En sólo dos días, las principales bolsas mundiales han perdido cerca de 1,7 billones de euros de valor bursátil en la peor sesión para las bolsas de todo el mundo desde el pasado 22 de septiembre de 2011, que dio inicio a la segunda recesión tras la inicial de 2008. Las bolsas de los mayores cinco países europeos (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España) han tenido en lo que llevamos de octubre un retroceso medio superior al 10%. La de EEUU un 8%. Sólo el IBEX-35 ha perdido en las últimas tres semanas 59.000 millones de euros en capitalización bursátil.
Es pronto aún para decir si estas turbulencias van a desatar un nuevo colapso financiero en los próximos días o semanas o si las principales burguesías mundiales lograran reinstaurar momentáneamente el precario e inestable equilibrio en que se mueven. «Estos efectos se están dejando sentir cada vez con mayor radicalidad en los Estados vasallos y tributario europeos» Pero independientemente de ello, son el síntoma inequívoco de que la profunda crisis sistémica del campo imperialista capitaneado por EEUU -que tuvo su punto de inflexión en octubre de 2008, con la caída de Lehman Brothers- no sólo no está en vías de resolución sino que, al contrario, tiende a agravarse y prolongarse en el tiempo. La contradicción entre el mantenimiento de la hegemonía norteamericana y su pérdida de peso en el mundo ante el avance de los países del Tercer Mundo y de las potencias emergentes que está en la base del estallido de la crisis no cesa de agudizarse. Un doble movimientoDesde el crack de octubre de 2008, EEUU ha puesto en marcha dos mecanismos esenciales para tratar de reponerse de él. Esas dos vías presentan hoy, seis años después, notables boquetes en su línea de flotación.
En primer lugar, el banco central estadounidense, la Reserva Federal, dándole a la máquina de imprimir billetes nuevos ha regado con 4 billones dólares a sus principales bancos y monopolios, para que éstos repusieran sus pérdidas y agujeros de capital e inundaran los mercados mundiales en busca de mayores beneficios, hinchando nuevas burbujas especulativas, entre otras en las bolsas mundiales, que tarde o temprano terminarán por estallar. Pero esta política tiene un límite, a partir del cual la superproducción de dólares provocaría el hundimiento abrupto del valor de la divisa norteamericana. Y el anuncio de la Reserva Federal de que está obligado a empezar a retirar su expansión monetaria es el síntoma de que este límite está muy cercano, si es que no se ha sobrepasado ya. El segundo mecanismo ha sido la aplicación del proyecto de saqueo sobre los países intervenidos y controlados por la superpotencia. Pero a su vez, esta política de saqueo acentúa por un lado la debilidad y el estancamiento económico, a la vez que genera contradicciones cada vez más agudas con los pueblos y países sobre los que se aplica. Y en particular estos efectos se están dejando sentir cada vez con mayor radicalidad en los Estados vasallos y tributario europeos, dada la necesaria participación en él de Alemania como virrey de EEUU, exigiendo también su parte alícuota de tributos. La eurozona está estancada con el PIB conjunto en el 0% en el segundo trimestre de 2014, mientras el PIB de Alemania ha retrocedido un 0,2%, Francia lleva dos trimestres consecutivos con el 0% e Italia ha caído ya en una nueva recesión. Todo lo cual está abriendo dos tipos de crisis políticas que son las que están en la base de las actuales turbulencias en los mercados.Por un lado, crisis política de enfrentamiento con el proyecto hegemonista de saqueo por parte de algunas de las burguesías monopolistas más fuertes de Europa, en particular Francia e Italia, que se resisten a ser tratados como los PIGS. A la emergencia del Frente Nacional de Le Pen en Francia -que sigue su imparable ascenso electoral en todas las encuestas y el pasado septiembre logró por primera vez obtener dos senadores- o del Movimiento 5 Estrellas en Italia, se ha sumado estos días el abierto desafío del gobierno francés, enviando a Bruselas un presupuesto para 2015 que incumple, abierta y conscientemente, el objetivo de déficit público del 3%. Lo que ha provocado la irritación pública de Merkel y un conflicto abierto con Berlín. Por el otro, las crisis políticas derivadas de la transformación del rechazo social al saqueo y el empobrecimiento en los países PIGS en emergentes frentes políticos que cuestionan el proyecto hegemonista. «España sufre una elevada dependencia financiera del resto del mundo por su descomunal endeudamiento» En Grecia, el propio gobierno de Samaras se ha visto obligado a anunciar el abandono del programa de rescate del FMI a principios de 2015 ante su hundimiento electoral y el ascenso de Syriza, que ha puesto el impago de la deuda externa como el punto central de su programa político. Y al que las encuestas dan una ventaja de entre 7 y 11 puntos sobre la suma de PASOK y Nueva Democracia. En febrero, Grecia debe elegir un nuevo presidente, para lo que se necesita una mayoría de 3/5 de la cámara que el actual gobierno no dispone. En caso de no poder elegirse presidente, la Constitución griega exige la disolución del parlamento y la convocatoria inmediata de elecciones anticipadas, que podrían celebrarse en marzo. En España, la crisis política la marca el imparable ascenso electoral de Podemos que vaticinan todas las encuestas y el paralelo hundimiento de las fuerzas del modelo bipartidista, lo que puede crear una situación de profunda inestabilidad política tras las elecciones generales de noviembre de 2015.La vulnerabilidad de la economía españolaLa combinación entre el estancamiento económico de la eurozona y nuestra dependencia cautiva de sus mercados, la pérdida de riqueza nacional como consecuencia del saqueo, la elevada dependencia financiera del resto del mundo por el descomunal endeudamiento del Estado y de los bancos y monopolios españoles, la degradación de la clase dominante española y la sumisión de sus fuerzas políticas a los dictados de Washington y Berlín y el inevitable estallido de las nuevas burbujas creadas por la expansión monetaria del dólar -aunque no sepamos cuándo, dónde ni en que forma ocurrirá- convierte a la economía española en una de las más vulnerables ante los previsibles estallidos financieros por venir y que lo ocurrido esta semana en las bolsas no hace sino anunciar. España tiene con el resto del mundo una deuda neta de 1,124 billones de euros, algo más del 100% de su PIB, la más alta en términos relativos de los países desarrollados, según el último informe del FMI. Pero la deuda bruta, la que Estado, banca y empresas tienen que refinanciar con el calendario de vencimientos establecido, llega hasta 2,48 billones de euros, un 230% del PIB. De la deuda neta externa, el sector financiero acumulaba 418.000 millones de euros, un 37,2%, al cerrar el primer trimestre, mientras que las Administraciones públicas soportan 386.000 millones (34,4%) y las empresas no financieras 320.000 millones (28,4%).