Tiene 47 años, y desde ayer tiene que compaginar su cátedra en la facultad de Filología de la Universidad Autónoma de Madrid con el sillón P de la Real Academia, que hereda del recientemente fallecido Ángel González. Es la cuarta mujer con sillón en la insigne institución, la primera filóloga, y la más joven de los miembros actuales. Durante años ha llevado a sus alumnos por los pueblos de España a recoger los miles de vocablos, giros y expresiones de nuestra lengua en vivo, porque dice que todo ese rico patrimonio no está en ningún libro.
Enhorabuena or el nombramiento. Es usted la 4ª mujer miembro de la RAEL, tras Ana Mª Matute, Carmen Iglesias y Margarita Salas. Ha comentado que es “una magnífica noticia para las mujeres. ¿En qué sentido? Significa que la academia va dando paso a las mujeres. Se va adaptando a la realidad cultural y social de nuestro país, porque las mujeres ya somos parte importante de muchos campos lingüísticos, y había un desfase en el reflejo académico de esa realidad. Es también la primera filóloga. ¿Qué significación tiene ese aspecto? Es un reconocimiento al trabajo de las filólogas. Me han emocionado mucho las cartas que he recibido de filólogas mayores, jubiladas, que se regocijan de mi nombramiento y lo consideran un reconocimiento a su propio trabajo. Hemos dejado de ser invisibles. Más de la mitad de los alumnos de filología son mujeres, y aproximadamente la mitad del profesorado. No se corresponde con la representación académica. Es una realidad universitaria y profesional que no se refleja. También es la mas joven de todos los miembros. Ha sido propuesta por académicos como Margarita Salas y Álvaro Pombo. ¿Qué características suyas les llevaron a apoyarla? La edad es una coincidencia, otros filólogos han entrado en la Academia a mi edad. Creo que me ajustaba al perfil que buscaban por mis especialidades. Usted tiene un currículum muy variado: especialista en dialectología rural, ha hecho diversos estudios sobre el uso del laísmo, leísmo y loísmo en distintas zonas de nuestro país. Y es autora también de varios libros sobre la Edad Media, en especial la época de Alfonso X el Sabio. Especial interés tiene el Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER) en el que lleva trabajando varios años. Coméntenos un poco esta labor. Empecé a reunir formas pronominales y expresiones habladas de distintas zonas de la Península y me di cuenta de que muchas de las que existen no están recogidas en ningún libro. Entonces organicé un sistema de viajes de prácticas con mis alumnos recogiendo grabaciones de distintas zonas de España y contrastándolas. Vamos a los pueblos, contactamos con vecinos y grabamos las conversaciones con ellos. Hablamos sobre distintos aspectos de su sistema de vida tradicional. Hemos juntado un archivo de 1000 horas de grabación en 700 localidades de toda España. Son documentos y testimonios valiosos no sólo desde el punto de vista del habla rural, sino también de las tradiciones. Es historia oral. Por falta de medios, no todas las grabaciones están transcritas. Hablemos de su otra especialidad. ¿Por qué el reinado de Alfonso X el Sabio? He recopilado textos cronísticos y otros textos escritos por o bajo el mecenazgo de Alfonso X. Son todos manuscritos originales de la corte del rey., lo cual permite estudiar la lengua con toda fiabilidad. Tradujeron al romance, al castellano, toda la cultura latina y árabe conocida hasta esa época, toda la cultura clásica. ¿Una labor paralela a la Escuela de traductores de Toledo, que permitió difundir desde España a toda Europa el patrimonio cultural clásico? En la corte alfonsí eso sólo ocurrió con los textos científicos. Porque en Toledo traducían al latín, y de ahí pasaba a las lenguas europeas. Aquí las traducciones son directamente al castellano. Su valor es distinto, en este caso de enriquecimiento de nuestra propia lengua. Miles de vocablos romanos y árabes se incorporan al castellano en ese movimiento, convirtiéndola en una lengua rica y de cultura. ¿Cómo ve su futura labor en la Real Academia? No lo se aún. Intentaré aportar mis especialidades, la historia de la lengua, las variedades dialectales, los textos antiguos. Y si puedo contribuir en algo más, lo haré encantada.