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La economí­a mundial en riesgo

La preocupación por Europa domina las reuniones de esta semana en Washington del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los funcionarios del FMI advirtieron que la crisis de la zona euro supone un grave peligro para una economía global débil. Los líderes europeos, maestros de la negación, siguen insistiendo en una austeridad destructiva.El peligro fue subrayado por el último índice de recuperación económica mundial de la Brookings Institution-Financial Times. El índice, que mide la actividad económica y financiera, así como la confianza, muestra que la economía mundial se ha deteriorado desde el pasado otoño.Europa ha sido duramente golpeada por la continua insistencia de sus líderes en recetar austeridad para todos. A Estados Unidos le está yendo mejor, aunque todavía es vulnerable a los precios del petróleo o a una profunda recesión en Europa. El crecimiento se desaceleró en China y las principales economías emergentes en gran parte debido a la falta de una recuperación robusta en otros lugares.Quizás aún más significativo, el índice global habría caído todavía más, pero repuntó la confianza en las condiciones financieras después de que el Banco Central Europeo inyectara liquidez en los bancos de la zona euro. Pero los inversores ya han descubierto que las intervenciones son demasiado pequeñas, especialmente cuando se combina con políticas que sólo paralizan el crecimiento. Más recientemente, se han vuelto contra España.

En las reuniones de esta semana, varios países del G-20 comprometieron 430 mil millones de dólares para casi duplicar la capacidad del FMI para otorgar préstamos. Eso podría reforzar el fondo de rescate europeo, pero no todos serán para Europa. Y mucho más sería necesario si grandes economías europeas, como España, tienen que ser rescatadas.Al mismo tiempo, la canciller alemana Angela Merkel y otros políticos europeos continúan resistiéndose a los consejos del FMI, incluyendo la sensata llamada a los miembros de la zona euro para que emitan bonos respaldados por todos los miembros. Eso facilitaría los préstamos a España y otros. Pero la Sra. Merkel y sus votantes siguen insistiendo en que sus vecinos deben pagar por sus pecados con recortes presupuestarios más profundos.No importa que España se encuentre en problemas a causa de la explosión de la burbuja inmobiliaria española, no a causa de excesos de gastos gubernamentales. Y no importa que el exceso de austeridad en Grecia, que sin duda es demasiada, esté fracasando. Los recortes presupuestarios en plena recesión sólo paralizan más el crecimiento y los ingresos fiscales, aumentando la carga de la deuda.El cambio de mentalidad no será fácil. Los periodistas del Times Annie Lowrey y Jack Ewing informaban esta semana de cómo los funcionarios alemanes se enfrentaron en las reuniones con las llamadas a moderar su postura de austeridad, respondiendo que son Washington y los demás los que están haciendo progresos insuficientes en la reforma financiera. Lo que puede ser cierto, pero está fuera de lugar.El camino a seguir en Europa y Estados Unidos es el mismo: a corto plazo esfuerzos para aliviar las crisis y estimular la demanda, junto con planes serios para mejorar los presupuestos nacionales a medida que la economía se recupera. Hasta que los líderes de Europa lo comprendan, la economía global seguirá en riesgo

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