La gran rapiña

«Esto va de personas de carne y hueso, hombres y mujeres sin diferencia de género que en los tiempos de la gran expansión inmobiliaria se transformaron en nueva clase dirigente y hasta en nueva clase dominante en algunas de las Comunidades Autónomas -ejemplarmente, en la Valenciana- forjadas en los últimos 30 años.»

Su camo de operaciones no traspasa los límites de sus territorios regionales; no son, ni han pretendido ser, una clase dirigente de ámbito estatal. Pero lo limitado de su poder en términos de extensión se volvía ilimitado en términos de intensidad. En sus feudos nadie podía meter las narices, pues ellos y ellas disponían de todo el poder político, conseguido a base de mayorías absolutas en las urnas; eran fuertes además en poder cultural, con recursos sobrados para construir grandes ciudades de la luz, del progreso y de la modernidad; y para colmo, manejaban a placer el poder económico y financiero gracias al control de las Cajas, en otro tiempo depositarias del ahorro familiar y de las pequeñas empresas. LA VANGUARDIA.- Los españoles confían mucho más en la derecha que en la izquierda para superar la crisis económica. Este es el dato clave que explica el vuelco político sin precedentes que se va a producir el 20 de noviembre en las elecciones generales. A día de hoy, el Partido Popular está condiciones de obtener una holgada mayoría absoluta. El estudio demoscópico realizado por Noxa Consulting para La Vanguardia, bajo la dirección del profesor Julián Santamaría, pronostica que el partido de la derecha española alcanzará el mejor resultado de su historia, con el 46% de los votos, lo que le proporcionaría entre 186 y 192 diputados. La mayoría absoluta se sitúa en 176 escaños. EL MUNDO.- A medida que corren los días, las previsiones electorales se consolidan: ascenso del PP y desplome del PSOE. Ambos efectos, sin precedentes. Los populares, de acuerdo con los resultados de la primera oleada del tracking electoral elaborado por Sigma Dos para EL MUNDO, conseguirían ocupar 193 escaños de los 350 del Congreso; los socialistas, por su parte, obtendrían 122. El PP, de confirmarse estos pronósticos, gobernará durante los próximos cuatro años sin oposición. Su grupo parlamentario superará en 17 escaños el listón que marca la mayoría absoluta (176). Se ratificaría así el vaticinio que vienen haciendo todas las encuestas desde hace ya varios meses: Rajoy batiría la marca lograda por Aznar en el año 2000, y lo haría obteniendo 10 diputados más. Igualmente, Rubalcaba romperá el suelo de Joaquín Almunia (125 escaños) y se instalará en el Congreso con tres diputados menos que los que obtuvieron los socialistas hace 11 años. Opinión. El País La gran rapiña Santos Juliá Esto no va de los famosos mercados que con su mano invisible gobiernan nuestras vidas, esos mercados sin rostro, tantas veces invocados para ocultar las manos bien visibles de quienes se llevan el dinero. Esto va de personas de carne y hueso, hombres y mujeres sin diferencia de género que en los tiempos de la gran expansión inmobiliaria se transformaron en nueva clase dirigente y hasta en nueva clase dominante en algunas de las Comunidades Autónomas -ejemplarmente, en la Valenciana- forjadas en los últimos 30 años. Su campo de operaciones no traspasa los límites de sus territorios regionales; no son, ni han pretendido ser, una clase dirigente de ámbito estatal. Pero lo limitado de su poder en términos de extensión se volvía ilimitado en términos de intensidad. En sus feudos nadie podía meter las narices, pues ellos y ellas disponían de todo el poder político, conseguido a base de mayorías absolutas en las urnas; eran fuertes además en poder cultural, con recursos sobrados para construir grandes ciudades de la luz, del progreso y de la modernidad; y para colmo, manejaban a placer el poder económico y financiero gracias al control de las Cajas, en otro tiempo depositarias del ahorro familiar y de las pequeñas empresas. Los mecanismos de consolidación de esta nueva clase repiten a gran escala los de oligarquía y caciquismo de los tiempos de la Restauración: el poder político dispone de mayoría en los consejos de administración de las Cajas; los consejeros obtienen, por serlo, créditos a los que con un simpático eufemismo se llama blandos, o sea, sin interés o con un interés por debajo del mercado; abducidos por los créditos irregularmente obtenidos y por las sabrosas dietas de asistencia a los consejos, los consejeros aprueban remuneraciones de todo tipo -sueldos, indemnizaciones, privilegios- a los directivos y mantienen sus lindas bocas cerradas ante todo género de tropelías. Los directivos, por su parte, forrados de dinero, aprueban para los empleados remuneraciones extra con sabor de antiguo régimen, la mesada, por ejemplo, ese regalo de boda para el fomento de matrimonios endogámicos. Así -y con el complemento de las redes de corrupción ya conocidas- es como se ha ido formando en la Comunidad Valenciana una auténtica oligarquía político-económico-financiera en la que los límites de lo privado y lo público no existen, o mejor, han sido borrados a conciencia no solo por la clase política sino por esos miembros -y miembras- de la sociedad civil que han logrado consolidar un entramado de intereses comunes, a resguardo de miradas ajenas. No se sabe de ningún representante de las administraciones, de los impositores ni de los empleados que haya elevado la voz para denunciar esta perversa mezcolanza de interés. Los líderes sindicales, que exigen airados las dimisiones de rigor, no fueron tan diligentes a la hora de aleccionar a los representantes de los sindicatos en los consejos de administración de las Cajas para que denunciaran el cúmulo de irregularidades destapadas ahora por la intervención del Estado. Ningún sindicalista miembro de ningún consejo de administración ha denunciado, que se sepa, ninguna irregularidad. De ellas, las que han provocado mayor escándalo son las millonarias indemnizaciones que se han autoasignado los directivos de la CAM, sin que nadie haya dicho ni pío. Escándalo por el carácter de auténtica rapiña, de trinca el dinero y corre, que luce en esos millones conseguidos tras haber llevado a sus entidades a la ruina. Nadie con la antigüedad en el empleo ni con la edad de la señora Amorós ha creado riqueza suficiente para garantizarse de por vida una renta anual de 370.000 euros, más de 1.000 euros al día en cada día de toda la vida que le queda por delante. Pero es el caso que Amorós no solo no ha creado riqueza sino que ha contribuido a su destrucción: en los seis primeros meses de este año, la entidad de la que era directora general ha perdido 1.136 millones de euros. Que una directora general tan eficiente en la destrucción de riqueza pueda asignarse semejante renta no sería posible si no formara parte de un entramado de amigos que se sostienen unos a otros al modo de una oligarquía de socorros mutuos. El final de esta historia es que esa nueva clase dirigente, después de llevar a la ruina a la CAM, se ha garantizado un futuro en el que cada mañanita despierta al dulce canto de 1.000 euros. Mil euros, un sueldo mensual que para sí quisieran cinco millones de españoles enfrentados cada mañana a otro día más en el paro. EL PAÍS. 9-10-2011 Encuesta. La Vanguardia El PP lograría una holgada mayoría absoluta y el PSOE retrocedería a niveles de 1977 Jordi Barbeta Los españoles confían mucho más en la derecha que en la izquierda para superar la crisis económica. Este es el dato clave que explica el vuelco político sin precedentes que se va a producir el 20 de noviembre en las elecciones generales. A día de hoy, el Partido Popular está condiciones de obtener una holgada mayoría absoluta. El estudio demoscópico realizado por Noxa Consulting para La Vanguardia, bajo la dirección del profesor Julián Santamaría, pronostica que el partido de la derecha española alcanzará el mejor resultado de su historia, con el 46% de los votos, lo que le proporcionaría entre 186 y 192 diputados. La mayoría absoluta se sitúa en 176 escaños. Pero tanta trascendencia tendrá la victoria del PP como la severa derrota que los conservadores infligirán al Partido Socialista. El PSOE se arriesga a obtener su peor resultado electoral desde las primeras elecciones democráticas en las que se restablecieron las libertades. La estimación de voto para los socialistas cae hasta el 33%. En función de cual sea la distribución territorial del voto, el PSOE conseguirá entre 115 y 122 diputados. Hay que retrotraerse a las primeras elecciones democráticas de 1977 para encontrar un resultado similar. Entonces un PSOE recién salido de la clandestinidad obtuvo 118 escaños. En otra debacle electoral socialista, la de las elecciones del año 2000, el PSOE, con Joaquín Almunia de candidato, aún alcanzó los 125 escaños, cifra que los estrategas socialistas consideraban hasta ahora como el suelo electoral del partido, es decir, de donde no se puede bajar más. La crisis y la gestión de la crisis por parte del Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero está rompiendo pues todas las barreras psicológicas. Son trece puntos de ventaja los que le saca el PP al PSOE cuando falta un mes y medio para las elecciones y lo más significativo políticamente es que más de la mitad de los votos que pierde el PSOE se van directamente al PP. Apenas el 68% de quienes votaron a Zapatero en 2008 están dispuestos a repetir, mientras que la fidelidad del votante de la derecha es casi total. El sondeo señala que el 20-N podría registrar un índice de participación de los más bajos de los últimos treinta años. La abstención de buena parte de los electores que apoyaron a Zapatero en el 2008 es la gran amenaza para Rubalcaba. Por supuesto, el PSOE pierde votos también en otras direcciones, hacia IU, UPyD y hacia Convergència i Unió. La federación nacionalista catalana que lidera Josep Antoni Duran Lleida seguirá siendo la tercera fuerza política española y mejorará sus resultados del 2008 en uno o dos escaños, pero la oleada conservadora podría llegar a provocar el sorpasso del PP sobre la formación que gobierna en Catalunya, algo que no había ocurrido jamás. Todo dependerá de la distribución territorial del voto. La situación entre CiU y PP es prácticamente de empate técnico y aún sacando más votos el PP el sorpasso podría no tener una traducción en escaños si, como parece, Duran Lleida mantiene la superioridad en las circunscripciones de Tarragona, Girona y Lleida. Según los datos de Noxa, los socialistas, con la ministra de Defensa, Carme Chacón, a la cabeza volverán a ganar las elecciones en Catalunya pese a sufrir un importante descalabro de diez puntos porcentuales y siete escaños. CiU obtendría 11 o 12 y el PP podría subir hasta un significativo 25% de los votos y entre 13 y 14 escaños, superando en este caso Jorge Fernández Díaz el récord que obra en poder de Josep Piqué. que consiguió 12 diputados en las elecciones del año 2000. En cuanto al resto de partidos, el mapa político español registra pocos cambios. De hecho sólo uno significativo: la irrupción de Amaiur en el Congreso de los Diputados. La coalición de la izquierda abertzale podría incluso llegar a formar grupo parlamentario si supera los cuatro diputados que, de momento, le vaticina el sondeo de Noxa. La muestra del sondeo no permite sacar conclusiones relevantes sobre los resultados de las formaciones minoritarias, pero si muestra la tendencia. Así IU-ICV podría doblar de 2 a 4 diputados su representación en el Congreso, igual que UPyD. El PNV se quedaría más o menos igual, escaño arriba, escaño abajo. En el mapa político catalán, ICV pasaría de uno a dos escaños, mientras ERC registra una leve tendencia a la baja, que le costará al menos un escaño. En cuanto a las transferencias de voto entre los partidos catalanes, el PP se alimenta sobre todo de las pérdidas del PSC como ya ocurrió en las municipios del área metropolitana de Barcelona en las elecciones municipales de la pasada primavera. También una parte de votos del PSC se van a CiU, el 8%, pero los nacionalistas no consiguen retener una parte de sus votantes más de derechas. que se pasan al PP. El sondeo de Noxa ofrece algunas paradojas sobre todo en la valoración de los líderes. Sin ir más lejos, al candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se le pronostica una derrota de proporciones históricas y, en cambio, es el líder mejor valorado. Cierto es que no llega al aprobado, pero con un 4,9 supera en tres décimas a su contrincante Rajoy. No sólo eso. el candidato socialista inspira más confianza que el candidato popular, aunque sería más propio afirmar que la gente desconfía de Rubalcaba y todavía más de Rajoy. Hasta el 70% de los encuestas expresa poca o ninguna confianza en el líder del PP, lo que resulta especialmente significativo si todo apunta a que será el próximo presidente del Gobierno. De Rubalcaba se fía poco o nada el 66% de los encuestados. Es con la pregunta clave cuando todo se acaba de entender. ¿Quién cree usted que está más capacitado para sacar a España de la crisis? Rajoy gana por goleada: 42 a 27. Por eso prefiere también al líder conservador como presidente el 44%, frente al 37% que preferiría a Rubalcaba en la Moncloa. Siempre, Catalunya es diferente. Como siempre, el líder de CiU, Josep Antoni Duran Lleida es el líder político mejor valorado por los catalanes (5,7), por encima de Rubalcaba (5,4) e incluso del president de la Generalitat, Artur Mas, (5,0) y el político peor valorado es curiosamente Mariano Rajoy, que suspende con un 4. En Catalunya se invierte la relación que Rajoy y Rubalcaba mantienen en el resto de España. Los catalanes prefieren al candidato socialista de presidente antes que a Rajoy en una relación de 47 a 29 y el grado de desconfianza es enorme en ambos casos, pero el candidato del PP genera poca o ninguna confianza en el 81% de los catalanes. De Rubalcaba sólo desconfía el 62%. Los catalanes se diferencian en que detestan la mayoría absoluta (65%). Los españoles la prefieren (53%). Ahora bien, en el caso de que no la hubiera, españoles y catalanes señalan a CiU como el aliado más conveniente para cualquier gobierno. El 85% rechaza los recortes sociales Una paradoja que señala la encuesta de Noxa es que la mayoría está dispuesta a votar a la derecha pero, en cambio, rechaza rotundamente los recortes sociales y hasta prefiere que le suban los impuestos antes que reducir o suprimir los servicios públicos esenciales, que es lo que siempre defiende verbalmente la izquierda aunque a la hora de la verdad no siempre lo practica, ya sea porque no quiere o porque no puede, o porque no le dejan. La inmensa mayoría asume como inevitable que hay que reducir el gasto público pero se opone rotundamente a que eso afecte a la asistencia sanitaria o a la educación, lo que supone una seria advertencia de la opinión pública al Govern de la Generalitat en un momento de fuerte contestación social al plan de austeridad que está practicando en el sistema sanitario. En este asunto, las opiniones entre España y Catalunya son muy parecidas. El 85% cree que "se puede reducir el déficit sin recortar los servicios esenciales como sanidad y educación". Sólo el 13% considera inevitable que los recortes afecten a todos los servicios públicos. Es la opinión ampliamente mayoritaria entre los votantes de todos los partidos. Es lo que piensa el 90% de los que votan al PSOE y el 80% de los que votan al PP. ¿Con qué política se sale de la crisis? Pues todo el mundo entiende que hay que reducir gastos, pero hay una mayoría amplia dispuesta a sacrificarse a cambio de mantener los servicios públicos principales. El 60% de los españoles y el 62% de los catalanes considera que la política más adecuada para salir de la crisis es "reducir el gasto pero garantizar las prestaciones sociales, aunque haya que subir los impuestos". Son más del doble los que defienden "reducir el gasto y bajar los impuestos aunque haya que recortar prestaciones sociales". Se apuntan a esta opción el 37% de los que votan PP y el 24% de los que votan al PSOE, más de los que votan a CiU, de los cuales sólo el 22% apoyaría esta política. La mayoría no es partidaria de retrasar de nuevo la edad de jubilación. Con la reforma realizada esta legislatura que preveía una progresión hasta los 67 años la inmensa mayoría cree que ya es suficiente. El 86% en España y el 85% en Catalunya. Y en contraste con todas estas políticas más bien de cariz socialdemócrata, también la mayoría considera necesario que el nuevo gobierno que salga de las urnas lleve a cabo una nueva reforma laboral. Cada cual puede entender lo que quiera pero siempre se habla de reforma laboral para flexibilizar el mercado de trabajo y abaratar los despidos como medida para facilitar la contratación de personal… Se pronuncia a favor el 71% en España y el 66% en Catalunya. Con todo, el dato más estremecedor que aporta el sondeo de Noxa es que se ha instalado el pesimismo en la sociedad. El 60% en España y el 68% en Catalunya teme que sus hijos vivirán peor. Ese es la enorme responsabilidad y el gran desafío histórico al que se enfrenta la actual generación de líderes políticos y sociales que dirigen el país. LA VANGUARDIA. 9-10-2011 Encuesta. El Mundo El PP conseguiría hoy 193 escaños y el PSOE sólo 122 Marisa Cruz A medida que corren los días, las previsiones electorales se consolidan: ascenso del PP y desplome del PSOE. Ambos efectos, sin precedentes. Los populares, de acuerdo con los resultados de la primera oleada del tracking electoral elaborado por Sigma Dos para EL MUNDO, conseguirían ocupar 193 escaños de los 350 del Congreso; los socialistas, por su parte, obtendrían 122. El PP, de confirmarse estos pronósticos, gobernará durante los próximos cuatro años sin oposición. Su grupo parlamentario superará en 17 escaños el listón que marca la mayoría absoluta (176). Se ratificaría así el vaticinio que vienen haciendo todas las encuestas desde hace ya varios meses: Rajoy batiría la marca lograda por Aznar en el año 2000, y lo haría obteniendo 10 diputados más. Igualmente, Rubalcaba romperá el suelo de Joaquín Almunia (125 escaños) y se instalará en el Congreso con tres diputados menos que los que obtuvieron los socialistas hace 11 años. Entre PP y PSOE habría, pues, según la encuesta de EL MUNDO, una diferencia de 71 escaños a favor de los primeros o, lo que es lo mismo, los populares tendrían un 60% más de representación parlamentaria que los socialistas. Y es que la ventaja del PP en intención de voto no deja de crecer. Hace una semana, el sondeo de EL MUNDO arrojaba una distancia entre ambos partidos de 15,6 puntos. Ahora la brecha se ha incrementado y es ya de 16,2. De acuerdo con esta primera oleada del tracking, los populares obtendrían en las urnas un 47,8% de los votos -cuatro décimas más que hace siete días-, en tanto que los socialistas lograrían un 31,6% frente al 31,4% de la pasada semana. Haciendo comparaciones con los resultados de las elecciones generales de marzo de 2008, el PSOE sufriría una pérdida de votantes de 12,3 puntos mientras que el PP sumaría 7,9 puntos más que hace cuatro años. Estas previsiones de última hornada -elaboradas entre el 27 de septiembre y el 2 de octubre- vienen a demostrar el impacto nulo, e incluso negativo, que ha tenido la Conferencia Política del PSOE en el electorado. Un cónclave pensado para definir la oferta programática del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba y que, lejos de concitar adhesiones, parece haber ahuyentado aún más si cabe a los votantes. La fórmula electoral basada en la contraposición ricos/pobres no consigue convencer, de la misma forma que los ciudadanos parecen contemplar con escepticismo la idea de que los servicios sociales básicos, como por ejemplo la Sanidad y la Educación, puedan sostenerse simplemente elevando el impuesto sobre el tabaco y el alcohol o reclamando a la banca un incierto gravamen sobre sus beneficios. La Conferencia Política girando en exclusiva en torno a las ideas y propuestas diseñadas por el candidato y su equipo electoral, y con la intervención sorpresa del ex presidente del Gobierno Felipe González, pudo servir para calentar el ánimo de los cuadros del partido, pero poco más. A ello se ha sumado también el impacto de la información desvelada por EL MUNDO el pasado martes acerca de la presunta implicación del ministro de Fomento, portavoz del Gobierno y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, en una trama de corrupción. El empresario lucense José Dorribo asegura haber pagado al ministro y número dos del PSOE la cantidad de 400.000 euros en comisiones a cambio de ayudas. Blanco ha negado los hechos y ha anunciado su intención de querellarse contra Dorribo por calumnias. Sin embargo, la falta de explicaciones precisas no ha hecho sino abonar las dudas y, sobre todo, las comparaciones con el caso de los trajes de Francisco Camps, a quien los socialistas reclamaron responsabilidades políticas desde el mismo momento en que su nombre salió a relucir en la maraña del caso Gürtel. Estos dos factores -la Conferencia Política y las acusaciones contra Blanco- se suman además al nuevo jarro de agua fría que ha caído sobre los ciudadanos al conocer las indemnizaciones millonarias que han cobrado algunos directivos de cajas de ahorros intervenidas. Un episodio que ha arrojado sombras sobre el papel supervisor del Banco de España. Para finalizar, el dibujo se completa con el juego confuso de declaraciones y tomas de posición por parte del Gobierno, del candidato y de las figuras más importantes del PSOE en relación con un final próximo de ETA y los pasos que habría que dar para alentarlo. Con estos mimbres, el panorama que se perfila para el 20-N muestra, además de la victoria por mayoría absoluta del PP, un Parlamento en el que Izquierda Unida, con un 5,2% de los votos, podría ver cumplida su aspiración de contar con grupo parlamentario propio, ya que lograría seis escaños. Los nacionalistas catalanes de CiU también verían aumentar su grupo pasando de 10 a 12 diputados. ERC, por el contrario, perdería uno y se quedaría con dos escaños. Los nacionalistas vascos (PNV) perderían un puesto y contarían con cinco escaños, en tanto que todo apunta a una entrada en el Parlamento de Amaiur, la coalición de partidos en la que se incluye a Bildu, hasta con tres puestos. UPyD, la formación liderada por Rosa Díez, conseguiría tres diputados y, previsiblemente, Coalición Canaria y BNG mantendrían los dos puestos que han tenido cada una de ellas en la pasada legislatura. EL MUNDO. 9-10-2011

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