcelona, San Sebastián, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria, Valencia, Toledo, Valladolid, etc…
En su folleto, afirma explícitamente que “Testa considera que la cartera actual tiene un gran potencial para fijar nuevos precios”. Alude que en la actualidad, sus precios se encuentran como media en los 8 euros por metro cuadrado, un 25% menos que el mercado general. Y que eso les permite un enorme margen de “mejora de beneficios”.
Su estrategia parte de la renovación de los contratos. Según el informe, “anticipamos que un tercio de nuestros contratos tendrán un nuevo precio en el curso de un año, con una subida general de la renta de un 15% con respecto a las rentas actuales”.
No es su único plan. Testa Residencial tiene en sus manos 2.000 viviendas en régimen de alquiler social. Su intención -claramente expuesta en el folleto- es subir el precio de esas viviendas, hasta alcanzar los del mercado general una vez los contratos vayan venciendo también. De esta manera, buscan echar a los inquilinos e introducir a otros más solventes. Lo dicen ellos mismos: “los clientes de vivienda social tienden a no tener la solvencia de nuestro cliente objetivo”.
Una práctica que lleva ocurriendo ya unos años: los “desahucios invisibles”. Fondos buitres compran viviendas de protección oficial y elevan artificialmente los precios para desalojar a sus inquilinos, con el fin de poder hacer negocio con clientes más rentables.
Una de las razones por las que aumenta el precio del alquiler en España es el hecho de que cada vez más fondos como Testa ven en el alquiler una auténtica fuente de ingresos. Un nicho de negocio todavía por explotar. Si antes de la crisis el centro estaba en la vivienda en propiedad (con hipotecas de hasta 50 años), ahora se está poniendo el ojo de su voracidad en el alquiler.
Un negocio no solo para la oligarquía, sino también para el capital extranjero, como por ejemplo Blackstone y su cartera de 10.500 viviendas en alquiler. Otra nueva forma de saquear a toda la población, que incapaz con la crisis de tener una vivienda en propiedad, debe recurrir al alquiler.
COMUNA YA dice:
¿Porqué tanto expolio gubernamental, sobre todo municipal, al pequeño propietario, siendo esa burocracia una lacra que pesa sobre la espalda de los humildes? No me explico cómo a muchos les pasa por alto el factor jugado por las inmensas dificultades y tasas interpuestas al arrendador. Sin duda la oferta se ampliaría, si consistorios como el barcelonino dejaran de exigir toda una vida de burocracia para poner un piso en oferta. Con una mayor oferta, la competencia junto a la mejor cobertura de más cuotas de demanda, bajarían los precios. Pero los verdaderos propietarios, es decir, los caciques del suelo urbano (particulares ligados a las redes municipales administrativas y de papeleo y registro…), están interesados en una disminución o estancamiento de la oferta, que mantenga altos los precios mientras ellos se abstienen en alquilar su gigantesco elenco de pisos y de manzanas completas. Son puros especuladores aliados a la burocracia. Los ayuntamientos, en lugar de liberalizar el alquiler, cargan contra el pueblo porque «alquila a los turistas». Así se llega a una situación de sub-oferta que, «coincidente» (no es coincidencia, sino dialéctica) con una demanda en auge brutal desde hace décadas, desequilibra la oferta-demanda y por tanto asegura sujetos sociales prestos a pagar aun con los precios exagerados (por necesidad impuesta, por supuesto) con arreglo al valor de uso de la residencia.