Cuando las necesidades de la población son la absoluta prioridad

La gente, lo primero. Lo primero. Lo primero.

La actuación de los gobiernos central, autonómico y local debiera guiarse siempre por servir al pueblo y anteponer siempre el interés general a cualquier otro. Y ahora hay que exigirles: que den amparo, protejan y defiendan a las víctimas de la DANA, la gente primero.

Tres días después de que las terribles consecuencias provocadas por la dana, especialmente en la Comunidad Valenciana, con más de 140 muertos y un número incontable de desaparecidos, atender las las cuestiones de primera necesidad siguen siendo las más urgentes.

Urgente es encontrar a todas las víctimas, identificar a los fallecidos y buscar a los desaparecidos.

Urgente es atender a toda la población que aún carece de lo más básico. Tres, cuatro… o más días después aún no tienen agua, luz, comida o ropa…

Las autoridades tienen su propia responsabilidad, sobre todo porque no solo tienen que atender lo urgente y básico fundamental. Y deberían hacerlo de forma unitaria, empezando por el gobierno de la nación, en coordinación y unidad con las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

Urgente es un garantizar un techo donde cobijarse a las personas y las familias cuyos hogares han sido arrasados por la peor gota fría del siglo XX y lo que llevamos del XXI.

Urgente es recuperar las calles de donde vivían y que ahora son fango, maleza y restos de sus hogares o vehículos destrozados. Y las carreteras que los comunican y permitan llegar todas las ayudas y sevicios necesarios.

Urgente es recuperar los centros de trabajo

Urgente es recuperar y poner en funcionamiento los centros de salud dañados y los colegios que se vuelvan a llenar de niños cuanto antes…

Todo esto y más son necesidades fundamentales y urgentes.

Conmovedor y encomiable es ver a la gente de Valencia y pueblos recorrer a pie las carreteras aún cortadas para llevar agua, ropa, alimentos a la población necesitada, familiares y amigos en los pueblos donde aún siguen cortadas carreteras y caminos de acceso a vehículos.

Una riada de valencianos cruzando la pasarela peatonal sobre la V30 y el Plan Sur, para ir andando varios kilómetros, cargados de agua y alimentos, o con cubos, para ayudar a las localidades inundadas

Pero las autoridades tienen su propia responsabilidad, sobre todo porque no solo tienen que atender lo urgente y básico fundamental. Y deberían hacerlo de forma unitaria, empezando por el gobierno de la nación, en coordinación y unidad con las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

Tienen además que contribuir a generar seguridad, confianza y esperanza en el futuro en los ciudadanos víctimas de la dana, en sus familias y en la gente de todo el país porque atiendan toda otra serie de problemas como la salud mental, las ayudas oficiales y los seguros como lo que son en circunstancias tan trágicas como estas: problemas fundamentales y urgentes.

La actuación de los gobiernos central, autonómico y local debiera guiarse siempre por servir al pueblo y anteponer siempre el interés general a cualquier otro. Y ahora hay que exigirles: que den amparo, protejan y defiendan a las víctimas de la dana, la gente primero.

Hay que exigirles, a los tres, empezando por el gobierno de la nación, que no escatimen poner todos los medios necesarios para atender todas las necesidades urgentes. ¡YA!

Exigir urgencia en la declaración de zona catastrófica a la Comunidad Valenciana y todos los territorios afectados, también en otras comunidades , Andalucía, Castilla La Mancha, Murcia…, para que la ayudas públicas se pongan en marcha ya. Y exigirles diligencia en su adjudicación y un acceso rápido a los fondos de reconstrucción y que lleguen a todos los que la necesitan.

Exigir que se pongan al servicio de los ciudadanos y no de los intereses de las aseguradoras y bancos para amparar y defender los intereses de la gente, de las personas que han perdido sus casas y enseres, sus coches, de los agricultores que han perdido sus cosechas o los autónomos y pymes que han perdido sus negocios… Exigirles que garanticen los derechos de los trabajadores y sus puestos de trabajo…

Cada gobierno a su nivel se debe responsabilizar de que los seguros no utilicen subterfugios legales para recortar las indemnizaciones o las alarguen en el tiempo.