La anulación por parte del TS de Xustiza de Galicia del despido por Alcoa de 524 trabajadores es una significativa victoria de estos, que han utilizado tanto la huelga como otras formas de lucha sindical, incluida la batalla legal. El único interés y objetivo de Alcoa es cerrar la fábrica en España y abrirla en EEUU y Canadá. Alcoa recurrirá ante el Tribunal Supremo. Como nos ha dicho José Antonio Zan -presidente del comité de empresa- “habrá que intervenirla para después venderla”. La lucha continúa.
El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ha declarado nulo, en una sentencia de 303 páginas, el despido colectivo que la empresa estadounidense Alcoa quería llevar a cabo y deshacerse de los 524 trabajadores en su fábrica de aluminio primario -la única que queda en España- situada en San Cibrao, en A Mariña lucense. La sentencia denuncia claramente que “hay mala fe por parte de la empresa; su fin único y primordial era apagar las cubas y cerrar la fábrica de la manera más rentable posible”.
La sentencia explica que la intención de Alcoa “es paralizar las cubas electrolíticas de la fábrica para su posterior cierre” y valoran que con su oferta de ERTE que presentó al comité de empresa “pretendía vestir lo mismo, pero de una manera diferente”. La sentencia también desenmascara el hecho “sumamente significativo, del número de trabajadores afectados por el despido” -que son 524-; que “se aproxima, sin superarlo, a aquel que le permite a la empresa consolidar las ayudas recibidas de las Administraciones públicas sin tener que devolverlas y, a la vez, sin impedirle el cierre de las cubas”.
En declaraciones a Chispas, José Antonio Zan -presidente del comité de empresa que está integrado por sindicalistas de CCOO, CIG y UGT- afirmó que “su exigencia es que Alcoa se siente a negociar la venta a otra empresa o que sea intervenida, temporalmente, por el Gobierno de España. Incluso, para facilitar la alternativa, el comité ha ofrecido suspender la huelga que mantienen si la empresa renunciara a recurrir la sentencia”.
Zan nos explica que “hay que tener en cuenta que la fábrica tiene 512 cubas de electrolisis básicas en la producción del aluminio primario. Si se paran, se imposibilita que vuelva a funcionar la factoría, cuando sigue siendo una de las más avanzadas tecnológicamente en este sector. Y lo único que busca Alcoa es parar las cubas”. Porque, añade Zan, “es una decisión estratégica de Alcoa, que nada tiene que ver con temas estructurales como el precio de la luz o el precio del aluminio”.
Por todo ello, el comité de empresa ha llegado a ofrecer la suspensión de la huelga si Alcoa “se sienta a negociar una solución” para continuar “con el 100% de la producción (reactivando las cubas que fueron paradas) y el 100% de los puestos de trabajo” y renunciara a presentar recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
La lucha continúa
Obviamente la alegría entre los trabajadores de la fábrica se desbordó nada más conocer el fallo del TSXG anulando el ERE e imparablemente se concentraron, ante las instalaciones de Alcoa en San Cibrao, para celebrarlo. Su persistente y compleja lucha no ha sido en vano, han conseguido una victoria, pero la lucha continúa. Son más de dos mil familias de trabajadores de Alcoa y de las empresas auxiliares las que están felices.
Alcoa ha decidido recurrir, aunque en un comunicado emitido desde Estados Unidos anunciaba que paralizaba los despidos obligada por la sentencia. La ministra de Industria, Reyes Maroto, celebraba en su Twitter que “es una buena noticia que la multinacional estadounidense del aluminio Alcoa anuncie la paralización del proceso de despidos”. Víctor Ledo, secretario de Industria de CC.OO. en Galicia, ha pedido al Ministerio de Industria que tome las riendas del conflicto y se implique para obligar a Alcoa a reinicia las negociaciones.