La “nube” son inmensos centros de datos que ocupan enormes espacios terrestres, que necesitan un elevadísimo suministro eléctrico y también ingentes cantidades de agua para refrigerarlos. En 2025 se han producido dos fallos informáticos con consecuencias muy graves, uno en la “nube” Azure de Microsoft -afectando a millones de usuarios, incluidos bancos, aerolíneas, hospitales y hoteles- y otro en la “nube” de Amazon en una de sus instalaciones -causando interrupciones en internet en toda Europa.
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La campaña “No es sequía, es saqueo” denuncia que los oligopolios tecnológicos yanquis -ahora también sus fondos de inversión- se reparten el dominio de los centros de datos y nos expolian con la invasión descontrolada de tales centros. La concentración de datos en la “nube” está dominada por tres empresas estadounidenses: Amazon, Microsoft y Google. Y el fondo buitre Blackstone se propone construir ocho centros de datos en Valdejalón, pero en todo Aragón ya se han autorizado un total de 26 de tales instalaciones. Todo ello para sus intereses por toda Europa Occidental.
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Los centros de datos nos roban el agua y los megavatios
España se está convirtiendo en la base preferida para el aterrizaje de la “nube” de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses. Además de Amazon, Microsoft y Google, ya lo han hecho Meta, Oracle e IBM. Unos inmensos centros de datos que satisfagan la creciente demanda para el desarrollo de la inteligencia artificial. El número de tales instalaciones en España ya estaría en torno al centenar.
Pero es en Aragón donde más se está concentrando su construcción. La comunidad autónoma tiene agua a raudales -el río Ebro y todos sus afluentes que bajan desde los Pirineos aragoneses como el Gállego- y produce en abundancia energía de origen eólica y solar. La avalancha de solicitudes para instalaciones electrointensivas -como son las inmensas naves repletas de ordenadores- asciende actualmente en Aragón a 9.679 MW.
Por ejemplo, según sus propios datos, el consumo de agua de Microsoft aumentó un 34% en 2022, y el de Google un 20% en el mismo periodo. Sin datos de Amazon, que junto a las dos anteriores posee casi la mitad de las gigantescas instalaciones en todo el mundo, suponemos un porcentaje del mismo rango.
Las mencionadas compañías no ofrecen datos sobre cuánta agua y energía de más cuesta entrenar modelos de Inteligencia Artificial respecto al consumo habitual de los centros de datos. Lo que sí se sabe es que los chips usados en esa actividad consumen mucho más que los de los servidores comunes. Pero cuando Amazon Web Services (AWS) termine de construir toda la infraestructura de centros de datos en Aragón consumirá más energía eléctrica de la que utiliza hoy la comunidad autónoma en su conjunto.
En los terrenos en los que nacen los centros de datos ya no crecen otras empresas, ni polígonos realmente industriales
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El dominio monopolista de la “nube”
La cuota de mercado de servicios en la “nube”, en el tercer cuatrimestre de 2025, se concentra en Amazon con el 29%, Microsoft con el 20% y Google con el 13%, lo que suma un determinante 62%, dado que Amazon tiene un enorme control sobre la gran empresa, Microsoft lidera la nube para las administraciones públicas en Europa y Google domina entre las empresas innovadoras; y en Europa eso supone, entre las tres, el 70% de la “nube”. Está clara nuestra dependencia.

Con los dos grandes “apagones” informáticos este año de Amazon y Microsoft, se ha demostrado una vez más que la dependencia excesiva de los productos tecnológicos de un país entraña riesgos potenciales, como embargos tecnológicos, violaciones de seguridad e interrupciones de la cadena de suministro. Se ha hecho más evidente aún la necesidad de reducir la dependencia europea de los oligopolios estadounidenses en el sector tecnológico, y que es crucial, mediante la inversión, el desarrollo de las industrias nacionales en Europa.
Si una mera actualización de un programa de seguridad ha podido paralizar las redes de varios países, ¿qué podría pasar si las principales empresas tecnológicas estadounidenses decidiesen atacar a un país para sabotearlo? Frente al oligopolio tecnológico estadounidense, también en la “nube”, hay que reivindicar la soberanía nacional de los datos como una manera de potenciar la autonomía estratégica.
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Esa “nube” no nos enriquece, sólo consume y empobrece
España está considerada por los estrategas del Pentágono como su portaaviones anclado en el vientre sur de Europa. ¿Va a ser también un territorio desértico de industria nacional donde aterrice la “nube” tecnológica de Silicon Valley?
En los terrenos en los que nacen los centros de datos ya no crecen otras empresas ni polígonos realmente industriales. Lo que necesitamos es un desarrollo económico basado en las industrias productiva y logística, y sólo los centros de datos necesarios para nuestro crecimiento, con generación de empleo de calidad.

