Tras 24 horas de maratoniana negociación y una noche de tensa pugna política, la cumbre de los jefes de gobierno y Estado de la UE se salda con el mayor recorte conocido nunca del presupuesto europeo. Como ya ocurrió en la cumbre anterior, el nuevo eje Berlín-Londres vuelve a imponerse al frente común que, sin éxito, trató de levantar París con Roma y Madrid.
Con el lenguaje críptico y la doblez a la que nos tienen acostumbrados los dirigentes de los 27 países de la Unión Europea decidían recortar un 3% el presupuesto comunitario para los años 2014-2020. Lo que equivale a 33.000 millones de euros menos.
Sin embargo, el mismo Van Rompuy –muñidor del acuerdo final– reconoció que esos son los presupuestos de gasto, pero que en realidad el presupuesto de pagos, lo que se ejecutará realmente, se recorta en cerca de 90.000 millones de euros. «Estamos ante una Europa cada vez más irrelevante en el tablero mundial, y cada vez más dura y salvaje contra sus propios socios»
Utilizando como ariete principal al primer ministro británico David Cameron, Merkel hizo que François Hollande acabara hincando la rodilla en el suelo. París salva al menos el grueso del presupuesto agrícola (del que es el mayor beneficiario), pero tiene que olvidarse de que Alemania ponga un euro en políticas de crecimiento e infraestructuras que alivien la delicada situación de su estancada economía. El eje franco-alemán parece definitivamente quebrado y Berlín ensaya nuevos modelos de alianzas variables y flexibles para imponer sus tesis en la UE.
Estamos ante una Europa cada vez más irrelevante en el tablero mundial, y cada vez más dura y salvaje contra sus propios socios.
La “austeridad” –eufemismo para no hablar de recorte salvajes y saqueo a gran escala sobre la población– condena a la ruina a buena parte de los países de la UE. Pero por el contrario tiende a concentrar en torno a Alemania y sus socios una parte creciente de la riqueza del continente.
¿Hasta cuándo los líderes del resto de Europa vana a aguantar la apisonadora del rodillo germano, concentrando capital y acumulando riqueza para sí, mientras la UE es cada vez más irrelevante en el plano internacional?¿Hasta dónde vamos a aguantar los pueblos de Europa una hegemonía alemana que nos condena al empobrecimiento por generaciones y la pérdida constante de soberanía nacional?