Movilizaciones en Israel contra la ruptura del alto el fuego y el genocidio

La gente más valiente de Israel

Hay una minoría de la sociedad israelí que no ha dejado ni un minuto de luchar contra el genocidio en Gaza, y que lleva años oponiéndose al apartheid sionista. Se manifiestan por miles, cada sábado en Tel Aviv. Algunos pagan con su libertad su objeción de conciencia a alistarse en un Ejército que oprime brutalmente a los palestinos. Son la gente más valiente de Israel.

Desgraciadamente, la mayoría de la sociedad israelí está intoxicada de fanatismo y odio, y respalda en mayor o menor grado la incendiaria y criminal política del gobierno de Netanyahu, el más ultraderechista de la historia del país.

Pero una minoría importante de la sociedad hebrea no lo hace. Una ruidosa y heroica minoría de la sociedad civil israelí se manifiesta cada sábado en el centro de Tel Aviv contra la continuación de una guerra genocida que masacra a los palestinos en Gaza o que impone el apartheid en Cisjordania, pero que además supone una condena a muerte para los 59 rehenes que aún siguen en poder de Hamás.

Son una minoría, pero no son pocos. Este último sábado 22 de marzo, pocos días después de la ruptura unilateral del alto el fuego por parte de Netanyahu, cientos de miles de ciudadanos israelíes volvían a manifestarse en Tel Aviv y otras capitales del país para exigir el fin de la guerra y un nuevo acuerdo que permita liberar a los secuestrados.

Entre ellos estaban los familiares de los rehenes, como el colectivo Sha’ar Begin, que denuncia radicalmente al gobierno y se opone frontalmente a la guerra, y que días antes marchó hasta la misma frontera de Gaza, llegando hasta donde las alambradas y los soldados les dejaron.

Activista del colectivo Sha’ar Begin, de familiares de secuestrados por Hamás, cortan una autopista en Tel Aviv

También la izquierda pacifista israelí, portando fotografías de niños palestinos asesinados recientemente por ataques aéreos israelíes en Gaza. «Alto al genocidio»; «La seguridad no se logrará bombardeando hospitales», dicen en sus pancartas. Una posición ética y valiente, a contracorriente dentro en un país que naufraga en el pozo moral al que lo ha conducido el sionismo.

A esa izquierda pertenece la militante comunista y objetora de conciencia Ella Kiedar Greenberg, actualmente encarcelada en una prisión militar israelí por negarse a servir en el ejército debido a su oposición al genocidio en Gaza.

Son una luz de esperanza en la boca del lobo que es hoy Israel.

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